17.3 C
Mexico City
martes, abril 23, 2024
InicioDeportesConade, sólo un Jarrón chino

Conade, sólo un Jarrón chino

Fecha:

Noticias Relacionadas

A qué le Tiras Cuando Sueñas Mexicano. Pues a que Seamos Campeones Mundiales, Uey

Arturo Sandoval   "Ningún jugador es tan bueno como todos juntos"....

México formaliza su postulación como sede olímpica

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, junto...

El PRI Busca su Recomposición

DE FRENTE Y DE PERFIL  RAMÓN ZURITA SAHAGÚN ...

El Tapado del PRI

DE FRENTE Y DE PERFIL    RAMÓN ZURITA SAHAGÚN...

Agora Deportiva

Por Jesús Yáñez Orozco

Hace 25 años cumplidos que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) se ha convertido en jarrón chino en la sala de la casa –el país– que está patas pa’rriba hace más de siete lustros: está bonito, bello, el canijo, pero de nada sirve. Es un obsoleto adorno más de la poderosamente tenebrosa burocracia priista.

 

Igual sucede con los demás organismos, eufemismo, deportivos que tienen apoyo gubernamental, reducidos a tapetes de la destartalada sala: Comité Olímpico Mexicano (COM) y la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme).

Son paquidermos blancos. Falaces falacias que cuestan al pueblo millones de pesos. Los cinco  dirigentes que se han sentado en la sillita, al frente de la Conade, han sido, literal, delincuentes de cuello blanco. Más nadie se atrevió a investigarlos.

Nada pasa. Porque este organismo equivale a los pieseses de un poder omnímodo, el cuerpo, que semeja un títere sin cabeza. Ahora el responsable es su Alteza Serenísima.  Pues si la tatema, chompeta, está mal, las patitas también, parafraseo un refrán popular.

Ley de vida. O muerte.

Ninguno de sus dirigentes ha podido hacer el milagro de desarrollar un deporte masivo, digno, de un pueblo que oscila entre la pobreza extrema, que representa muerte virtual, y la obesidad más grande del mundo, que padecemos los mexicanos. Que también significa fallecimientos.

Tampoco requiere mucha ciencia lograr la activación física de un pueblo oxidado, enmohecido, física y mental. Es sólo voluntad política y sentido común. Aunque lo más común es que se carezca de ambos.

Si a ello sumamos  intereses económicos y extra deportivos, incluso políticos, así como la economía subterránea nacional: la corrupción, estamos ante otro cadáver insepulto.

Bueno, dos más: COM y Codeme. Falta, nomás, rezarles el Ave María antes de que desciendan a la fosa.

Fue un 13 de diciembre de 1988 que nació este eterno aborto deportivo, que sigue atorado en el vientre materno. Por él han pasado cinco titulares, como espantacigüeñas:

El fondista –que se desfondó– Raúl Gónzález –considerado el mejor atleta del siglo pasado; doble medallista olímpico– de quien, se rumoró, era hijo bastardo de don Raúl, padre de Carlitos Salinas de Gortari (quien por cierto lo nombró en el cargo al inicio de su sexenio por aquello de no te entumas: quétal si son hermanos).

Su único acierto fue crear una infraestructura de medicina del deporte, de primer mundo, de más de un centenar de doctores. Pero fue desmantelado  hasta quedar en un puñado de especialistas: menos de 15, luego de dos sexenios.

Siguieron los más grises de la grises: Ivar Sisniega Campbel, pentatleta, nunca medallista olímpico; Nelson Vargas Basáñez, empresario de la natación. Unica virtud: su odio jarocho al futbol. Nada hizo.

Carlos Hermosillo, ex futbolista, administró su incompetencia; Bernardo de la Garza, mucho ruido y pocas nueces.

Ahora está al frente Jesús Mena, mexiquense, igual que el reaparecido espíritu de Antonio López de Santa Anna, quien lo designó en el puesto. Fue clavadista y medallista olímpico. No se le mira virtud alguna.

Bueno, sí: su obesidad. Ser gordo tiene un mérito, pues. Igual que su jefe directo, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Emilio Chauyfett –quien ya toma clases de chino-mandarín y tai-chi –, de la que depende Conade. 

Y es que provoca hilarante hilaridad cuando mira uno datos que reflejan la inoperancia, crónica, sincronizada de la Trinidad Diabólica del deporte nacional: Conade-Codeme-COM. Son el Co-Co-Co de la sociedad mexicana, si nos ceñimos a las dos primeras palabras de cada organismo.

Por ejemplo, para darnos un chamuscón: Cuba ha obtenido más de 208 medallas olímpicas, mientras que México sólo 62 a lo largo de su historia en estas justas.

No hace diferencia que la Isla sea socialista, tras el triunfo de la revolución en 1959, ni que sea bloqueada económicamente por el país de las Bardas y las Estrellas hace más de medio siglo.

Desde entonces tienen una mano adelante y otra atrás.  

México también tuvo un movimiento armado, comenzó en 1910, que convirtió el priísmo en una revolución papel en discursos y acciones. Que como la llamaban entonces, la bola, pues casi nadie sabía cuál era su objetivo.

