DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Desde las altas esferas gubernamentales y electorales se decidió dar un ejemplo de transparencia y democracia con los comicios del pasado primero de julio.
Los reiterados fraudes cometidos en diversos procesos electorales provocaron un alejamiento de los ciudadanos de las urnas, los que se sentían desmotivados para concurrir a emitir su sufragio.
Por eso, sin importar el tipo de elección, las cifras de asistencia a las urnas llegaban a situarse por debajo del 50 por ciento y en ocasiones especiales (en las presidenciales) las rebasaban, sin generar confianza en los votantes-
Sin embargo, la amplia participación ciudadana del primero de julio, mostró el interés de los ciudadanos por elegir democráticamente a sus autoridades, siempre y cuando se respete su decisión.
La amplia brecha entre el primero y segundo lugar de los contendientes presidenciales dejó en claro la victoria de Andrés Manuel López Obrador, por lo que no hubo reclamo, ni duda alguna sobre quién ganó.
Pero no en todos lados se procedió de igual forma, por lo que han tenido que intervenir las autoridades electorales para responder a las impugnaciones y denuncias de los perdedores.
El primer caso resuelto por los tribunales electorales fue el de la alcaldía de Ciudad Juárez en que se revocó la victoria del moreno Javier González y se le otorgó al independiente Armando Cabada.
El segundo asunto en que intervinieron las autoridades electorales es el del gobierno de Puebla, donde todavía están en el recuento de votos, para definir la victoria a favor de Martha Erika Alonso, como se dijo en un principio o si el voto por voto le da el triunfo a Luis Miguel Barbosa.
En tres alcaldías, una de la CDMX (Coyoacán) y dos de Querétaro (la capital y Humilpan), se procedió a la anulación de los comicios, por considerar que existieron irregularidades que favorecieron a los candidatos del PAN, por lo que se convocará a nuevos comicios.
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