Aunque Pese
Salvador Martínez G.
La economía mundial se ha visto seriamente afectada desde hace cerca de tres años por la aparición de la pandemia por Covid-19, que géneró la atonía en todos los países, incluidos los más altamente desarrollados.
México, donde la reducción de hospitalizados y fallecidos permitió la reapertura de los ciclos económicos y productivos, hoy se ve nuevamente amenazado por la proliferación de contagios en gran parte del país.
Si bien la variante Ómicron se ha logrado acotar con la aplicación de más de 200 millones de vacunas a la mayor parte de la población, hoy sufre de alto ausentismo laboral por parte de hombres y mujeres afectados por el virus, sin peligro letal la gran mayoría, pero sí con efectos nocivos a la economía y productividad.
Los esfuerzos gubernamentales por alcanzar niveles de crecimiento cercanos al tres por ciento para este año se ven seriamente afectados por las condiciones del comercio mundial, afectado también por otro flagelo, el de la inflación.
Además de todo ello, el mundo contrajo su crecimiento también por la guerra de Ucrania y las sanciones que las naciones occidentales impusieron a Rusia, situación también dañina para la economía nacional.
El segundo semestre del año se presenta complicado y puede dar como consecuencia un nuevo freno al nivel de crecimiento alcanzado en el primer cuatrimestre del año.
Habrá que estar atentos al comportamiento de las principales variables en los próximos meses.
SUSURROS
Por desgracia las negativas condiciones mundiales no sólo han afectado la estabilidad, el desarrollo y la inflación, sino también se ha alterado el equilibrio geopolítico global al dividirse nuevamente el mundo en bloques, Estados Unidos, Rusia y China.
A esto corresponde la reciente declaración del Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en el sentido de que ven a Rusia como una “amenaza directa” y a China como un “desafío”.
Lo peor del caso es que el pensamiento de Stoltenberg no quede en mera retórica y se transforme en acciones militares en Europa, que Rusia pueda ver como amenazantes y tensen aún más la delicada situación que se vive allá.
Es claro que el riesgo de una tercera guerra mundial, a ochenta años de haberse desarrollado la Segunda Guerra Mundial en la misma Europa, es cada día más creciente ¡cuidado!
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