ZONA CERO
Javier Divany Bárcenas
La ruta de la desobediencia como parte de la resistencia social emprendida por el dirigente de la organización civil Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, para no pagar luz e impuestos, como parte del rechazo a la propuesta del Ejecutivo federal por las reformas hacendaria y energética, ha sido poco llamativa y sin respuesta.
El llamado del líder tabasqueño cada vez es más débil y la resistencia civil convocada se ve amenazada por la fragilidad de las ideas y la falta de convicción a la lucha de izquierda.
Y es que, quizá la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) le ha quitado imagen al tabasqueño, y como las televisoras abiertas no le dan jugada, pues parece que su popularidad ha bajado como la bolsa mexicana de los valores, pero informativos.
En el último mitin de López Obrador realizado el Ángel de la Independencia, la concentración no fue ni del 10 por ciento, de aquellas manifestaciones realizadas en el Zócalo Capitalino, cuando era la esperanza de miles de familias y de mexicanos.
Ahora las mismas autoridades del gobierno del Distrito Federal argumentan que las concentraciones ya son pequeñas. ¿Pero cuál será el factor?, ¿la falta del Zócalo capitalino a la falta de interés por seguir las ideas pejistas?
Ahora la desobediencia es doble en la ciudad de México, por un lado tenemos a los maestros de la CNTE desobedientes de las leyes educativas y de las reglas de la ciudad y, por el otro la desobediencia civil para no hacer pagos de servicios, todo esto ante autoridades (federales y locales) débiles.
Ahora si muchos analistas políticos y de la misma izquierda ven a Andrés Manuel López Obrador fuera de todo escenario para el 2018, y si fuese así de buscar la presidencia, sería a través de Morena sin efectos mayores, (RIP).
Quienes sí se van a tener que concentrar, pero en su trabajo son los diputados de la Cámara, quienes antes del próximo domingo 20 de octubre deberán tener resulta la reforma hacendaria y por ello desde ayer la comisión de hacienda y de economía trabajaron horas extras en San Lázaro.
Seguramente esta semana será de locura en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, donde los plazos se vencen para aprobar algunas reformas en puerta.
Y es que, haber como se pone la cosa porque los panistas en unanimidad, pero no revueltos, están listos para echar atrás la reforma hacendaria propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, para no cobrar impuestos en colegiaturas, en la compra o renta de casas, para alimentos de mascotas, para aumentar el IVA en la frontera, entre muchas otras cosas.
Para ellos, una parte de los panistas, los simpatizantes de Ernesto Cordero, se reunieron con la banda “pirrurris” de la Del Valle para pedir su apoyo y rechazar como ciudadanos la reforma del PRI-gobierno, mientras eso pasaba, desde el CEN del PAN, el líder de los blanquiazul Gustavo Madero emitía un comunicado en el que señalaba el rechazo total a la iniciativa. Sin duda que el objetivo es el mismo aunque un poco revuelto.
@javierdivanybz
