A c e n t o
SALVADOR FLORES LLAMAS
En Los Pinos y Bucareli están muy pendientes de los procesos electorales del PAN y el PRD, partidos opositores que, mediante el Pacto por México, hicieron posibles las reformas estructurales, que tantos lauros han atraído a Peña Nieto.
Dichos procesos impactarán el futuro del Pacto, pues los oponentes a los líderes de esos partidos los acusan de entreguistas al gobierno; pero es sólo una pose electorera, pues también ellos han buscado acercarse al régimen peñista, aunque sin éxito.
Gustavo Madero, líder del PAN, que quiere reelegirse, y Carlos Navarrete, el gallo de los Chuchos, tribu que domina al PRD enarbolan las reformas como conquista de sus partidos, porque las hicieron posibles y plasmaron en ellas sus grandes demandas.
Josefina Vázquez Mota, excandidata presidencial azul y líder de encuestas para elegir al jefe nacional, declinó al no ver una situación civilizada para competir, pues del lado maderista los dados están cargados y del delfín del expresidente Calderón, Ernesto Cordero no se tienta el corazón para lanzar mandobles a sus opositores, así enlode el prestigio del partido.
Josefina ya sufrió los ataques de Ernesto cuando le disputó la candidatura presidencial en 2012, y el calderonismo no dudó en sabotear su campaña, y hay indicios de que Felipe negoció con Peña Nieto su derrota, a cambio de un futuro sin problemas para él.
Como no quiso ser otra vez víctima de esas artimañas, prefirió tirar el arpa, con la promesa de trabajar luego por la unidad del partido. Así queda como un emblema panista y no desdora su imagen; lo que sucedería si se fuera de embajadora, según rumores falsos que hicieron correr sus malquerientes.
Contenderán, pues, Madero y Cordero por el liderato nacional para 2014-2015 y ya pidieron licencia, uno como jefe partidista, otro como senador, y aquél se salvará de que sigan acusándolo de hacer inequitativo el proceso, el primero en que votarán todos los inscritos en el padrón partidista, según la última reforma de los estatutos panistas.
Al ratificarla como la primera mujer presidenta del PAN, en sustitución de Madero, Cecilia Romero se comprometió cuidar el proceso a efectuarse el 18 de mayo, junto con la Comisión Organizadora Nacional Electoral y velar que se respeten los principios de imparcialidad, institucionalidad, equidad.
A ver hacia qué lado cae más suciedad; y no sería raro que en el de Madero, por el afán calderonista de recuperar el control del PAN a como dé lugar.
Por lo pronto ya apareció una foto con una ficha signaléctica del maderista Jorge Luis Preciado, líder de los senadores azules, de cuando era diputado local en Colima y fue acusado de difamar al exgobernador y cacique priísta Fernando Moreno Peña, en agosto de 2003.
Solo una probadita de los obuses que lanzarán los corderistas.
Ernesto logró ya el apoyo de Alberto Cárdenas, exgobernador de Jalisco, del grupo Panistas por México, de los principales exgobernadores del PAN que estaban con Josefina.
Quizá gane más adeptos, pero le restará Juan Manuel Oliva, exgobernador de Guanajuato, que va para su secretario general, pues muchos panistas no confían en él porque pidió licencia antes de espirar su gestión para venirse al CEN de Madero, a quien juró amor eterno; pero usó el cargo para irse en su contra y promoverse a jefe nacional; mas al verse sin suficientes votos, se unió a Ernesto, pues Gustavo ya no le cree ni el bendito.
El PRD aún no define los contendientes. Parece que Carlos Navarrete, gallo de los Chuchos, irá solo pues difícilmente entregarán en bandeja de plata el liderato a Cuauhtémoc Cárdenas, que desea ser candidato único y nombrar a sus colaboradores y a la mayoría de candidatos a los cargos de elección, en una muestra más de su absolutismo antidemocrático.
Se duda que Marcelo Ebrard tenga posibilidades de presidir al PRD, y casi seguramente se irá con Dante Delgado a su Movimiento Ciudadano para liderar su próxima diputación federal, si éste pasa el 3% de votos en 2018, y usarlo de trampolín tras la Presidencia de la República en 2018, su sueño dorado, donde pelearía a López obrador la mayoría de votos izquierdistas.
Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD, tuvo un gesto de independencia de los Chuchos, clan al que pertenece y le dio el cargo, al pedir a Carlos Navarrete decline su candidatura en favor de Cuauhtémoc por la unidad partidista.
Para muchos fue sólo finta para que el Hijo del Tata vea que tiene gente, pero no lo apoyarían en definitiva, máxime que él siempre impidió que los Chuchos avanzaran dentro de la jerarquía partidista, y si lo hicieron fue por las artes de Jesús Ortega y Zambrano, duchos en la grilla e intriga palaciega.
Hoy, amos de la estructura perredista, no van a regalar el liderato al que los obstruyó, pues era muy excluyente y precisó que el Peje fuera despiadado con él, pese a ser su padre político y lo acusara de traidor.
Cuauhtémoc cosecha lo que sembró, pues saben que no soltaría el pandero, encumbraría a sus hijos y cuates y sería candidato presidencial por cuarta vez para competir con Andrés Manuel, a quien no le perdona su traición.
