Prisma empresarial
- Las pifias de 77 Convención
- Las desafortunadas declaraciones de Ruiz Esparza
Gerardo Flores Ledesma
LA EDICION 77 de la Convención Bancaria no fue una fiesta, como antaño, de los banqueros y sus instituciones. A pesar de que se presumió un avance de 27% en la penetración del crédito; derrama crediticia cinco veces superior al crecimiento de la economía en los últimos 10 años, y más bancos autorizados, también se evidenciaron diferencias e incluso disgusto por decisiones como la de Mexicana de Aviación y la declaración de quiebra de la otrora aerolínea bandera de México y dos de sus filiales, que implican una pérdida para Grupo Financiero Banorte, de acuerdo con Alejandro Valenzuela, director general, por mil 200 millones de pesos, y para el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), que dirige Enrique de la Madrid, una cifra similar, toda vez que serán vendidos a favor de los trabajadores los 9 aviones que Gastón Azcárraga puso en garantía para obtener un crédito del banco de desarrollo en la época presidencial de Felipe Calderón. Sin embargo, la cumbre bancaria dejó en claro varios puntos:
1. Diferencia de opinión entre ambos, porque el gobierno federal pide que la banca otorgue más crédito y más barato, y aquellos dicen que primero debe crecer la economía a más de 5%.
2. Los miembros de la Asociación de Bancos de México demandaron en Acapulco, Guerrero, sede de la Convención, que no haya más regulación. El gobierno les contestó que no sólo no habrá más regulación, sino que se emitirá una circular para que los bancos tengan más supervisión, con mediciones al apetito de riesgo, más vigilancia en los procesos de control y administración y prevención de lavado de dinero, y también, para evitar casos como el de Oceanografía, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que comanda Jaime González Aguadé, advirtió que se meterá en las prácticas de venta y planes de negocio de los bancos e instituciones financieras bancarias y no bancarias.
3. Quedo superado o minimizado, al menos, el descrédito que los bancos arrastran, porque les vieron la cara en casos como el de Oceanografía; en temas como el de Mexicana, en asuntos como el de las vivienderas, y que les ha causado mermas importantes en su capital a causa de multas aplicadas por investigaciones de lavado de dinero.
Ahí les dejo la conseja, la moraleja, la frase pues: ¡No me defiendas compadrito!
LAS PIFIAS DE 77 Convención Bancaria fueron muchas. Primero, Jaime González Aguadé le cambió el nombre al presidente de la República y le dijo Ernesto en lugar de Enrique; el presidente de la Asociación de Bancos de México, Javier Arrigunaga, nunca mencionó por descuido al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, también en el discurso de clausura; el caso de Mexicana se robó la agenda de la Convención, pues hablaron más funcionarios de ese tema que de la banca y sus controles o de los bancos nuevos de nicho; el presidente de la Condusef, Mario Di Constanzo, ninguneó a la ABM, pues debió firmar un convenio con ellos el pasado jueves, y no llegó a la reunión. Fue hasta el viernes cuando lo hizo. En fin, ¡cosas vederes Mío Cid, que hasta las piedras hablarán!
PUNTOS Y LINEAS
El secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza; se voló la barda el viernes pasado en la 77 Convención Bancaria, cuando en entrevista al término de la misma, en Acapulco, Guerrero, dijo que la declaratoria de quiebra de Mexicana no nos debe preocupar, porque fue lo correcto, era algo impostergable, y que la aviación mejora notablemente en el país, tanto en capital como en pasaje, así que la quiebra de Mexicana “no es una mala noticia”. Pero… la declaración de quiebra tardó más de dos años, las pérdidas serán mayúsculas, más de 8 mil trabajadores se fueron a la calle, y con respecto al sector aeronáutico, sólo hay que ver el costo de un boleto de avión y los problemas que traen las aerolíneas con la demanda creciente, saturación de aeropuertos, sobre todo el de la Ciudad de México, la ausencia de rutas en muchos destinos del país y sobreventa de boletaje. Si esas no son malas noticias, entonces si hay cuadratura en el círculo…El otro funcionario que no canta mal las rancheras es Luis Videgaray, porque insiste en que la tasa de crecimiento no será modificada hasta el 23 de mayo, cuando el INEGI de a conocer las cifras del primer trimestre. Ante la prensa que lo acorraló en las escaleras del Princess en Acapulco, luego de sus entrevistas a modo, Videgaray no quiso hablar de cambios, cuando todo mundo ya sabe que las cifras no le alcanzarán para terminar en 3.9% en el año, a menos que crezcamos al 5% o más en los siguientes tres trimestres, tema que se antoja difícil. Ahí están, para rebatirlo, las declaraciones de Eduardo Sojo, titular del INEGI, y de Agustín Carstens, gobernador del Banxico. El que estaba verdaderamente enchilado en la Convención Bancaria era Alejandro Valenzuela, director general de Banorte, pues el quebranto de las vivienderas ha costado a su institución la reserva prudencial de unos 4 mil 800 millones de pesos, aunque yo creo que será más, ¿quizá 6 mil millones de pesos? A pesar de que Valenzuela dice que dichas empresas, caso concreto de GEO, de Luis Orvañanos, no tendrá el mismo destino de Mexicana, ojalá me equivoque, pero no se ven muchas salidas…
(*) Periodista
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