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Europeos preocupados ante subida de tasas

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POR LA ESPIRAL

Claudia Luna Palencia

@claudialunapale

 

Como sigan subiendo las tasas de interés se pondrá peor la situación. Los europeos ven con denodado nerviosismo la nueva carrera alcista en las tasas de interés.  Preocupa y mucho.

No sólo en España, en la mayoría de los países europeos, la gente vive en cómodas mensualidades: se hipoteca, paga su coche a crédito; viaja gracias a los plazos y la tarjeta de crédito y se compra la televisión más moderna porque en la tienda departamental le otorgan un financiamiento.

Los europeos  están hasta arriba de créditos, buena parte de su ingreso está destinado a pagar todo lo que deben no solo a los bancos también a las tiendas departamentales y a las automotrices.

Desde 2008, empezaron a bajar las tasas de interés, llegaron a niveles de cero por ciento e incluso se ubicaron  en terreno negativo. Duraron así  hasta hace medio año cuando la burbuja inflacionaria obligó en 2022 a que los bancos centrales salieran de su zona de confort y movieran las tasas hacia arriba.

Estamos hablando que, en los últimos catorce años la gente tomó montones de créditos aprovechando la situación de las tasas bajas,  fundamentalmente la gente que se ha comprado una casa a través de una hipoteca.

El meollo es que ahora van en sentido contrario: han comenzado a escalar y no se le ve un techo… al menos no por el momento; al ciudadano de a pie le inquieta todas las deudas variables que deberá cubrir en los próximos meses y años por venir.

Los hipotecados están pasándolo mal porque la incertidumbre les agobia. Los deudores con tasas fijas tienen el horizonte más claro  y por lo menos están  más protegidos al respecto de las alzas de interés.

Ya varias plataformas en defensa de los hipotecados van recabando datos de todas las personas que se acercan  para decirles que si la espiral en las tasas sigue no les quedará más que suspender los pagos con el miedo en el cuerpo porque saben que perderán su casa.

Las últimas noticias no son halagüeñas: ayer, el Banco Central Europeo (BCE) subió otra vez (es el quinto ajuste en corto tiempo) sus tasas de interés al 3% y avisa que, en marzo próximo, volverá a incrementarlas en medio  punto.

En definitiva, el BCE ha decidido secundar a la Reserva Federal, seguirlo en esa carrera alcista y no solo como una estrategia para contener y reducir la inflación; lo hace, porque quiere evitar que Estados Unidos y sus Bonos del Tesoro se conviertan en aspiradores de capitales de diversas partes del mundo.

A COLACIÓN

Si la UE no mueve ficha, la salida de capitales será inevitable porque los inversores irán detrás de la rentabilidad norteamericana situada en el 4.50% y 4.75% y seguirá subiendo porque la FED  ya avisó que sus ajustes a partir de ahora serán de 0.25 puntos.

Así es que la carrera del BCE será larga para alcanzar a las tasas estadounidenses. La interrogante hasta el momento es, ¿hasta dónde está dispuesta a llegar la FED?

En Europa, las tasas han vuelto a su nivel de 2008 cuando la crisis financiera creada por las subprime obligó entonces a una drástica reducción de las tasas de interés por más de una década precisamente para alentar a la economía y el crédito al consumo.

Hay el riesgo de que estas subidas, si no se saben parar a tiempo, generen una crisis financiera porque será inevitable una caída en suspensión de pagos no solo por las personas deudoras también por las cientos de miles de empresas apalancadas desde hace años.

No vaya a ser que los ortodoxos de la política monetaria se equivoquen y salga peor el remedio que la enfermedad. Basta con otear el pasado económico para saber que hay algo más malo que frenar el consumo: dejar sin capacidad de pago a los morosos. Y eso es peligroso…

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