El Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera recibió en la sede del antiguo Ayuntamiento a la historia viviente y extraordinario ajedrecista ruso Gary Kaspárov, de quien aludió sólo conocerlo a través de los medios de comunicación y reconocer su prestigio, por todo lo que significa dentro del ajedrez mundial.
Entusiasmado y satisfecho por la figura del ajedrecista que fue número uno mundial, el ejecutivo local agradeció que ahora en la Ciudad de México haya decidido instalar una Fundación, como las tiene en otras partes del mundo.
Al asistir al evento “Ajedrez, Pedagogía y Educación” organizado por la Secretaria de Educación, Mara Robles Villaseñor, Mancera Espinosa dijo que compartir y llevar a cabo tareas pedagógicas con el ajedrez, es sin duda un éxito y México no puede estar a la zaga de este planteamiento.
“Desde ahora queremos decirle a Gary Kaspárov que la Ciudad de México está lista para firmar un convenio con su fundación para trabajar y lograr que el ajedrez permita realizar los objetivos, ya probados respecto de las matemáticas, del respeto al contrincante. Todos los beneficios que se alcanzan con el conocimiento del juego ciencia.
Al dirigirse a Kaspárov, el Jefe de Gobierno señaló que requerimos de lo que él mencionó: el expertiz, él lo tiene y nuestro compromiso ambicioso, es llegar cuando menos a un millón de jóvenes que puedan tener esta capacitación y alcanzar los beneficios del conocimiento del ajedrez.
El invitado de honor recorrió junto con su anfitrión las mesas en donde unos 10 jóvenes de preparatoria, sentados frente a un tablero de ajedrez, compartieron una movida con Kaspárov, y cuál fue su sorpresa que al término del mismo, autografió y obsequió a los afortunados el tablero, por lo que los muchachos podrán presumir que “enfrentaron” a quien fuera el número uno del ajedrez mundial.
Al respecto Mancera Espinosa señaló que los jóvenes de prepa que tuvieron este privilegio, podrán platicárselo a sus nietos ya que el tablero es un regalo de Gary Kaspárov, ya que no todo el mundo tiene la posibilidad de conservarlo como un tesoro.
