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Botarga presidencial

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Ágora Política

(O el Señor de las Calcetas)

Jesús Yáñez Orozco 

(Con motivo de burda auto exoneración –Virgiliana– de la Pareja Imperial respecto de Casa Blanca, que insulta la inteligencia del mexicano, una referencia escolapia subliminal literaria: “nadie sabe nadie supo, nadie en su casa lo vio, pero todos conocemos al sapito glo glo”)

 

 

Si una insulsa prenda de vestir puede generar polémica, porque fue de la risa a la indignación –y al revés voltiado–, es porque algo terriblemente podrido hay en México.

Y no es de ahora.

Ocurre hace décadas.

Todo gracias a la peculiar forma de gobernar, dictatorial, desde 1929 –incluido Lázaro Cárdenas del Río– del narcoPRIgobierno.

Y si Miguel El Piojete  Herrera ex DDT de los Ratones Turulatos fue botarga futbolera de Televisa y del

Partido Verde durante 21 meses llevándose casi 200 millones de pesos,  durante cerca de hora y media EP(inocho)N ratificó que es –por la frívola forma de ejercer el poder–  botarga presidencial de los poderes facticos, incluidos los carteles de la droga, luego del escarnio, mofa, que provocó el llamado Calcetagate.

Sus palabras y acciones suelen ser puñalada trapera al pueblo que ya no sabe si reír o llorar. O ambas dos.

Fue delirante en redes sociales el efecto provocado las imágenes oficiales de su participación, difundidas, filtradas –que ningún otro medio pudo obtener y que, obvio, despiertan duda–  durante la carrera de 10 Kilómetros de la carrera pedestre (?) de Molino del Rey, organizada por el Estado Mayor Presidencial, el pasado 15 de agosto, donde se asientan Los Pinos.

Todo ocurrió gracias a esas fotos en las que parecía que traían al revés las albas calcetas que usó para realizar un tiempo impensable: 50 minutos, 58 segundos. Iba enfundado en una playera tricolor –con el número uno de el pecho– short negro y tenis blancos con tonos verde eléctrico y oscuro.

Nomas para que tengamos una idea de cuál fue la repercusión en la ciberdictadura, en poco menos de cinco días el tuit del Peñete –donde aparece la imagen con las calcetas– llevaba ocho millones de retuits y ocho millones 500 mil favoritos.

En ellas se observa que no hay tal.

Que las traía bien puestas.

Faltaba más.

Sobre todo para aquellos –como yo– que piensan que es bipolar, candidato a ingresar al hospital Fray Bernardino, a sur de la ciudad de México.

En la foto aclaratoria se ve con un distintivo gris en el empeine, que se confundía con el talón.

Las referencias al tema del llamado #calceltagate colocaron el hashtag en quinto lugar de los trending topics mundiales y en el número uno de México.

En febrero pasado, el presidente mexicano dijo al concluir un mensaje ante periodistas:

“Ya sé que no aplauden”.

La frase también se convirtió en asunto viral en las redes sociales de internet.

El tema había pasado prácticamente desapercibido en twitter, hasta que El Terremoto Nacional –que mueve a México– decidió responder.

Todos nos fuimos con la finta de las prendas alrevesadas porque lo más increíble en él es creíble.

Mas los tuiteros hicieron cera y pabilo de su imagen –incluso destacados diarios extranjeros tocaron el tema–  cuando el país se cae a pedazos en lo económico –el peso está a punto de besar los 20 pesos por dólar–, político y social.

El pasado viernes, en una especie de mea culpa, Chavita aceptó  estar consciente de la desconfianza y el descrédito causados a raíz de la Casa Blanca y agradeció a Angélica Rivera su “entereza y solidaridad” en “estos meses difíciles.”

Sonó a botarga presidencial.

Final del formulario

Al margen de que sus asesores no dan una, queda claro que no hace vida marital con La Gaviota, en Los Pinos. De ser así hubiera evitado el escarnio de que fue objeto por la dichosas calcetas.

Porque “la señora de la casa” (?) pudo percatarse del ridículo presidencial, que se convirtió en humor involuntario que ha caracterizado este sexenio.

Recuerdo que el los albores de su administración, la comparó con un maratón.

Por eso, también, lo llamo Filípides, otra botarga. Fue el soldado griego que, unos 500 años antes de Cristo, hizo un largo trayecto para avisar a sus superiores que sus costas eran invadidas por los persas. Luego de la advertencia  cayó muerto, como fulminado por un rayo.

Esa historia dio origen al maratón olímpico.  

Aunque  él sólo corre (?) 10 kilómetros. Muy distante de los 42 kilómetros 195 metros.  

Fue la tercera carrera en que participó de Molino del Rey. Las dos previas el uso de la prenda calcetinera no causó polémica alguna. En la primera llevó playera naranja y la segunda blanca. Siempre con el número 1. En ambas usó calcetas normales, similares a los llamados tines, donde el tubo da abajo del tobillo.

No calzó las antiestéticas calcetas –que se usaban en los años 90s, todavía– cómo las que él utilizó la última vez.

