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Productividad ¡cero!

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Columnaria

Juan Chávez 

Sostuvo el presidente Peña Nieto que en productividad, México registra un rezago de 30 años.

 

Para mí, se quedó corto. En productividad, nunca hemos dado palo. Es decir, estamos retrasados desde siempre, desde antes de la conquista de tierras mexicanas por España.

Nunca hemos producido más con menos… y mucho menos de buena calidad.

La neta, no producimos para competir con éxito en los mercados de la aldea global.

 Quizá en los tiempos de las fibras naturales –henequén y algodón—alcanzamos ser de los primeros en el mundo.

Pero ahí nos quedamos, en la actividad primaria de un campo que despertaba pero que volvió a la durmia… y ahí sigue, marcándonos como un país con más de 80 millones de pobres.

Llegue a soñar, también es la neta, que en la industria textil daríamos la sorpresa. Pero aquellas intenciones de Adolfo López Mateos, que viajó al Oriente con un muestrario de telas bajo el brazo, según el mismo describió el propósito de su periplo, quedo en eso: en mera intención.

El Tigre Asiático, desde hace más de tres décadas, se tragó los mercados textiles de todo el orbe.

Vea su clóset, échele una mirada a las etiquetas de sus viejas prendas de vestir, si es que todavía las tiene y descubra:

“Hecho en China”, “Hecho en India”. “Hecho en Bangladesh”, “Hecho en Indonesia”, “Hecho en Vietnam”, “Hecho en Taiwan”… y sígale.

Estamos llenos de prendas fabricadas e introducidas, de contrabando o no, por esas industrias del Oriente que económicamente, se han convertida en la potencia del mundo. No es sólo China, que nos manda de todo.

Así, como sostener que sólo 30 años nos separan de un buen ritmo de productividad. Menos cuando el secretario Videgaray sostiene que la clave está en algo que tenemos más lejos que la luna: pagar buenos salarios.

Ahí está el gran quid. No hay que ir más lejos.

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