Salvador Flores Llamas
En la catarata informativa de la elección dominical destacan el triunfo de los candidatos independientes, el avance moderado del PRI en la Cámara de Diputados, el de Morena y el retroceso espectacular del PRD, en una jornada pacífica sin el sabotaje y nubarrones que presagió la intransigente CNTE.
Jaime Rodríguez, El Bronco, Manuel Clouthier Carrillo y Pedro Kumamoto jugaron por la libre electoralmente, paso largamente esperado contra la partidocracia y logrado en la última Reforma Política, que abre posibilidades inauditas a nuestra democracia.
El Bronco, de 57 años, es el primer independiente que gana una gubernatura y veremos si cumple sus promesas, como investigar y exigir cuentas al gobernador saliente Rodrigo Medina y a su padre Humberto, acusados de afectar seriamente al erario estatal.
En adelante, dijo a la gente, “nadie más podrá tocar un peso del erario y el que lo toque irá a la cárcel. Nadie podrá extraer recursos de ustedes para beneficio personal”.
De hecho Enrique Alfaro, de 43 años, candidato de Movimiento Ciudadano que ganó la alcaldía de Guadalajara es un fenómeno paralelo y se cree que si MC no le hubiera lanzado, lo habría hecho como aquellos tres, por la popularidad lograda de alcalde priista en Zapopan.
Le redituó, pues, al partido-negocio de Dante Delgado ganar para candidatos a políticos populares en sus ámbitos, olvidados por sus partidos. Alfaro fue priista y coqueteó con el PRD.
Precedente mayor sentó Vicente Fox quien, aunque panista, se lanzó a candidato presidencial por la libre el 8 de julio de 1997, al otro día de la elección de medio período de Zedillo y finalmente se impuso a su partido, dado lo popular que era al aproximarse los comicios del 2000 con su estilo deshilvanado, dicharachos contra “las tepocatas y víboras chirrioneras” y llamar “Zedillín al presidente, cuando estaba de moda el cómico “Cepíllín”.
Al llamar al Bronco para felicitarlo por su victoria, en reconocimiento tácito, Peña Nieto actuó con congruencia política para que no dijera que el gobierno federal no lo tomaba en cuenta y lo invitó al trabajo común por Nuevo León y México.
A ver qué papel hace, si cumple sus promesas y no se entrega sus patrocinadores –el sector privado neoleonés y los diario El Norte yReforma, de hecho no es independiente- y si ve por el bien de sus paisanos. Se prevé, que –aunque diga que no es su proyecto- se proclamará aspirante independiente a la Presidencia en 2018.
De sobra se sabe que otro triunfador del domingo, López Obrador, va por la presidencia, convirtió al DF en trampolín formidable para su lanzamiento, de hecho está en campaña permanente desde el 6 de diciembre de 2000, cuando asumió la jefatura de gobierno del DF, favor del presidente Zedillo, que le expeditó el camino y ordenó al PRI no objetar su candidatura, jurídicamente inválida, pues no tenía aquí residencia. Ya dijo que “a la tercera es la vencida”.
Por eso se antoja un enfrentamiento Peje-Bronco, en un fenómeno inédito, vistoso democráticamente; pero en realidad los independientes no beneficiarían al país, pues formarían su gabinete con recomendados de sus patrocinadores.
Lo hizo Fox y disfrazó con los “head honters”, pero incluyó buen número de empresarios apoyados por sus financiadores, en mayoría sin experiencia política; eso explica el mal rendimiento foxista porque es pésimo que un ciego guíe a otro ciego.
Otro triunfador del domingo fue López Obrador, que rompió el monopolio del PRD en el DF, que de 14 delegaciones quedó con 6 y l4 curules de mayoría (por 18 ) en la Asamblea Legislativa –donde se convirtió en la primera fuerza-, perdió 40 federales, ganó 60 y Michoacán, con Silvano Aureoles.
Influyó en eso el pleito de los Chuchos con Bejarano, a quien desplazaron de la directiva partidista con Héctor Bautista, de Alianza Democrática Nacional y le dieron la secretaría general del CEN, aunque jamás podría aportar los votos de René y menos en el DF, pues su disminuido caudal está en Netzahualcóyotl.
El Peje hace el feo a René desde el escándalo de los videos, pero aceptó su apoyo para ganar delegaciones como Azcapotzalco, Cuauhtémoc -corazón de la capital—Tlalpan y Xochimilco, pues ganó 5 y puso en predicamento a los Chuchos y a Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del DF, aunque diga que no metió las manos en la elección, lo que no hizo directamente, sino mediante su secretario de gobierno, Héctor Serrano.
Mancera pagó también su tolerancia con la CNTE y encubrir a Ebrard por el fraude de la Línea 12, donde es muy clara su responsabilidad.
No sólo puso en peligro su candidatura presidencial por la izquierda, que disputaría a Amlo, sino la Reforma Política del DF, por la preponderancia que Morena logró en la Asamblea Legislativa.
Morena será interlocutor fuerte – e intransigente- en la Cámara con sus 36 diputados y más presencia nacional, sobre todo en la zona conurbada del Edomex y Morelos y su 8% de la votación nacional; a reserva de lo que gane en adelante, pues reanudará sus giras por todo el país, al cabio los órganos electorales y los gobernadores le temen.
No todo fue por las buenas: en Iztapalapa no pudo ganar Clara Brugada, incondicional del Peje, aunque compró votos a $1,000.oo y el PRI sólo en 500. En Cuauhtémoc Ricardo Monreal también hizo correr la lana, aparte de que le ayudó el Basuritas Cuauhtémoc de la Torre con su gran claque, en desquite por la mala imagen que le forjó el PRI.
En cambio los Chuchos, aliados de Peña Nieto en el Pacto por México (que Martí Batres les restriega cada rato, en nombre de su jefe, Amlo) rechazaron aliarse con Bejarano y Lola Padierna, y en el pecado llevaron la penitencia por querer afianzar su control en el Sol Azteca
