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Censura a Manú: ¿Gamboa Patrón?

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Francisco Rodríguez

En un artículo que no se publicó en su momento –la prensa francesa caía redondita en brazos del III Reich–, Albert Camus escribía palabras que en México, ahora, vienen como anillo al dedo: ““Es difícil evocar hoy la libertad de prensa sin ser tachado de extravagancia, acusado de ser Mata-Hari o siendo convencido de que eres sobrino de Stalin”.

 

Cierto. La verdadera libertad de prensa hoy se sataniza. Se le cierran las puertas de los medios, pues en ellos sólo caben plumas y voces alineadas –y por supuesto alienadas– que están lejos de practicar lo que el propio autor de El Extranjero define como “los cuatro mandamientos del periodismo libre: lucidez, desobediencia, ironía y obstinación”.

Tolerar la censura o salir con la frente en alto a la calle son hoy, aquí, las opciones de quienes intentamos ejercer ese tipo de periodismo. El único, desde mi punto de vista.

Y quien no la tolera, quien ha salido de los medios varias veces, siempre con la frente en alto, es Manú Dornbierer, quien apenas este último sábado sufrió la censura a uno de sus textos.

Lo relata la admirada colega:

“En mi artículo del 21.9.13: “Septiembre negro SOBRE México”, el siguiente párrafo no apareció en diversos periódicos que publican mi columnaSatiricosas:

“‘Se trata de las casas LAS CASAS FEO o GEO, como descaradamente se llaman. Otro negociazo priista, encargado a ¿quién creen? Pues al yucateco, eterno vividor del presupuesto, que es hoy presidente de la Cámara de Senadores, Emilio Gamboa. Por cierto, informan de Yucatán que están llegando millares de ciudadanos chinos a ocuparse de sus negocios aunque en la península el desempleo es fuerte’.”

Punto y aparte, Dornbierer da cuenta de su posición frente a la censura:

“A lo largo de los 40 años de editorialista, cumplidos en este 2013, luché denodadamente contra la censura y muchas veces fui despedida de diarios, de estaciones de radio y hasta de la TV por no querer vender cuando menos mi silencio. Pues sigo igual.

“Hoy el ocultamiento de la información sobre la responsabilidad de Emilio Gamboa Patrón en las trágicas inundaciones del Acapulco Diamante que repercuten sobre toda una gran región amén del puerto mismo, es motivo de este escrito.

“El dato duro enunciado más arriba en cualquier país hubiera causado cuando menos un connato de investigación. En otros más democráticos, el desafuero del hoy senador Gamboa Patrón y su consecuente juicio político.”

 

EGP, ENTRE “LOS INTOCABLES”

 

¿Fue Emilio Gamboa quien mando a quitar el párrafo del texto de Manú que, por certero, le resultaba molesto? Personalmente, no lo dudo.

Dornbierer envía su texto semanal con mucha anticipación. Más de uno de los editores debió comunicarse con el nocivo yucateco y avisarle del “golpe” que se le asestaba. Gamboa, entonces, habría movido influencias, compadrazgos, hasta sociedades para que ese fragmento del texto no se hiciera público. Como si la sociedad no supiera la enorme corrupción que envuelve al ágrafo y alecto yucateco.

Sucedió exactamente así con uno de mis textos a publicarse el anterior lunes 16. Un editor infidente y seguramente beneficiario “por debajo del agua” del gobierno de la capital nacional, alertó a los funcionarios de prensa del GDF para que éstos me pidieran que retirara una información ahí contenida. Llegaron incluso al chantaje. El infidente no publicó la columna, sino una muy anterior. El resto de los editores se solidarizaron y la publicaron tal cual.

Manú no corrió la misma suerte. Porque Gamboa es parte de “Los Intocables” en la mayor parte de los medios cuyos editores, cuyos periodistas, ni siquiera saben quién fue Camus. Editores y periodistas que mantienen con Gamboa –también por debajo de la mesa– relaciones corruptas.

La censura, empero, es contraproducente. Lo que se quiere esconder o tapar, siempre sale a la luz.

Hoy, cada vez más contribuyentes y electores saben de las corruptelas de Gamboa Patrón, porque –como bien dice René Avilés Fabila en su revisión histórica al periodismo en México, “hoy nos enfrentamos día a día a la exigencia popular, expresada lo mismo en Chiapas que en Baja California o en Guerrero y Oaxaca, sin olvidar la ciudad capital. Es por ello que los medios deben participar todavía con mayor fuerza. Hay que dejar de lado filiaciones partidistas o hacerlas menos evidentes, que el interés fundamental sea cada uno de los mexicanos y no los partidos políticos y principalmente la presidencia de la República, pues no por el hecho de serlo cuenta con la razón. De lo contrario, los diarios seguirán teniendo menos lectores, las formas más estúpidas de la televisión triunfarán, los programas radiofónicos más enajenantes dominarán y de esta manera los medios no serán una gran aportación al cambio democrático que desea una sociedad que ha padecido por años la supeditación a un solo partido político y al autoritarismo presidencial en turno. Y, lo más importante: en tanto no se acabe la censura y quede una razonable e inteligente libertad de crítica a los personajes públicos y a las situaciones que lo ameritan, no podremos avanzar como sociedad y menos aún como nación.”

Y usted coincide, ¿no es así?

 

Índice Flamígero: Muy a tono, la colaboración espontánea de don Alfredo Álvarez Barrón, pues se intitula Los Agrachados: “Resulta muy difícil tomar partido en un conflicto ajeno y el cual, como los toros, observo de lejecitos, pero después de platicar con un maestro del SNTE, ciudadano ejemplar con más de 25 años de trayectoria académica, mi visión es un poco más clara; la pregunta era inevitable: ¿qué opina de los maestros de la CNTE?; la respuesta, directa y sin rodeos fue toda una revelación: ‘Tienen razón, ellos están defendiendo los derechos de quienes no nos atrevemos a alzar la voz’. ¿Y ahora a quién le hago caso, a los empleados de Televisa o a los maestros disidentes?, que cada quien saque sus conclusiones, pero hay algo en lo que coincido plenamente con el maestro Raúl: en un país donde los medios de comunicación se encargan de desvirtuar cualquier acto de protesta social, en donde el voto se cambia por una tarjeta de Soriana y en donde se asiste a eventos patrios a cambio de una torta y un refresco, los maestros de la CNTE, con todo su dolor a cuestas, son una especie en peligro de extinción”. Y con su firma El Poeta del Nopal: “Cuando la señal de alarma / enciende los focos rojos, / emergen , como rastrojos, / los periodistas sin alma / y todo vuelve a la calma / según el antiguo rito, / si para pegar el Grito / utilizan acarreados, / en un país de agachados / la dignidad es un mito.”

 

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