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México padece de anemia estructural

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Denver, 9 julio 2015 
Alfredo Coutiño | Director para América Latina en Moody’s Analytics.

México no ha podido despegar por la sencilla razón de que su debilidad económica se debe a una anemia estructural y no a un malestar coyuntural, la cual ha sido causada por la falta de cambios estructurales en los últimos quince años. La ausencia de modernización en todos los ámbitos –estructura productiva, política económica, instituciones, etc– es lo que ha debilitado de manera crónica al país. Es por eso que la tasa de crecimiento promedio en la última década y media no ha rebasado un 2 por ciento, precisamente porque la capacidad e infraestructura productiva del país no da para crecer más sin generar desequilibrios macroeconómicos.

 

Peña Nieto promulga reforma energetica 2013

El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, promulga la Reforma Energética

Por lo tanto, México fue condenado a un crecimiento mediocre desde que el proceso de reformas se interrumpió con la llegada de la alternancia en el poder a finales del 2000. Dicha interrupción no solo fue responsabilidad del nuevo partido en el poder sino también del equipo que estuvo alrededor de esos gobiernos y que carecieron de habilidad política y negociadora para sacar adelante los cambios estructurales de fondo que la economía demandaba.

Casi todas las reformas que se plantearon y se han aprobado son necesarias para sacar al país de la obsolescencia, unas más importrantes que otras y con mayor impacto esperado en el creimiento a futuro, como son la energética, telecomunicaciones, financiera, laboral y de competencia. Sin embargo, el problema ha sido la falta de habilidad para sacar reformas del tamaño que requiere el país, por lo que al final todas las reformas propuestas fueron diluidas de alguna manera para sacar adelante su aprobación. Por lo tanto, el impacto que dichas reformas tendrán será menor a lo esperado. Lo importante no es la cantidad de reformas aprobadas sino más bien la calidad de los cambios que dichas reformas van a producir en el futuro. De poco sirve tener once reformas aprobadas y casi todas en marcha, si al final las leyes secundarias van a limitar el impacto positivo para el país.

México es una económia cuyas finanzas públicas tienen una alta dependencia del petróleo, por lo que la política fiscal está sujeta a los vaivenes del precio del hidrocarburo. Pero las cuentas públicas también dependen de la volatilidad del crecimiento económico esperado por el gobierno. Así, a pesar de la reforma fiscal en marcha, México no ha podido librarse de la “maldición-bendición” del petróleo. El recorte al gasto público anunciado a principios del año es una prueba del fracaso de la reforma fiscal para reducir la dependencia del petróleo.

El Senado mexicano avaló la reforma fiscal propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto

El Senado mexicano avaló la reforma fiscal propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto<

Mientras el país no se sujete a una verdadera reforma fiscal que incluya la aplicación efectiva –seria y responsable– de una regla fiscal estructural, la economía mexicana seguirá siendo afectada por los designios del “señor petróleo”. El hecho de que los estimados de crecimiento se hayan revisado de manera significativa para el 2015 y hacia adelante es una prueba de que el ajuste estructural del precio del petróleo continúa afectando a la realidad económica mexicana.

Estados Unidos siempre ha sido un determinante importante del ciclo económico mexicano.Efectivamente, México tiene una gran dependencia de la economía estadounidense, de tal forma que “cuando a Estados Unidos le va bien entonces a México le va súper bien, pero cuando al vecino del norte le va mal entonces México se hunde”. De hecho, el inicio del ciclo de alza de tasas en Estados Unidos va a forzar a México a subir sus tasas también.  México gozó del exceso de liquidez global de los últimos años, por lo que ahora que se termina la era de dinero abundante y barato, México va a sufrir las consecuencias. De hecho, el peso mexicano ha empezado a bailar mucho antes de que empiece la fiesta del alza de tasas por parte de la Fed. Por lo que la depreciación del peso va a continuar de manera más importante mientras México se tarde más en subir sus tasas de interés, porque ello implicará una pérdida de competitividad para el mercado de bonos mexicanos. Por lo que el temporal financiero apenas empieza para el país.

México cuenta con una población de más de 50 millones de pobres. Combatir la pobreza de manera estructural –de raiz y de manera permanente– toma tiempo, persistencia y compromiso. Lo más sencillo es reducir la pobreza de manera estadística al implementar transferencias del gobierno a las familias, porque ello eleva el nivel de ingreso de las familias por encima de la linea de pobreza y con ello los gobiernos reducen las estadísticas de pobreza, pero solo en el papel.

Pobreza México

Por lo que la pobreza es un asunto de largo plazo que requiere compromisos de muchos gobiernos, pero que se tiene que empezar desde el corto plazo.

Reducir la pobreza de raíz implica politicas sostenibles de largo plazo, desde mejorar la educación, mayor crecimiento económico, modernización del pais, politicas públicas para mejorar la distribución del ingreso, creación de fuentes de trabajo permanentes, entre otras medidas. Por lo que la pobreza es un asunto de largo plazo que requiere compromisos de muchos gobiernos, pero que se tiene que empezar desde el corto plazo.

El gran reto de México sigue siendo salir de su su anemia crónica. El efecto de las reformas va a tardar algunos años más para empezar a materializarse en la economía. Otro gran problema es la proliferación de un ambiente de inseguridad pública que inhibe el ambiente de negocios y por lo tanto la generación de empleos. A esto hay que agregarle la debilidad de las instituciones y del sistema de impartición de justicia. La falta de transparencia sigue siendo un cáncer que además de tener efectos directos, también estimula la concentración del ingreso en pocas manos a través de la concesión de privilegios y el uso del poder para beneficiar a unos, o bien para perjudicar a otros.

Sin embargo, el país todavía tiene la esperanza de que las reformas estructurales le den fortaleza para salir adelante. A pesar de que el impacto todavía está por verse en el futuro, las reformas ponen a México en la dirección correcta para empezar a resolver las obsolescencias acumuladas en el pasado. Si todas las reformas se ponen en marcha, y no se diluyen aún más, la economía mexicana podría elevar su capacidad productiva estructural desde el 2.8% que existe ahora hasta un 3.8% hacia el 2018.

Sin embargo, el crecimiento para el 2015 estará cerca de 2.5%, y el de 2016 alrededor de 3%, y solo se acercará a un 4% para el 2018 –último año del presente gobierno. Sin embargo, debe quedar claro que la estrategia para sacar adelante al país no debe girar en torno a la productividad, porque esta es solo un resultado de los cambio estructurales y no una causa. Por lo tanto la clave está en producir cambios estructurales de fondo que aceleren la acumulación de capital productivo, lo cual al final redundará en el incremento de la productividad de los factores.

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