Acento
Salvador Flores Llamas
Si no hubiera trivializado él mismo su trayectoria, se le tendría por uno de los mejores políticos mexicanos; pero su oportunismo lo llevó a interactuar con diez presidentes de la República, de dos de los cuales fue cercano, Echeverría y Fox, polos opuestos en política, que indican las oscilaciones del personaje.
Porfirio Alejandro Muñoz Ledo Lazo de la Vega, secretario de Estado dos veces, jefe nacional del PRI y PRD, fundador de éste, candidato presidencial del PARM, embajador, senador, diputado varias ocasiones lo fue por último del Partido del Trabajo y ahora está cerca del jefe de gobierno del DF sin partido, Miguel Ángel Mancera, de presidente de la Comisión de la Reforma Política del DF, y quizá se le contagie su apartidismo.
Ingresó al sector público con López Mateos. El secretario particular de éste, Humberto Romero Pérez platicaba que como preparación de la gira de ALM a Francia se invitó al embajador de ese país a dictar una conferencia en el entonces recién fundado Club de Periodistas de México, sobre perspectivas de dicho viaje. Como no llegara el traductor, se preguntó si alguien podría sustituirlo y un joven desconocido saltó a la palestra, fue Porfirio Alejandro, quien ahí se enganchó al carro oficial.
Ocupó varios cargos con ALM, como ser agregado cultural de la Embajada de México en Francia, con Morones Prieto de Embajador, y cuando éste fue nombrado por Díaz Ordaz director del IMSS, Porfirio quedó de secretario general de éste.
Con Echeverría tuvo su época de oro: le propuso y elaboró la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados, que LEA presentó a la ONU en su intento de llegar a su secretaría general, y fue nombrado secretario del Trabajo, parte de la llamada efebocracia echeverrista, integrada por Moya Palencia, Ojeda Paullada, Pedro Zorrilla, sus coetáneos en la Facultad de Derecho de la UNAM, y otros.
LEA se lo impuso a su sucesor López Portillo de presidente del CEN del PRI, para que le dirigiera la campaña electoral y, sobre todo, lo incluyera en el gabinete al lado de Carlos Sansores Pérez, líder del Senado; Augusto Gómez Villanueva, de la Cámara de diputados, y Hugo Cervantes del Río, director de la CFE, que formarían la pinza del llamado mini-maximato echeverrista sobre Jolopo.
Porfirio duró un año al frente de la SEP y pasó a la banca; su movilidad política logró lo nombraran representante de México en la ONU, ya avanzado el sexenio. Desde ahí trató de colársele al futuro presidente Miguel de la Madrid, su compañero de generación en la facultad, quien lo conocía demasiado y buscó una oportunidad para cesarlo.
Al terminar de gobernador priísta de Michoacán Cuauhtémoc Cárdenas y ver frustrada su aspiración a la dirección general de Pemex, se unió con el decepcionado Porfirio, formaron la corriente democrática del PRI, que proponía fuera elegido por las bases el candidato presidencial, posición que ambos anhelaban. Al no conseguirlo, provocaron la salida de fuerte grupo priísta, que el Hijo del Tata alineó con la izquierda, dado el ascendiente hereditario que poseía.
El Hijo del Tata, candidato presidencial de las izquierdas, que se le unieron, se comprometió con Porfirio en que él sería el siguiente, y al no cumplirle, provocó el rompimiento entre ellos y la salida del segundo del PRD, partido que fundaron al no llegar aquél a Los Pinos, tras una elección de las más controvertidas, en que Salinas de Gortari se alzó con el triunfo, no sin compromisos de por medio con Cárdenas.
En esa ocasión Muñoz Ledo llegó al Senado, donde armó tal turbulencia y polémicas que marcó récord de intervenciones en la tribuna.
Heredó de Cuauhtémoc la presidencia del PRD; al no lograr ser el candidato presidencial, se separó, y en 1998 lo fue del PARM, mas tiró el arpa y se acercó bajo cuerda a Vicente Fox, cuando el panista se perfilaba triunfador y fue uno de los primeros en izarle la mano victoriosa aquel 2 de julio de 2000 en el Ángel de la Independencia.
Porfirio se sentía secretario de Gobernación; fue relegado y negoció lo enviaran a Bruselas con doble embajada, ante el gobierno de ese país y ante la Unión Europea, también con doble sueldo y viáticos.
Vino luego su cercanía con López Obrador en la campaña de 2006, cuando logró una curul federal por su otrora PRD, y de ahí siguieron sus piruetas en la izquierda al lado de AMLO, de quien, al parecer, está alejado.
Muñoz ledo proviene de Apaseo el Grande, Guanajuato; por eso, aunque él no nació allí, en el sexenio de Zedillo porfió ser candidato a gobernador e invocó en el jus sanguinis, que no existe en la entidad.
Cuenta él que su padre emigró de joven a Toluca, donde fue maestro de educación física, luego ubicó a su familia en el DF, donde nació Porfirio Alejandro, quien en medio de sus avatares políticos ha sido muy hábil para ocultar que proviene de una familia levítica con muchos sacerdotes y monjas, y cuando algún comunicador se lo descubre, le implora que no lo publique, “porque me perjudica políticamente”, pues hace gala de un liberalismo, quizá ya trasnochado.
Este 23 de julio cumple 80 otoños con más de 50 años de trayectoria pública. Enhorabuena.
