POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
Ayer, en España, la turba gritaba que “Pedro Chávez” estaba preparando un asalto democrático, un golpe de Estado contra las instituciones, las leyes y el propio resultado electoral: Sánchez no ha ganado las elecciones generales del pasado julio; sin embargo, es un político curtido en la adversidad y ni siquiera le querían dentro de su propio partido (el PSOE) ni se lleva bien con la mayoría de los expresidentes socialistas.
Sánchez es digamos un político curtido en remontadas, un corredor de fondo de esos triatlones duros y exhaustivos; y, es además, un liquidador: se echó a Mariano Rajoy, a Susana Díaz, a Pablo Casado, a Albert Rivera… a su partido Ciudadanos y después, se sacudió al vicepresidente segundo de su gobierno, el ultraizquierdista Pablo Iglesias de Podemos y ahora manda a casa, a la exministra de Igualdad, la mujer de Iglesias, la señora Irene Montero y prácticamente deja en la UCI a Unidas Podemos. Su olfato político le permite sobrevivir a las tempestades y buscar afines como lo ha hecho con Yolanda Díaz, a quien ha apoyado en su odisea de Sumar.
Ese superviviente es un perdedor que hace limonada con limones y termina siempre saliéndose con la suya; su perfil es ya por todos conocido: puede decir algo que mañana olvidará… puede abordar un compromiso público que seguramente no cumplirá. Es ventajista y manipulador. Gana al perder.
Ha logrado sus 179 votos que le han investido como presidente para quedarse otros cuatro años más, en una muy difícil legislatura, que al ritmo del calor de la calle quizá sea más corta de lo que se espera.
Sánchez ha vendido a España a los independentistas catalanes y nacionalistas vascos y gallegos y todos han pedido el oro y el moro a cambio de apoyarle con sus votos en el Congreso.
Realmente eriza la piel escuchar los posicionamientos de los partidos ERC, BILDU, JUNTS o el PNV, el desprecio con el que hablan de España como país y como punto de unidad.
Son solo unas fieras, digamos unas hienas carroñeras, esperando la oportunidad para despedazar a España, por desgarrarla, no me queda ninguna duda después de escucharlos hablar por encima del hombro a Sánchez a quien tienen cogido del cuello.
No solo pretenden romper la unidad de España, sino que quieren llevarse sus cuentas, sus carreteras, sus vías de trenes, sus empresas, su fiscalidad, su seguridad social y poner sus leyes, sus normas, sus cuentas…
No sé qué quedará de España al final de esta legislatura con todo el pliego petitorio que los independentistas ya tienen preparado bajo el brazo, a la amnistía catalana podría sumarse otra: la amnistía para los presos etarras.
A COLACIÓN
España se ha metido en una polémica con el gobierno de Israel, a tal punto, que la propia embajadora Rodica Radian-Gordon ha condenado en más de una ocasión las manifestaciones de apoyo públicas por parte del gobierno socialista español a favor de la causa palestina.
Durante su sesión de investidura, el presidente Pedro Sánchez, abordó que el mundo enfrenta como nunca antes una serie de amenazas cruciales en el ámbito internacional. Desafíos que pretenden terminar con las democracias liberales.
De la invasión rusa a Ucrania, señaló que su gobierno seguirá ayudando a Kiev en todo lo que pueda financiera y militarmente mientras que en el caso de la guerra que libra Israel, contra Hamás en la Franja de Gaza y que ya supera los más de 15 mil civiles asesinados, por las bombas israelitas, el presidente Sánchez dijo que hará todo lo posible por trabajar por la paz en la región y que liderará en la UE, el reconocimiento del Estado Palestino.
Acerca de las relaciones con Marruecos o con Argelia, dos vecinos estratégicos para España, por sus posiciones en África, no definió todavía una posición.
Tampoco en cuanto al tema de los crecientes flujos migratorios ilegales que llegan desde África cruzando el mar Mediterráneo hacia las Islas Baleares e Islas Canarias. La situación en Canarias es preocupante: el Ministerio del Interior informó que hasta el 31 de octubre pasado, un total de 30 mil 705 inmigrantes, llegaron a las costas de Canarias en lo que va del año lo que implica un récord histórico.
