Acento
Salvador Flopres Llamas
Con más libertad de expresión y conciencia crítica, los mexicanos podemos hoy disentir de dogmas que nos imponía la historia oficial y nadie objetará que en estas Fiestas Patrias recordemos a don José María Morelos y Pavón, para mí el héroe más limpio y genial de la gesta libertaria.
Su cuna humilde –la meció el aire que pasaba por la fachada de la casa en cuya puerta vino al mundo en la hoy calle de Corregidora de Morelia– fue el mejor acicate para prepararse a cumplir sus tareas de dueño de recuas de carga, alumno del Colegio de San Nicolás y sacerdote, donde conoció al rector Hidalgo, quien le ordenó extender la guerra de Independencia al sur de la Nueva España.
La antigua Valladolid, que lleva su nombre en su honor, fue un centro de cultura y conjuras libertarias, como la de los hermanos Mariano y Nicolás Michelena y cuna de numerosos insurgentes que combatieron con Hidalgo y él para legarnos la nación libre de hoy, que estamos obligados a honrar y engrandecer.
Morelos es digno de admiración por su entrega la causa, su genio militar y jurídico para sentar las bases constitutivas de México, respetar la ley y al Congreso de Anáhuac, primer Poder Legislativo que él creó, cuyas cabezas, guiadas por otro michoacano, Ignacio López Rayón, abusaron de él hasta degradarlo de Capitán General del Ejército Insurgente.
Poco se reflexiona en que los largos viajes del joven arriero Morelos por los caminos del sur templaron su carácter y le mostraron el futuro campo de sus hazañas en el Fuerte de San Diego de Acapulco y el sitio de Cuautla, al lado de Galeana y Matamoros, que se partieron el alma con él por su país.
Un paisano suyo, Agustín de Iturbide marcó el eclipse de su triunfadora estrella, al derrotarlo en las Lomas de Santa María, al sur de su terruño el Valle de Guayangareo, la navidad de 1914; de allí marchó hacia el sur entre descalabros e intrigas, hasta ser capturado en Tezmalaca, juzgado en la Ciudad de México, fusilado en San Cristóbal Ecatepec en diciembre de 1915
Hoy que el relativismo lleva a olvidar los valores que nos dieron Patria, sirva el recuerdo del Siervo de la Nación para impregnarnos de los Sentimientos y la estructura jurídica de la Constitución de Apatzingán, con que él forjó los cimientos del México que soñó y ha de movernos a dar el mejor esfuerzo en bien de las nuevas generaciones, sobre todo de los más desamparados.
El cura de Carácuaro abolió la esclavitud, publicó los Sentimientos de la Nación, creó del Congreso de Anáhuac y promulgó el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, con lo que cavó los cimientos de la nación y esculpió unas de las páginas más brillantes de la Independencia
Hoy ¿qué Independencia vamos a celebrar, si el gobierno rogó de rodillas a la CNTE que desaloje el Zócalo y le permita celebrar el Grito y el Desfile del 16 de septiembre, mas losprofes se negaron después de mucha insistencia?
Es consecuencia de que lo amedrentó el chantaje de la CNTE y no se atreve a aplicarle la ley por sus delitos y agresiones cometidos en el DF, 7 estados y 34 ciudades del país, que tiene en su poder, donde pisotea a los mexicanos.
Las autoridades no aprenden de Hidalgo, Morelos y próceres que dieron su vida para liberarnos de los opresión, y dejan libres a los criminales para que continúen oprimiéndonos.
¿Qué Independencia van a inculcar a la niñez estos mentores, cuyo ideal es burlar toda ley a su conveniencia, incumplir el deber, vejar a los mexicanos y poner a sus pies a la autoridad, que debe meterlos al orden?
¿Dónde está el ideario de Independencia por el que dieron la vida Hidalgo, Morelos y demás próceres?
