Salvador Flores Llamas
La comunidad de Nayaritas de la Región de Anáhuac, radicada en el DF rindió homenaje al Dr. Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, creador de la píldora anticonceptiva.
Convocaron el senador Humberto Cota Jiménez, líder de la CNC, y la Comunidad Nayarita, que preside Santiago Morales Andrade; el Dr. Octavio Miramontes Vidal leyó una semblanza de su padre.
Luis Ernesto nació el 16 de marzo de 1925 en Tepic, Nayarit. Lo crearon su madre Esther y su tía Dolores, maestras en el medio semirrural; cursó la primaria y secundaria en Tepic, los maestros siempre lo apreciaron por su dedicación al estudio.
Destacó en la Escuela Nacional Preparatoria y vivió en una casa de asistencia frente a San Ildefonso.
Al terminar estudios en la Escuela Nacional de Ciencias Químicas de la UNAM, colaboró y cursó el posgrado en el Instituto de Química, invitado por su director, y pasó a trabajar en los Laboratorios Syntex, recién creados entonces.
Con sus compañeros, laboró en varias síntesis, que culminaron con la 19-nerotisterona el 13 de octubre de 1951, cuya patente y artículos científicos posteriores llevaron a producir el primer anticonceptivo oral, la píldora.
Enorme fue el impacto mundial del invento de Miramontes, que frenó la llamada “bomba de la sobrepoblación”. Si hoy la ecología está en crisis, cómo sería el planeta sin la píldora, que impulsó además la igualdad de la mujer y le abrió paso para destacar en la ciencia, artes, negocios y política.
Fue también ingeniero civil por la UNAM y diseñó y construyó plantas de producción de esteroides en Syntex y en Productos Esteroides, S.A. Siguió sus investigaciones y registró numerosas patentes internacionales y nacionales.
En los años 70, cuando ocurrió el mayor impacto de la píldora en el mundo, ingresó de docente a la hoy Facultad de Química de la UNAM y sobresalió en la preparación del material didáctico, uso de transparencias y demás.
Como maestro, guio una colección de tesis profesionales; pasó a dirigir el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Iberoamericana, investigó los contaminantes atmosféricos y registró más patentes.
Invitado a colaborar en otra área esencial para el país: el Instituto Mexicano del Petróleo, investigó la petroquímica, formó investigadores y terminó su vida profesional de 55 años, muy difícil de resumir en cifras.
Fue miembro de muchas asociaciones profesionales: Instituto de Ingenieros Químicos, Sociedad Química de México, American Chemical Society, New York Academy of Sciences y Colegio Nacional de Ingenieros Químicos.
Modestia y generosidad distinguieron al gran investigador nayarita, quien trabajó también en actividades de servicio a la comunidad: la Cruz Roja Mexicana, el Comité de Reforestación de Tlalnepantla y la Junta Municipal de Mejoras Cívicas.
Luis Ernesto Miramontes Cárdenas fue coherente en su vida personal y profesional, dedicadas al estudio, la investigación y servicio al prójimo.
Una anécdota familiar muestra su temple: en una comida para su hijo Luis, cuando a iba a trabajar en Pemex en Coatzacoalcos, le dijo: “Que te vaya bien hijo, por ti, por tu familia, por PEMEX y por México”, inequívoca prueba de que él no buscaba riqueza, fama o poder y lo define como hombre de bien.
Tan merecido homenaje congregó a los exgobernadores Dr. Julián Gascón, fundador de la Universidad de Nayarit, y Celso Humberto Delgado Ramírez y a gran número de nayaritas en el auditorio Octavio Paz del Senado el pasado 12 de noviembre. Vendrá uno al eximio poeta tepiquense Amado Nervo, que se planea en el Palacio de Bellas Artes.
La Colonia Nayarita proyecta otro posterior a dichos ex gobernadores, considerados los mejores de su estado.
