A c e n t o
SALVADOR FLORES LLAMAS
Así llamó Federico Doring, líder de los diputados del PAN en la Asamblea Legislativa del DF, a Ernesto Cordero, rival de Gustavo Madero por la presidencia nacional de su partido, porque denuesta y trata de ridiculizar a sus adversarios desde cuando fue precandidato a la Presidencia de México, sin importarle el desprestigio que con ello acarrea a Acción Nacional.
Ambos candidatos panistas iniciaron sus campañas el domingo 23 con actos públicos: Cordero en Aguascalientes y Madero en Puebla.
Este se reunió a los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle; de Baja California, Kiko Vega y Sonora, Guillermo Padrés, buen número de alcaldes, diputados y senadores, y mostró, como su principal activo, su control sobre la estructura panista. Por eso Josefina Vázquez Mota prefirió no competir, pese a que punteaba en las encuestas.
Sin duda que Madero aprovechó la presidencia partidista y las giras por el país en favor de su reelección, por eso sus oponentes exigían que dejara el liderato.
Un golpe que ha unido al panismo, en medio de la lid electoral interna, es el asesinato del alcalde panista de Tanhuato, Michoacán, Gustavo Garibay García, quien en 2012 había sufrido un atentado; pero al iniciar el gobierno de Peña Nieto le retiraron lo escolta que le puso Felipe Calderón; como él mismo lo denunció al secretario de Gobernación el 22 de agosto de 2013 en una reunión de alcaldes en Morelia.
Osorio Chong reconoció ese craso error, porque se minimizó el riesgo que Garibay corría, que, aparte de indicar ineficacia de la inteligencia federal, desmintió al gobernador Fausto Vallejo, quien afirmó que el propio alcalde había rechazado a sus guardias.
Una prueba más de que Fausto Vallejo sirve para maldita la cosa.
Cecilia Romero, presidenta interina del CEN panista, al expresar el pésame de su partido al pueblo de Tanhuato y, en especial, a los deudos del victimado; reclamó enérgicamente al gobierno federal por haber dejado a Garibay sin seguridad, exigió una explicación y que no vuelvan a cometerse errores tan inadmisibles.
En otro caso, Cecilia y Jesús Zambrano, líder del PRD, criticaron el proyecto de leyes secundarias de la reforma de Telecomunicaciones y el sistema de radiodifusión, enviado por el Ejecutivo al Congreso, por anular “los avances alcanzados y expresados en la Constitución”.
De nuevo en la contienda panista se advierte la mano del asesor catalán de Cordero, Alexi Sanmartín, que desató la “guerra sucia”, como en todas las campañas en que actúa.
De esa estrategia fueron las acusaciones de que Luis Alberto Villarreal, líder de los diputados panistas, pedía “moches” a los alcaldes por tramitarles partidas presupuestales.
Juan Manuel Oliva, ex gobernador de Guanajuato y aspirante a secretario general del CEN con Cordero, propaló que el edil panista de Celaya, Ismael Pérez Ordaz denunció que le habían exigido tajada por una partida para pavimentar, de parte de Villarreal y además le recomendaron una empresa que realizara la obra.
Especie publicada por un diario capitalino y un guanajuatense, que no respaldó Pérez Ordaz.
Por eso no extrañó que Ernesto tildara de “ladrón” a Madero y propusiera “tirarlo” del cargo. Eso pone en duda las encuestas en que encabeza la lid panista y muestran sus partidarios.
Además, al genio corderista se le ocurrió inmiscuir a Manlio Fabio Beltrones en el escándalo de “los moches” de Villarreal, porque éste lleva muy buena relación con el líder cameral priísta. Puntada de mal gusto que el sonorense puede revirarles con su gran colmillo y la mano en la cintura.
Mas el pupilo de Calderón quiere entregar el triunfo a su jefe, para que continúe mangoneando el partido fundado por Gómez Morín.
