Rompecabezas
Abel Luna
Más allá del contenido del paquete de reformas hacendarias, financieras y demás entuertos, la realidad para más de 50 millones de mexicanos es y hemos seguido enfrentando, desde hace por lo menos veinte años, carencias, desempleo, limitaciones en las compras familiares y eso, señores legisladores, sin la menor duda ha impactado en la adquisición de diversos artículos -principalmente los básicos- porque la diversión, los viajes y el turismo cada vez menos pueden solucionarse con los cada vez más exiguas capacidades de compra.
Además, esta situación demuestra, aunque nos diga el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, lo contrario, los indicios de recesión (detención) económica y gran parte de la sociedad lo sabemos prácticamente, por encima de las justificaciones o razonamientos que pretendan darse a la sociedad. La realidad económica se refleja siempre en el bienestar de la población. El propio artículo 123 constitucional señala que los salarios mínimos generales “deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material , social y cultural y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.”
El texto es muy agradable, casi despierta gran entusiasmo en cualquiera que lo lea, pero ¿cuántas de todas estas buenas intenciones han quedado plasmadas en el papel? en última instancia, los legisladores como representantes de toda la población de ninguna manera deben dejar a un lado su papel de defensa de sus representados, de la ciudadanía en general, que mediante nuestro voto los llevamos a la diputación o la senaduría. Frente al panorama de prisas y presiones demostrados en los procesos legislativos de reformas al sector laboral, y recientemente a la de educación, cabe la disyuntiva si los diputados real y efectivamente analizaron con el debido detenimiento las propuestas del Ejecutivo Federal, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto.
“Ni nuestro aval, ni nuestro rechazo anticipado” dijo esta tarde de domingo el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya Cortés, en referencia al análisis legislativo del llamado paquete económico 2014 y señaló que su único compromiso estratégico es con México. A su vez, el vicepresidente, José González Morfin, comentó anteriormente en declaraciones a los medios que serán eliminados los subejercicios en la aplicación del presupuesto federal. Esta será -de llevarse realmente a la práctica- una buena noticia, porque precisamente ha sido una de las principales causas del impresionante decenso en el desarrollo económico del país en sólo 9 meses.
Más tarde, en el escenario de Los Pinos, rebosante de los escudos nacionales con el águila y la serpiente, y con la presencia de los presidentes de las mesas directivas del Senado, Raúl Cervantes Andrade, y de diputados, Ricardo Anaya Cortés, el presidente aseguró que sus propuestas tienen como objetivo central la recuperación económica de todas las familias del país. Entre las varias medidas anunciadas en proyección nacional, e inclusive en vivo a través del internet, centralmente se pretende la aplicación de inversiones públicas en educación(escuelas de tiempo completo con alimentación adecuada para los pequeños estudiantes), la creación de más infraestructura (carreteras, puertos, caminos, entre otros), y la seguridad social (la pensión universal para adultos de 65 años o más), de manera que ahora sí los mexicanos veamos el producto de nuestros esfuerzos cotidianos reflejados en la economía familiar y de para que, adujo el propio presidente, todos podamos escribir nuestra propia “historia de éxito.”
Otro de los rubros interesantes del mensaje presidencial fue la acotación de que (¿ahora sí?) serán aplicados los mecanismos necesarios para reducir la multiplicación de unidades administrativas dentro de la burocracia federal, ya que, puntualizó, si el objetivo es el relanzamiento de la economía no va a ser para el pago de más burócratas; hecho en el que cayeron, de la manera más ostensible y presuntuosa las administraciones de Vicente Fox Quesada u Felipe Calderón Hinojosa, y que en anteriores Rompecabezas ya tuve la oportunidad de precisarle con números.¿Entendemos esto como la alternativa adecuada a la limitación o reducción de espacios en donde empleados públicos gozan de sueldos superiores a los 100 mil pesos mensuales, más “apoyos para gastos personales, teléfonos celulares, viáticos, comidas y de representación”? que en algún funcionario de comunicación social -me consta- llegaban a superar los 200 a 250 mil pesos mensuales.
Adicionalmente, ¿veremos que los funcionarios de nivel jefe de departamento hacia arriba, incluyendo asesores -cuyos resultados sólo ellos conocen- dejarán de tener choferes? ¿o será eliminado el viaje de un secretario de Estado que diario vuela de Toluca a la ciudad de México en helicóptero? en cuyo caso sería más barato el alquiler de una casa en el Distrito Federal; y ello sin dejar de lado al gobernador de San Luis Potosí, Fernando Toranzo Fernández, quien declaró el jueves pasado a la prensa que también es de carne y hueso,se cansa y merece ser transportado en avioneta particular para salir con su familia de vacaciones. Inclusive fue más lejos, ante las demandas de evitarse esos gastos excesivos, diciendo: “sólo falta que digan cuánto gasto en papel sanitario”.
Sin duda, así como él, desde el presidente de la República, los diputados, senadores, asambleístas del DF, presidente municipales, magistrados, secretarias, hasta el empleado del almacén en alguna secretaría de Estado, todos aquellos que reciben recursos de las arcas del presupuesto público DEBERÍAN sujetarse sin pretextos a la rendición de cuentas, aunque sea el número de cuadritos de papel sanitario, que seguramente no serán pagados por los bolsillos personales del gobernador potosino.
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