Gregorio Almazán Hernández
El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), exhorta a todos los sectores de la sociedad a lograr la consolidación de las políticas públicas en materia de salud sexual y reproductiva para disminuir la tasa de embarazos en la población adolescente, aumentar el acceso al uso correcto y consistente de los métodos anticonceptivos y proporcionar una educación sexual integral.
Ya que, el embarazo adolescente es considerado un asunto de salud pública por los riesgos que representa tanto para la madre como para su bebé. La Organización Mundial de la Salud estima que el riesgo de morir como consecuencia de problemas relacionados con el embarazo a edad temprana es el doble del que enfrentan las mujeres adultas. Adicionalmente, tener un hijo o hija en la adolescencia tiene implicaciones y responsabilidades que afectan el desarrollo de las personas y es un hecho que condiciona tanto las decisiones como las acciones de las mujeres y los hombres que se hallan en esta situación.
El INMUJERES, se suma a la conmemoración del Día Nacional para la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes con el objetivo de crear conciencia acerca de esta problemática entre ellas y ellos, las madres y los padres de familia, el personal de salud, el funcionariado público y la sociedad en general, para que las y los adolescentes y jóvenes puedan tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva.
A pesar del descenso en la fecundidad en el país, se ha producido un incremento en el número de nacimientos entre las mujeres de 15 a 19 años de edad. Para 2008, 15.5 por ciento de ellas había tenido al menos un/a hijo/a nacido/a vivo/a. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, hay 692 mil 476 mujeres en este rango de edad que son madres.
Las consecuencias del embarazo no planificado se reflejan directamente en la participación de las adolescentes en la educación, pues el 92 por ciento de las que tienen uno/a o más hijos/as no asiste a la escuela, según cifras del INEGI. Asimismo, tanto para las madres como para los padres, la inserción temprana al mercado de trabajo representa desventajas, como baja remuneración y dificultad para acceder a mejores trabajos a lo largo de su vida laboral.
El Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres 2013-2018, que es de observancia general para toda la Administración Pública Federal en su calidad de Programa Transversal Especial, establece como una de sus estrategias impulsar el acceso de las mujeres a los servicios de cuidado a la salud en todo el ciclo de vida. Para ello, la línea de acción 4.2.6 dicta que se han de realizar campañas para prevenir embarazos no deseados e ITS especialmente dirigidas a población femenina adolescente y joven.
Aunque la mayor parte de las mujeres (97%) entre 15 y 19 años de edad dice tener conocimientos sobre métodos anticonceptivos, menos de la mitad (44.7%) de quienes están casadas o unidas los utilizan y entre las solteras el porcentaje es únicamente del 4.5 por ciento. Esto implica un alto riesgo de embarazos no planeados o de contraer infecciones de transmisión sexual, tales como VIH/Sida o Virus del Papiloma Humano.
De las mujeres de 15 a 19 años que han tenido relaciones sexuales, seis de cada diez no utilizaron anticonceptivos durante la primera vez, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, lo cual hace suponer que no se percibe el riesgo de tener relaciones sexuales sin protección, tanto por parte de ellas como de sus compañeros.
