Juan Chávez}
Así de fácil
Resultaba incongruente que Tuxtla Gutiérrez tuviese dos aeropuertos y que para llegar a Palenque se accediera por aire vía Villahermosa, la capital tabasqueña.
Resultaba una clara discriminación a la mayor ciudad del mundo maya, la más rica, inclusive, en tesoros y construcciones arqueológicas.
En México existen 120 puntos de atracción turísticas; 80 se encuentran en Chiapas y Palenque es la entrada a muchos de ellos.
Construcciones, esculturas y pinturas de la antigüedad mexicana son los seductores para el desarrollo. Pero esa porción chiapaneca es también rica para el turismo de aventura y de alto riesgo.
Las nuevas tendencias mundiales privilegian la naturaleza y la cultura como nuevos objetivos de descanso y recreación.
Chiapas, con su nuevo aeropuerto, se va a convertir en serio competidor de Cancún y Acapulco.
Ahí, en Palenque, se veneró a la Diosa Roja, un dato para amacizar la teoría de que hace 16 mil años los mayas abandonaron el Mayab para esparcir su cultura por el mundo entero. No hay que hacer abstracción a la también teoría de la existencia de la Atlántida poblada precisamente por la considerada raza roja que con otras tres –la blanca, negra y amarilla integraban la masa humana.
En fin, el aeropuerto de Palenque viene a subsanar el grave error, de gobiernos estatales y federal que en materia de turismo siempre estuvieron convencidos de que el mar, las playas, eran el único resorte válido para proyectos desarrolladores en la materia.
Con esa nueva terminal aérea, el turismo en Chiapas va a crecer. Si yo fuera millonario invertiría presuroso en la hotelería que Palenque reclama ahora.
Con el aeropuerto se coloca a tiro de piedra la entrada más colosal al mundo maya.
Pero además, la Selva Lacandona, con sus bellezas como las Cascadas Azules formadas por los afluentes del río Otulún, a 64 kilómetros de Palenque, es otro gran atractivo.
Antes, de Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez o San Cristóbal de las Casas, era cosa de unas cinco horas en carretera llegar a las afamadas cascadas.
Los monumentos naturales de Chiapas, concentrados en Palenque, Bonampak, Yaxchilán y Toniná son propicios para hacer turismo.
La zona arqueológica de Palenque, sin embargo, justifica la recién inaugurada terminal aérea. Ahí, insistimos, se encuentran los más importantes vestigios de la civilización maya. Palenque es la expresión viva de la arquitectura y arte magistral de la cultura más evolucionada de Mezo América. El templo de las inscripciones, el palacio, el templo del sol, templo de la cruz foliada y de la cruz, templo del conde y muchos más aun cubiertos por la selva. Están también las estelas de más de seis metros de altura.
Pero a tiro de piedra está Bonampak con su templo de los murales y considerado “el último secreto de los mayas”, aún sin descifrar, por cierto. Están también las reliquias naturales de Lacantún y Montes Azules, con árboles de 90 metros de alto; y Nahá y Metzabok, los corazones lacandones y Yaxchilán, conocido como el recinto de “Piedras verdes”.
Palenque, con su aeropuerto, es el detonador del nuevo turismo en México. El siguiente paso lo anunció Peña Nieto: las carreteras modernas a Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas.
Palenque es el nuevo mito en la actividad turística nacional. Hay que echar el resto.
