Acento
Salvador Flores Llamas
Al rojos vivo está la disputa por el control del PAN, atizada por Felipe Calderón, quien aprovecha resquicios para reunirse en el DF con sus alfiles, como en su cumpleaños y ahora que el senador Roberto Gil cumplió 36. Ahí revisan cómo van las cosas, corrigen errores y mejoran estrategia y tácticas.
Tratan de hostilizar a Gustavo Madero donde se pueda, y de aparecer como mejores aliados legislativos del gobierno en el Pacto por México; pero Peña Nieto sigue fiel a Madero, iniciador de esa estrategia, que ha prestigiado el mandato de aquél.
Dolido porque Madero lo destronó de líder senatorial, Cordero aprovecha toda oportunidad para echar agua a su molino. Como aquél se fue contra el IVA a medicinas, alimentos, hipotecas, colegiaturas y compra de casa y su alza en las fronteras, Ernesto rechaza aumentar impuestos, objeta se quiera obtener más dinero con deuda externa por peligroso, pues –dice- volvería a desembocar en incremento desmedido del débito, con las devaluaciones y crisis económicas que nos recetó el viejo PRI.
Le regatean a Madero el mérito de haber presionado al gobierno para que reconociera el triunfo del PAN en Baja California y olvidara dichas alzas al IVA. Panistas de BC dicen que su candidato Kiko Valdés ganó por ser mejor que el priísta Castro Trenti, quien está muy desprestigiado allá.
Gustavo exige que se apruebe la reforma política antes de la hacendaria y sostiene que ésta salió del Gobierno Federal, no del Pacto, que es acuerdo temporal y pronto terminará, y debe optarse por un gobierno federal de coalición.
Entre los aspirantes a ganar la elección de jefe nacional, destacan Madero y Cordero. Los corderistas achacan a aquél valerse de su cargo para hacerse propaganda, como Ernesto utilizó ser delfín de Felipe para ser el candidato presidencial.
Más prospectos: ex gobernadores Juan Manuel Oliva y Juan Carlos Romero Hicks, y los senadores Héctor Larios y Ernesto Ruffo, que van atrás.
El guanajuatense Oliva dejó la subsecretaría de elecciones del CEN para hacer campaña; dicen que es el candidato del Yunque con apoyo destacado de Cecilia Romero, secretaria general del CEN, y el exgobernador morelense Marco Antonio Adame.
Romero Hicks, de Guanajuato, no tiene mayor proyección; tampoco el sonorense Larios ni Ruffo, con mucho prestigio nacional entre los panistas, pero no en BC porque abandonó la militancia largo tiempo.
Los más fuertes: Madero, quien va por la reelección, y Cordero; los otros tienen pequeñas capillitas y sólo aliándose podrán tener peso.
La excandidata presidencial Josefina Vázquez Mota da la impresión de ya no buscar la jefatura, por no haber hallado buena acogida y para no volver a ser el hazmerreir a que la confinaron Felipe y Madero en aquella lid.
Felipe le retiró el apoyo debido al candidato de su partido por ganarle la candidatura a Cordero, y aún le filtró a corderistas: Roberto Gil, de jefe de campaña; hasta a su cuñado Juan Ignacio Zavala, de gran asesor, y a otros.
Madero, no se fajó con el presidente Calderón ni defendió a su candidata, a quien incluso le regatearan 183 millones de la partida que el IFE dio para su campaña presidencial.
Por otro lado, Madero tiene una corte nada envidiable; en que el rescatable es el exgobernador de Guanajuato Carlos Medina Plascencia. A los demás no los ven bien muchos panistas.
Santiago Creel, por ser responsable, en buena parte, de los desaciertos de Fox en Gobernación, donde nunca entendió la transición democrática y se quiso imponer de candidato presidencial a la brava.
Molinar Horcacitas por no sacudirse la responsabilidad del incendio de la guardería de Hermosillo; Adame dejó mal recuerdo como gobernador de Morelos, y Zapata Perogordo hundió al panismo potosino: se sintió sobrado para gobernador y su soberbia lo llevó a devolver SLP al priísta desabrido Fernando Toranzo.
Moreno Valle es un caso dentro del PAN. Fue su candidato a gobernador en alianza con el PRD y PANAL, como incondicional de Elba Esther, con miras a ser candidato presidencial en 2018; lo que está en chino pues ya no cuenta con la maestra y sus exsúbditos y difícilmente lo apoyarán los azules; mas podría aliarse al calderonista Javier Lozano, quien se muere por el gobierno poblano.
Lozano es capaz de dar la espalda a Cordero o al candidato presidencial de Calderón, que bien podría ser Margarita Zavala, con tal de ser candidato a gobernar su terruño. No sabe de lealtades, es priísta de corazón y llegó a subsecretario de Comunicaciones y Gobernación; pero cambió de camiseta al ganar la grande Calderón, su ex condiscípulo en la Libre de Derecho.
Cosas veredes, mío Cid.
