Zona Cero
Javier Divany Bárcenas
Como si nada pasara en el blanquiazul donde las fuerzas están divididas entre los maderistas y los calderonistas, hoy cantan victoria de las pasadas elecciones del 7 de julio, en donde el “carro” se lo llevó casi completo el PRI en la mayor parte de municipios y congresos, pese a que podría perder Baja California.
La voz del líder panista en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal, ya canta victoria con el regreso de la voluntad de los ciudadanos que sufragaron por su partido y con ello es suficiente para él decir que México está con el PAN que sigue de pie.
Dentro del Senado de la República los “ninis” panistas (ni se miran, ni se hablan), siguen la lucha encarnecida por el control de los recursos, de las voluntades partidistas y políticas, donde nadie quiere ceder a pesar de que están desbaratándose.
Estas elecciones intermedias en 15 estados hacen pensar a los panistas de una pronta recuperación de la silla presidencial para el 2018, y que sus triunfos municipales y de congresos, son una visión futurista.
Alberto Villarreal García se mofa de que al PRI le tomó doce años para retomar el poder en el gobierno Federal, y al PAN sólo le llevó doce meses acabar contra la maquinaria revolucionaria roja-verde a través de la formula, de la voluntad ciudadana.
Baja California, Puebla, Aguascalientes, Nuevo Laredo, Matamoros, son algunos sitios en donde la coalición PAN-PRD-PT se llevó algunos triunfos que deberán ser ratificados por los tribunales electorales.
A pesar de la tremenda derrota del 2012 para el PAN que pasó a ser la tercer fuerza política del país, su vanidad y orgullo los hace pensar que han recuperado ser la segunda fuerza política, aunque no han tomado en cuenta que se trata de sólo 14 estados, casi la mitad del país.
Sin duda que los panistas ya sueñan en regresar a Los Pinos, pese a la inminente ruptura interna, a la salida masiva en el 2012 de militantes azules que regresaron al PRI mientras tuvieron chamba por 12 años en el PAN, pero sobre todo ante los fracasos políticos de Ernesto Cordero al frente de la coordinación blanquiazul.
La autocrítica deberá ser dura entre los blanquiazules (del grupo de Gustavo Madero y los de Ernesto Cordero, de Felipe Calderón) durante su reunión ordinaria, para empezar de nuevo y como buenos hermanos, quitarse de odios, diferencias y envidias políticas, pero sobre todo olvidarse de calderones y maderos, ahora solo mirar por el PAN.
Mirilla política
Lo que es de sorprender en estas pasadas elecciones, son la bases en que dejó la maestra Elba Esther Gordillo al partido Nueva Alianza, que demostró con algunos triunfos, que la dirigencia trabajó por los electores que confiaron en ellos.
Y es que la mano operativa de la secretaria general, Mónica Arriola Gordillo, logró un importante posicionamiento entre el electorado, al obtener posiciones en las elecciones que eran consideradas inalcanzables.
Luego de la detención de la maestra Gordillo en febrero pasado, las dudas sobre el futuro PANAL parecían derrumbarse. Pero en los comicios dieron la sorpresa, que contribuyó en las elecciones en Baja California, y en los principales ayuntamientos de Puebla, incluida la capital del Estado.
Mónica Arreola ayudó a sus aliados (PRI y PVEM) a obtener triunfos importantes en Veracruz, varios ayuntamientos de Sinaloa, en Chihuahua, Quintana Roo, entre otros estados. Sin duda fue para los aliados una mano de tigre la de Nueva Alianza en estas elecciones.
@javierdivanybz