Y es que algo tan sencillo, no creo que complicado, para la activación deportiva nacional, como crear un programa de deporte intrafamiliar. Con video donde padres e hijos hagan 40 minutos de ejercicio en sus hogares. Nadie desea salir de sus casas ante la segura inseguridad que se vive en todo el país.

El anuncio de su Alteza Serenísima de reactivar dos mil 500 espacios deportivos en todos el país, insisto, será un fracaso. Es demagogia vil. Dinero dilapidado. Mientras la raza se sienta frágil en su integridad física es difícil que salga a hacer ejercicio en espacios abiertos. Ya hasta para ir al pan o las tortillas da mello.

Para eso sí pueden tener un uso positivo la televisión o la computadora.  Y, donde no haya esta tecnología, habría que ver de qué manera resolverlo.  Hay que ponerle cacumen. Talento, pues.

Y para echarnos un trompo al’uña de cómo se maneja el deporte nacional, aquí va una prueba de ello, una pequeña perla periodística, que difundió proceso.com.mx:

La tarde del 27 de septiembre (2012) en las instalaciones de Organización Editorial Mexicana (OEM) el cacique del deporte mexicano, Mario Vázquez Raña, reunió a todos los miembros permanentes y federados del Comité Olímpico Mexicano (COM) en una comida donde dio muestras de su poder.

En un salón contiguo a su oficina, cuyas paredes están cubiertas con decenas de fotografías de Vázquez Raña acompañado de líderes políticos y religiosos del mundo, había mesas que fueron dispuestas más cerca o lejos de la principal dependiendo del afecto de “don Mario” por sus invitados.

El propio presidente vitalicio del COM y director general de OEM dio la bienvenida en la puerta a sus invitados.
Vázquez Raña repartió sonrisas, abrazos, besos y uno que otro apapacho a quienes iban llegando.

En la mesa principal con Vázquez Raña se sentaron el secretario general del COM, Ricardo Contreras; el entonces todavía presidente del COM, Felipe Muñoz; Carlos Padilla Becerra; los medallistas olímpicos Daniel Aceves y Jesús Mena; su yerno Antonio Aguilar Darriba; el tesorero del COM, Jaime Cadaval; su secretaria Jimena Saldaña; el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán; y uno de los miembros permanentes del COM, Antonio Murrieta.

Sin levantarse de la mesa, después de la comida, Vázquez Raña tomó un micrófono. Y comenzó con su discurso de megalomanía. Dijo que sabe que no le queda mucho tiempo de vida, lo cual no le preocupa pues él y toda su familia son “ricos” y no tienen nada de qué preocuparse en lo económico.

“¡Soy un chingón!”, soltó.

Explicó cómo acomodaría sus piezas en el ajedrez del deporte: “A Felipe Muñoz ya le dije que no se haga pendejo, que renuncie al COM”. Volteó a verlo y le dio la instrucción: “quiero que renuncies el lunes”. ¿A qué estamos el lunes?”, preguntó.

Alguien gritó:

 “Primero de octubre”.

“Ah, pues ese día Felipe”. Muñoz asintió con la cabeza.

“Felipe va a operar en la comisión del deporte como diputado”, añadió.

Al estilo del PRI, Vázquez Raña anunció luego: “en este salón está sentado el próximo ministro del deporte”. Antonio Murrieta no se aguantó el comentario:

“¿Quién es?”

Con el índice derecho, Vázquez Raña hizo varios círculos entre Daniel Aceves y Jesús Mena.

“Y en este salón también está quien se quedará con el cargo que hoy tiene nuestro futuro ministro del deporte”, dijo con la misma desfachatez con la que en sus diarios –casi medio centenar, incluidos Esto y La Prensa— publicó que Enrique Peña Nieto tuvo “éxito” en la Universidad Iberoamericana donde fue correteado y hasta tuvo que esconderse en el baño.

“El próximo presidente del Comité Olímpico va a ser Carlos Padilla. Y si alguien tiene algún problema con eso que me lo diga”, retó.

Con la confianza de quien habla delante de sus mejores amigos, Vázquez Raña usó malas palabras e insultos para calificar a quienes se le venían a la mente en su desordenado discurso. Frente a sus más de 150 invitados refirió:

“En este país mando yo y seguiré mandando yo. Con Felipe Calderón se han hecho puras pendejadas”.

Y remata, el texto procesiano:

Bernardo de la Garza vio caer en pedazos sus aspiraciones de continuar como responsable del deporte nacional. En su desesperación por continuar al frente de ese organismo solicitó el apoyo de atletas y entrenadores a quienes pidió que firmaran una carta -redactada por él mismo y dirigida a Enrique Peña Nieto- en la que sugerían que por su extraordinario desempeño y apoyo a los deportistas lo ratificara en el cargo. Mario Vázquez Raña le dio una lección de poder.

Ahí está un detallito de la insignificante, tenebrosa y triste, historia de la histeria político-deportiva.

Últimas Noticias

Artículo previo
Siguiente Artículo

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here