Tópicos Legislativos
Ignacio Álvarez Hernández
No obstante que crece el coro de voces que demanda un cambio de modelo económico que privilegie a la industria y no al comercio, que nos inunda con productos de baja calidad, frena productividad y competitividad, junto con el empleo formal bien remunerado, los tecnócratas educados en el extranjero, insisten en conducir a México hacia el desastre económico, político y social.
A pesar de que se nos volvió a cacarear que el país “ahora sí” en el 2014 sería el año del repunte económico, los datos del último viernes del INEGI apuntan en sentido totalmente contrario, al revelar que bienestar de la población y mercado interno, siguen ¡deprimidos!, ante la tozudez de seguir destruyendo la industria nacional y seguir apostando a un libre comercio, en el que México, ha sido el gran perdedor.
La insistencia de mantener las exportaciones como único propulsor del avance de la economía, cuya mayoría poco tiene de mexicana, como la automotriz, no están generando impulso suficientemente sólido para arrastrar al resto de la economía nacional y en consecuencia para generar números positivos en crecimiento económico.
Una de las últimas voces de alerta que advierte que la economía nacional sigue con el “freno puesto”, fue del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), que señala que las exportaciones son insuficientes para genera crecimiento económico, ante la exclusión de las empresas mexicanas, desplazadas en un modelo exportador de importaciones inservible por falta de una planta productiva nacional que pueda convertirse en proveedora de las empresas exportadoras.
Desde hace años se ha desplazado y desmantelado a la industria, considerada “tradicional”, de excesiva mano de obra, con pocos niveles de tecnificación, sin capacidad de competir, por lo que bajo ese absurdo pretexto se viene destruyendo la industria textil, vestido, confección, cuero, calzado, acero, entre otras, imposibilitadas para competir internacional y localmente.
“Abocarse a los servicios de bajo valor agregado, es uno de los errores cometidos en la estrategia económica del país. En los últimos 30 años se privilegió al comercio sobre la industria, con el resultado de ser inundados con productos de baja calidad que llegan al país a precios reducidos, pero que en el mediano y largo plazo han derrumbado la productividad y la competitividad, junto con el empleo formal bien remunerado”, afirman.
Los resultados de insistir en esta política, están en números a la baja: Un crecimiento de 1.8 por ciento en 8 meses del 2014, y un acumulado en lo que va del sexenio de 1.5 por ciento, mientras se presume de cifras históricas de generación de empleo, no reflejadas en el mercado interno, pues en 9 meses, las ventas al menudeo de las más importantes cadenas comerciales, que acaparan más del 50 por ciento de compras al menudeo, apenas fueron de 0.4 por ciento. En pocas palabras, las ventas al consumidor, prácticamente no están creciendo…Otra vez, caminamos, hacia atrás.
