Columnaria
Juan Chávez
La jueza de Ensenada que impuso una fianza millonaria a 3 de los 11 jornaleros detenidos en San Quintín, debe ignorar que los alimentos que llegan a su mesa, son resultado de la inhumana explotación de que son objeto ocho millones de jornaleros.
No debe importarle, siquiera, que tres y medio millones de esa clase marginada que se parte la madre en los campos agrícolas, sean niños que abandonaron la escuela por un ingreso miserable.
La jueza Martha Flores Trejo fijó una fianza de 7 millones 815 mil pesos a los tres jornaleros, apoyada, según estableció, en la tesis de que “es la garantía de los daños” originados en sus protestas.
Esa juzgadora no aquilata siquiera el poder de las luchas sociales que los jornaleros iniciaron hace un par de meses y que por fin ha arribado a un acto de justicia: los jornaleros, que ganaban entre 110 y 130 pesos, ganarán 200, luego de 14 horas de negociaciones con el gobierno del estado de Baja California.
No es la lotería. Ni tampoco, con 200 pesos al día, esos sufridos trabajadores agrícolas van a mitigar su hambre y van a poder vivir en familia. No tendrán siquiera la posibilidad de ahorrar para regresar a los eriales que les expulsaron porque ni de comer les daban.
Pero el incremento, es el primer acto de justicia, que los jornaleros obtienen, tras décadas de explotación, digamos que desde allá por los años 50 del siglo pasado, en que surgieron los distritos de riego.
La jueza Flores Trejo, no me cabe duda, debe ignorar que el derecho debe estar siempre subordinado a la JUSTICIA. Seguramente en Introducción al Estudio del Derecho y Filosofía del Derecho, ha de haber pasado corriendo en la institución donde en mala hora se tituló.