DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Los partidos de oposición muestran cada vez más que no será en esta ocasión cuando puedan disputar, con posibilidades de éxito, la Presidencia de la República. Las fisuras internas de cada uno de esos partidos son sumamente notorias y, si no son capaces de alcanzar la unidad interna, menos podrán hacerlo con una alianza de partidos.
Hacia afuera, los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática proyectan que, unidos, pueden vencer la creciente fábrica de votos en que se convirtió MORENA, mientras no toman muy en serio las discrepancias y pugnas internas.
Cada uno de los dirigentes sufre su propio infierno y, aunque tratan de minimizarlo, las cosas habrán de empeorar en cuanto inicie la disputa por los cientos de candidaturas que tendrán que resolver en los primeros meses del año próximo, aunque desde finales del presente año se empiecen a dibujar algunas de ellas.
Alejandro Moreno Cárdenas consiguió su propósito de quedarse al frente del PRI nacional hasta después de la elección presidencial, pero el grupo inconforme que encabeza Miguel Ángel Osorio (sus principales impugnadores ante el tribunal electoral) y que tiene como su figura estelar a Claudia Ruiz no quedó a gusto.
Claudia es una de los varios prospectos que tiene el PRI para encabezar la candidatura presidencial y, mientras siga viva en esa búsqueda, el grupo no hará nada en contra de Moreno Cárdenas.
Los perredistas viven sus propias confrontaciones con un Silvano Aureoles buscando una casi imposible nominación presidencial, a disgusto de los “Chuchos” Zambrano y Ortega, con quienes, simplemente, no comulga. La falta de figuras destacadas provocó que Miguel Ángel Mancera, que no es militante, fuese destapado como aspirante presidencial y que Zambrano promoviera a Ricardo Monreal como posible candidato. Silvano continúa su camino a disgusto de la dirigencia y alentado por los pocos simpatizantes que reúne este partido.
El colmo es en Acción Nacional, donde los antes destacados militantes y ex dirigentes, Felipe Calderón y Margarita Zavala, abrieron fuego sobre este partido. Las críticas fueron hacia la actitud tomada por los panistas en los comicios presidenciales de 2018, donde la falta de democracia (dicen) evitó que Margarita Zavala fuese candidata presidencial, aunque si lo consiguió como independiente.
Sin embargo, Margarita todavía ansía una candidatura presidencial y aunque forma parte de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados, dejó de ser una figura atractiva, aunque Felipe quiere moverla otra vez como personaje natural para la disputa presidencial.
La realidad es que los tres partidos de la alianza Va por México poco podrán hacer en contra de quien resulte nominado o nominada por MORENA, si antes no resuelven sus diferendos internos.
No falta mucho para que definan los partidos qué o quién harán su propuesta presidencial y si van o no juntos, manteniendo la actual alianza, en la que mucho influirán los resultados electorales del próximo cuatro de junio.
Por lo pronto, las corcholatas de MORENA advierten a lo lejano las posibilidades de que su partido sea reemplazado en 2024, aunque, tal vez, los opositores estén esperando que surja un rompimiento entre quien resulte el ganador o ganadora de la disputa interna y los que no lo consiguieron.
Todavía no se escribe la historia final de lo acontecido en el Senado de la República la noche del viernes y la mañana del sábado, ya que los integrantes de la oposición acudirán a la Corte para impugnar cada una de las leyes aprobadas por los senadores de MORENA.
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