LA COSTUMBRE DEL PODER
- Lorenzo Córdova mostró su tamaño, no da para más, sólo es un amanuense del auténtico, el verdadero poder electoral, que ya no se ubica dónde estábamos acostumbrados a verlo
Hay insuficiencias cognitivas y de valor civil congénitas entre los administradores de justicia. Es inexplicable que si las instituciones (SCJN, CJF, TEPJF) tienen los marcos legales y constitucionales adecuados, sus responsables las hagan inoperantes o las pongan al servicio de aviesos intereses políticos.
Jueces, magistrados y ministros son incapaces de encontrar afinidades entre justicia y ley para cumplir a cabalidad su función, o de plano en un afán de pureza incongruente con el quehacer humano, se equivocan y aplican, a rajatabla, la ley por sobre el ideal o la necesidad o la exigencia de justicia, pero casi nunca sucede a la inversa, no he conocido a un juez como Komives, ese personaje de Sándor Márai de Divorcio en Buda, capaz de discernir dónde y cuándo es necesario que la justicia prevalezca sobre la ley.
No nos confundamos, porque en esas equivocaciones los políticos han llevado a México al borde del precipicio. En una falsa idea de democracia y por orden presidencial, reconocieron a AMLO una residencia en el Distrito Federal que nunca tuvo antes de ser convertido en jefe de Gobierno, porque Ernesto Zedillo así lo dispuso.
Hoy Lorenzo Córdova Vianello muestra de qué está hecho, su desconocimiento de la retórica electoral, su insuficiencia de personalidad y su debilidad por el poder, se exhibe al pretender aplicar una sanción legalmente correcta a Guillermo Favela y a David Monreal; se deja avasallar por la avalancha argumentativa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, guiados por el temor de verse como cómplices de un poder presidencial absolutamente disminuido o, a la inversa, como cómplices ideales de un Poder Ejecutivo ilusoriamente disminuido pero capaz de imponer su criterio de cómo debe ser la democracia.
Se manifiesta así un ápice de comprobación de que AMLO es el artífice de la permanencia del innombrable en el ánimo popular y en los círculos de poder, influyente entre una nomenclatura distinta a la surgida de la desaparecida familia revolucionaria y con mayor poder que el de los miembros de élite de la partidocracia.
Lorenzo Córdova mostró su tamaño, no da para más, sólo es un amanuense del auténtico, el verdadero poder electoral, que ya no se ubica dónde estábamos acostumbrados a verlo.