Se compromete Chuayffet a fortalecer a las normales rurales
El secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor, se comprometió a fortalecer las escuelas normales rurales, “La institución tiene la obligación, hoy más que nunca, de fortalecer la educación normalista del país!, aseguró.
“Me comprometo a que las normales en México cambien. A que reciban los mayores recursos. Que si hay ocasión de ir a las normales, yo no tengo ningún impedimento, ningún obstáculo, para que si soy invitado, pueda asistir a comprobar el trabajo de esas normales, las deficiencias (…) y poder ayudar a resolverlas”, dijo, durante un desayuno con reporteros de la fuente educativa..
Chuayffet detalló que mejorar los modelos educativos, aumentar las becas, y fortalecer los esquemas de investigación son tres de los puntos principales que contempla la Secretaría de Educación Pública reforzar próximamente, las escuelas rurales del país.
El funcionario negó que el Gobierno federal o la propia Secretaría de Educación Pública, se hayan olvidado de las escuelas normales, y como ejemplo, destacó, el área de anexos del Segundo Informe de Gobierno, entregado por el propio presidente Enrique Peña Nieto.
“A las normales sí se les ha apoyado en estos 21 meses, basta ver los anexos en materia de educación que el Presidente ha entregado en el Congreso.”, refirió.
Atacadas sistemáticamente por los gobiernos
El normalismo rural inicio su proceso de conformación en 1922 con la fundación de la primera normal rural en Tacámbaro, actualmente Normal Rural “Vasco de Quiroga”. Para 1927 existían ya 9 planteles y para 1932, 15 instituciones. Su mayor impulso se dio durante el sexenio de Lázaro Cárdenas del Rio de 1934 a 1940, llegando a ser 26 escuelas y en su cenit, se alcanzo el establecimiento de 46 normales rurales. Actualmente sólo sobreviven 16.
En su inicio, el combate de los normalistas rurales fue en contra del poder de los hacendados y el clero, quienes veían amenazados sus privilegios y prerrogativas propias del Porfiriato. Los curas las llamaban “escuelas del diablo”, amenazaban con excomulgar a las familias de quienes allí se inscribieran y divulgaban rumores sobres presuntas inmoralidades que se cometían en su interior. Para contrarrestar lo anterior la Normal en Tacámbaro impartió clases con ventanas y puertas abiertas, para que todos los habitantes pudieran saber qué y cómo se enseñaba.
A partir de la década de los 40s las normales rurales comienzan a luchar en contra de la reducción de matrícula, el cierre de sus propias escuelas y la defensa de la educación pública, resistiendo los incesantes ataques de los gobiernos federales y estatales. Acusándolos sistemáticamente de ser “nidos de comunistas”, “viveros de líderes”, “rojillos” “comunistas apátridas” e incluso “semillero de guerrilleros”, tal y como calificó a las normales rurales en agosto del año pasado la cacique Elba Esther Gordillo, “no se olviden que las normales rurales han sido semilleros de guerrilleros, pero si no las desaparecemos van a seguir con lo mismo”.
El ataque sistemático a las normales rurales del país lleva ya mucho tiempo, en 1940 veinte normales rurales se fueron a huelga, exigiendo mejores condiciones de alimentación, material didáctico y reconstrucción de edificios, en respuesta el gobierno de Manuel Ávila los calificó de “semilleros de comunistas”, posteriormente en 1950 Miguel Alemán cerro algunos planteles arguyendo que las escuelas eran “viveros de líderes”. Subsiguientemente en 1969 Díaz Ordaz cerro 15 normales rurales por considerarlas “nidos comunistas” convirtiéndolas en secundarias técnicas agropecuarias.
Más allá de los embates desde los círculos oficiales, las Normales Rurales mantienen razón de ser. Representan un poderoso pilar en la defensa de la educación pública. Los alumnos y los maestros rurales conservan las herramientas para oponerse a las injusticias y educar en sus respectivas comunidades en la defensa de los derechos constitucionales básicos. Lo que en realidad se pretende con la descalificación de las normales, es su desaparición como paso previo para la privatización de la educación superior. La Normal Rural de Tiripetío lejos de ser un semillero de guerrilleros, es una institución que ha educado a miles de jóvenes humildes, brindándoles formación, alimentación y albergue, organizando una de las funciones sociales de la educación: la compensación de las desigualdades sociales y la movilidad social.
Las Normales Rurales no surgieron por algún capricho del gobernador en turno, su origen se debe a la constante lucha de las clases sociales más humildes en búsqueda de una mejor calidad de vida. Si no existiera la pobreza, no habría necesidad de las Normales Rurales, sin embargo bajo el contexto actual de un capitalismo rapaz neoliberal, donde una minoría depreda vorazmente a la totalidad de la sociedad, son más que nunca necesarias. Más aún, en un marco social donde el 22.2%, de la población se encuentra en zonas no urbanas, es decir más de 20 millones de mexicanos, las normales rurales cumplen cabalmente función dentro del proceso educativo.
La Normal Rural de Tiripetío “Vasco de Quiroga” fue fundada el 22 de mayo de 1922 en Tacámbaro Michoacán, instaurando así la primera institución formadora de maestros rurales en toda América Latina, posteriormente su sede se traslado a los Municipios de Erongarícuaro, Huetamo y Zitácuaro, hasta que finalmente en 1949 se traslado a su cede actual, el pueblo de Tiripetío. En los 90 años de su existencia ha dado a la sociedad mexicana 12 mil 756 maestros rurales, contribuyendo de manera importante a la educación pública del país, en especifico a la educación de los más desprotegidos en el medio rural, con ello ha cumplido su objetivo histórico.
Con información de PavelUlianov
