Acento
Salvador Flores Llamas
En una esquina Gustavo Madero, en la otra Margarita Zavala, por la presidencia nacional del partido que fundó Gómez Morín en 1939, que hace dos sexenios tuvo la presidencia de la República, mayoría en el Senado, en la Cámara de Diputados y en muchos congresos estatales, 11 gubernaturas y 939 ayuntamientos; cayó al tercer sitio electoral en la pasada elección presidencial y hoy tiene presencia escasa en las cámaras legislativas y en los estados.
En septiembre celebró sus 75 años, en declive por pugnas internas a causa de la contradictoria gestión presidencial de Felipe Calderón, panista de cepa, en contraste con Vicente Fox; pero, igual, desperdició su oportunidad de impulsar la democratización del país y mandó a pique la de su partido.
Ahora Felipe quiere controlar el PAN, tras de que en su gobierno lo manejó con estilo patrimonialista: por un lado impuso dos jefes nacionales fallidos (Germán Martínez y César Nava) y quiso prolongarse con Ernesto Cordero, a quien no pudo imponer como candidato presidencial.
Por el otro, permitió un nepotismo descarado de la parentela de Margarita, con exponentes como su hermano Juan Ignacio y su prima Mariana Gómez del Campo, que los panistas rehúyen reconocer, mas no dejan de sufrir sus estragos.
Juan Ignacio, comunicador improvisado, fue asesor comunicacional de gran parte de los miembros del gabinete y logró pingues dividendos, no por su sapiencia y experiencia, pues éstas las habría aplicado primero en favor de su cuñado-Presidente, que tuvo dos titulares ineficaces y hoy se queja de que ese rublo fue una de sus mayores fallas, y lo prueba la pésima imagen pública que le endilgaron.
Mariana se erigió en lideresa absoluta del PAN-DF, aliada del “mejor alcalde del mundo”, Ebrard, quien busca a brazo partido el fuero de diputado para librarse del peso del robo al erario en la construcción de su obra magna, la línea 12 del Metro, pues no lo tranquiliza la impunidad que hoy le brindan.
¿Con qué cara quiere liderar Felipe al PAN tras mandar al fracaso a Vázquez Mota por no ser su candidata e imponer a corderistas derrotados de jefes de su campaña? ¿Querrá confirmar en los hechos el dicho de que eso le sirvió para allanarle el camino a Peña Nieto y granjeárselo a futuro? Fox se entregó a éste entregó por un plato de lentejas, pero nunca fue panista de cepa.
De trasmano –como siempre acusó el PAN al PRI de obrar para imponer la antidemocracia- quiso imponer a Cordero de presidente nacional del PAN, y como Madero no se dejó, lo acusó de apoderarse del partido y ser dictador; hoy le lanza a su esposa Margarita, que como Primera Dama ganó máximo respeto, que hoy puede mandar a la coladera.
Madero no es gran maravilla como dirigente y la oposición y maledicencia calderonista lo minimizan, en vez de cerrar filas en torno suyo para defener a su partido, que tiene dos frentes: el normal del PRI y demás partidos y el interno, que lo carcome y puede conceptuarse como una traición de Felipe.
¿No sería mejor para el PAN que éste apoyara al jefe Madero y, si gana lealmente el favor de los panistas, erija luego a Margarita en jefa nacional?
Pero ése es sueño guajiro, porque no busca favorecer al partido, sino a su ambición personal patrimonialista.
Hoy la pelea por la jefatura nacional no es entre Madero y Margarita, sino Ricardo Anaya-Margarita, pues Gustavo no se reelegirá para ser líder de la fracción próxima en la Cámara de Diputados, y tomarla de trampolín para lanzarse tras la candidatura presidencial en 2018.
Mas en esta pugna no irían solos Madero y Margarita; está el súbdito de Elba Esther Gordillo, Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, que se autollamó panista para buscar la máxima magistratura, colmar su ambición y exculpar a su dueña política.
Moreno se dijo aliado de Madero para que éste le permitiera ganar cancha en al PAN; pero ya contrató a Max Cortázar, el fracasado comunicador de Calderón que le vendió la especie de que él lo hizo presidente, sin pensar que no es lo mismo tocar el bongó que tener noción y dotes para la comunicación.
Mas como el poblano busca a brazo partido la Presidencia ya tiene también en la nómina a Juan Ignacio Zavala, que tampoco sabrá de comunicación, pero es el disfraz con que esquilma, como hizo en la Cámara de Senadores, donde cobró 142 mil peso al mes cuando dirigía la fracción panista Cordero, según se descubrió al ser cambiado éste por Madero.
¿O habrá, bajo cuerda, una alianza Moreno Valle-Calderón para derrotar a Madero y, de paso al PAN y a México?
Valga parafrasear a D. Porfirio: “Pobre del PAN, tan lejos de la democracia y tan victimado por la ambición”.
