Así de fácil
Juan Chávez
Como se presentaron las cosas, tal parece que Gustavo Madero y Josefina Vázquez Mota se echaron unas venciditas y ganó él, claro, no por ser el más fuerte como hombre que es, sino por contar con la fuerza de la mayoría del PAN.
Ella alega no haber tirado la toalla, como algunos analistas consideraron su rechazo a ser nominada candidata por la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del partido azul.
Dice que no hay condiciones para unas elecciones limpias. En el PAN, acusó, “hay prácticas contrarias al poder del voto”.
¿Cuáles serán esas “prácticas contrarias”? Claro, también las ve el senador con licencia Ernesto Cordero que ya se apuntó para entrarle a la campaña por la dirección azul, no obstante que también señala que la balanza se inclina hacia la reelección del actual líder Gustavo Madero; que no hay equidad y menos imparcialidad.
Josefina no le ha atorado porque no quiere vivir una segunda derrota. Por eso se ha declarado totalmente imparcial y jurado que no apoyará a ningún candidato de los únicos dos, hasta ahora, para entrarle a esa palestra de política interna del partido azul.
Madero, mientras tanto, hace de la elección abierta a toda la militancia panista, poco más de 200 mil, según el padrón partidista, la bandera central de su discurso.
Nunca antes, en toda la historia del panismo, se había dejado a la militancia la decisión de elegir a su “nuevo” dirigente en las urnas.
Desde el Consejo Político, el propio Madero manipuló para que fuera en elección abierta su reelección. Es lo que más le conviene.
Lo que cuenta es que ese apoyo entre el panismo nacional, fue lo que doblegó a Josefina. Sin ella, la reelección va a caer no precisamente del cielo, sino como resultado de las maniobras maderistas que seguramente dejarán al señor Cordero sin chance, tirado a la vera del camino.
Es, por otra parte, lo que más ajusta al peñismo en el gobierno. No hay que hacer abstracción de que Madero, junto con su homólogo del PRD, Jesús Zambrano, fue decidido impulsor del Pacto por México que dio oxígeno a las reformas estructurales y principalmente a la energética, donde el perredismo dejo solos al PRI y al PAN.
El coordinador de los diputados panistas, Luis Alberto Villarreal, ya echó el gato a retozar, como buen maderista que es.
Lo que Josefina diga “es su dicho y ella tendrá que decir por qué”.
