PACHUCA, 12 de febrero, (Al Momento Noticias).- A consecuencia de la inseguridad que se agrava en el municipio de Acaxochitlán y lo que no han logrado resolver los cuerpos policiacos, se han visto a la necesidad de organizarse para tomar la seguridad en sus manos y obligar al presidente municipal porque otros están coludiendo con los criminales.
Hace unas semanas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), dio a conocer un informe, en el que reconoce la existencia de grupos de autodefensas en 11 estados del país, (incluido Hidalgo), y que en algunos casos como Guerrero, son apoyados por el mismo gobierno estatal.
En el Valle del Mezquital, la sierra y la huasteca hidalguense, siempre han existido las guardias o las policías comunitarias, sin embargo, la ola delincuencial desatada en aquellas regiones, y el efecto social provocado por los grupos de autodefensa en Michoacán, Guerrero o Oaxaca, han alentado aún más a la ciudadanía, a tomar no sólo la seguridad en sus manos, sino también la justicia.
Luego del asesinato del joven Benedicto Guerrero Licona de 24 años y la agresión a su hermana quien resultó herida de bala, en julio de 2013, pobladores de la comunidad Los Reyes, ubicada en el boscoso municipio de Acaxochitlán, se organizaron para tomar la seguridad en sus manos y obligaron al presidente municipal, Erick Sosa Campos, a despedir al director de la policía y a varios agentes a quienes acusaban de estar involucrados con los delincuentes.
Ángel Hernández Cruz, exdelegado de la comunidad Los Reyes señala que desde la muerte de aquel joven, “la gente se cansó de tanta delincuencia y se levantó”.
“Cuando mataron al joven (Benedicto) decidimos organizarnos, para combatir a los delincuentes, ahí comenzó todo”, dice don Ángel Hernández Cruz.
Así, surgieron entonces los guardias comunitarios en Los Reyes, quienes diariamente con escopeta en mano, a partir de las 9 de la noche realizan rondines por los diferentes barrios que conforman esta localidad; instalan retenes para evitar el paso de vehículos y personas extrañas.
Afuera de la delegación, junto a una patrulla que vigila, están dispuestas tres camionetas, y una cuatrimoto, para iniciar el recorrido nocturno. El frío cala en cada extraña, adormece manos y el rostro, pero mantiene expectantes, alertas a los vigilantes, ante lo que pudieran encontrar a media noche, en medio del monte, donde solo se alcanzan a ver hileras de árboles, troncos encorvados testigos del paso del tiempo, apenas despejados a veces por el majestuoso paisaje coronado por una presa.
“Nosotros no le estamos copiando a ningún otro estado, nos levantamos como Policías Comunitarias por el mismo problema que está pasando nuestra comunidad”, refiriéndose al caso de Michoacán. En otras ciudades se han levantado en armas y si se han organizado como Policías Comunitarias, “es por lo mismo, porque los presidentes municipales no invierten en más seguridad”.
Albino Cruz Hernández, segundo delegado de Los Reyes mencionó que la gente se cansó de los policías municipales, porque algunos de ellos “estaban en contubernio con los delincuentes y cometían robos”. En consecuencia de esto los habitantes portaban pistola 22, 38, una escopeta o lo que tengan en casa con la condición de sólo portar armas en el pueblo, no salir armados a la carretera, porque los agarran los federales.
El alcalde de Acaxochitlán, Erick Sosa Campos, asegura que en su municipio no existen Policías Comunitarios, ni en ninguna de las 54 comunidades. Sin embargo, exige que el Ejército mexicano entre al municipio y haga su chamba y decomise las armas, porque no consentirán esto.
“Lo que hay en este municipio, -según el alcalde- es gente que vigila sus comunidades, pero no lo hacen armados, lo hacen a pie”. Don Ángel asegura que hasta el momento Los Reyes ha estado mejor resguardado y vigilado que Santa Ana Tzacuala y Acaxochitlán.
Varias comunidades prevalece el toque de queda, y ninguna persona puede andar por la calle después de las nueve de la noche. También, a veces “Parecemos ardillas”, dice Roberto Mendoza (delegado de la comunidad Portezuelo en el 2012), en alusión a la variedad de entradas y salidas que tiene esta zona, lo cual ha sido aprovechado por los delincuentes para emprender huidas fáciles cuando son perseguidos.
La policía comunitaria no lleva ningún tipo de uniforme, hasta el momento no han utilizado sus armas y no están ni manipulados, ni financiados, simplemente piensan que es una manera de protegerse, y moverse con sus propios recursos. Con información de Alejandro Gálvez para Los Ángeles Press.
