El coordinador del Instituto de Formación Profesional, Juan José Olea Valencia, propuso un cambio de paradigma en el modelo carcelario del Distrito Federal, basado en el respeto irrestricto de los derechos humanos de los internos, que les permita tener acceso al trabajo, la capacitación, la educación, la salud y el deporte, “como medios para lograr su reinserción a la sociedad, y que no vuelvan a delinquir.”
Al participar en el Foro Innovando el Sistema Penitenciario en el Distrito Federal, ante integrantes de las comisiones especiales de Reclusorios y de Administración y Procuración de Justicia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, así como de autoridades del sistema penitenciario de la capital del país, el funcionario estableció que, para ello se requiere contar con criminólogos y trabajadores sociales, entre otros, que reconozcan al interno como persona y promuevan el respeto a su dignidad.
Aseguró que no deben otorgarse beneficios preliberacionales con base en estudios de personalidad, pues en la mayoría de los casos, especialmente en cárceles del interior del país, no son aplicados ni evaluados por especialistas.
Al participar en la Mesa 2 intitulada Acciones para despresurizar el sistema penitenciario del Distrito Federal, el también Secretario Ejecutivo del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal en la capital del país, se pronunció porque la vida en prisión de quienes se hayan privados de su libertad se ajuste como mínimo a lo dispuesto en lo instrumentos internacionales en la materia firmados por México, además de que deben impulsarse mecanismos como medios alternativos de solución de controversias.
Olea Valencia destacó que México es un país con gran desigualdad, ya que si bien por una parte tiene al hombre más rico del mundo, por la otra existen 60 millones de pobres, de los cuales un gran sector está en extrema pobreza, al grado que desconoce si el día de hoy podrá llevar un alimento a su boca.
Reveló el 58.5 por ciento de las personas que están en prisión por la comisión de delitos de poca monta, se convierten en seres muy vulnerables y víctimas de la violación a sus derechos humanos.
El endurecimiento de las penas, afirmó, no ha sido factor de disuasión para la comisión de delitos, como lo demuestra el hecho de que en la capital del país haya una reincidencia del 15.5 por ciento.
Olea Valencia compartió esta mesa de análisis y discusión con la Segunda Visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Cruz Arteaga Chicoténcatl; el magistrado de la 6ª. Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Ramón Alejandro Sentíes; el secretario particular de la Subsecretaria del Sistema Penitenciario local, José Alfonso Carreón Castro, y el Director General del Instituto de Reinserción Social, Filiberto Cuéllar Lara.