Cientos, miles, millones de usuarios de redes sociales criticaron que Chavita, el Salvador de México, abordara un tema insulso, a botepronto, con su precisión tuitera, y guardara silencio y no aclarara situaciones mucho más importantes y graves para el país.

Por ejemplo. la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa –ocurrida hace casi un año–, el multihomicidio en la colonia Narvarte –donde fue asesinado un foto periodista– la Casa Blanca, las masacres de Tlatlaya – a manos del heroico Ejército Mexinarco asesino—  Ostula, Tanhuato; además de la surrealista fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.

Sin mencionar los insistentes rumores de su inminente separación de la señora de Peña, que ocurrirá tarde que temprano.

Y falta que en los próximos días, quizá en el marco de la celebración de la Independencia decida estrenar el palacio volador que, en sumas y restas –más bien sumas– el avión presidencial costará alrededor de ocho mil millones de pesos, mientras 11.5 millones de compatriotas se mueren de hambre en este momento, pues la Cruzada Contra el Hambre de Chayito Robles, titular de Sedesol, ha sido un absoluto fracaso, plagado de corrupción y opacidad. 

Aunque  en lo particular llamó la atención el físico poco atlético, desgarbado, del Terremoto Nacional que “mueve a México”. Carece de bronceado y tono muscular. Su piel tiene un color amarillo burrócrata.

En el beneficio de la duda, no creo que corra esa distancia en alrededor de 50 minutos. Más si recientemente lo operaron de la vesícula. Y antes le retiraron un nódulo de la garganta que presume cáncer.

Este enésimo desacierto del habitante de Los Pinos me recordó un pasaje de la novela Casi El Paraíso, de Luis Spota. En ella el personaje central, Hugo Conti, de origen italiano, tras una cruda que le travesaba el alma, se levanta colocándose los calcetines de diferente color.

Cuando la potencial amante le pregunta por qué, responde, palabras más menos, que así es la moda en Europa.

Llama la atención que en la contraportada del libro Sara Sefchovich, escritora, licenciada y maestra en sociología y doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, fallecida en 2007, a quien tuve la fortuna de  conocer como maestra de literatura del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, comenta:

“Casi el paraíso, de 1956, consagró a Luis Spota como novelista, porque en ella supo retratar una situación real y candente del momento histórico: una burguesía rica y rastacuera, del México que crecía y se modernizaba después de la Revolución, pero que no por eso terminaba con sus prácticas tradicionales: el robo, la traición, el asesinato”.

Como a la fecha.

Aunque corregido y aumentado. Con el valor agregado de la pandemia de asesinato de periodistas, entre otras `minucias´.

P(inocho)N no suele abordar las problemáticas que aquejan al país en sus redes sociales e incluso sus declaraciones públicas sobre esos asuntos suelen ser tardías, erráticas.

El que se excusa, se acusa.

Ese día, además, las redes sociales fueron inundadas con memes que se mofaban cómo –al parecer– Su Alteza Serenísima había utilizado las mencionadas prendas.

Porque si hacemos un ejercicio de memoria, el espíritu  botarguero siempre lo ha tenido como político, desde gobernó el Estado de México. Recordemos el caso de la niña Paulette. Que apareció muerta bajo el colchón. O la inenarrable represión de los comuneros de Atenco.

Y más: desde su librofobia –cuando era candidato del PRI a la presidencia, y no sabía que lo era– la confusión de capitales, ciudades y estados, su infame inglés, el reconocimiento oficial de la inexistencia de comprobantes de estudios, fiel telemandatario, yerro en nombres de presidentes y jefes de Estado…

Emulo de Luis Miguel, con su sonrisa de utilería, siempre se quiere hacer el simpático. Más cuando implora aplausos.

Pero, por encima de todo, la vergonzante impunidad y corrupción que caracteriza su administración, que se ha convertido en la cereza del pastel de los gobiernos emanados de la falaz Revolución Mexicana.

Y similar a Vicente Fox, cuando era presidente, y el pueblo, también, hacía sorna de él. Decía que era como las gallinas: daba un paso y la defecaba.

Así el Peñejo, como es conocido en redes sociales.

Quedó como una huella indeleble en el pensamiento de los mexicanos su afirmación, en cuanto a la situación económica, Talón de Aquiles del pueblo, había otros países peores que nosotros.

Sí, quizá Islas Fiyi, Tombuctú o Haití. 

El calcetinazo de EP(inochet)N me recordó a Roberto Madrazo, ex candidato presidencial priísta. Recurrió al  priista fraude para ganar la Maratón de Berlín, celebrado  el 4 de octubre  de 2007.

Aquí una crónica que cae como anillo al dedo:

El ex candidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo ha llegado al límite en el que la mentira y el engaño han terminado por incorporarse a todas las facetas de su vida. Mientras el etíope Haile Gebreselassie, batía este domingo el récord del mundo de maratón al imponerse en Berlín con un tiempo de 2 horas, 4 minutos y 26 segundos, el mexicano ganaba mediante un fraude la misma prueba en la categoría de corredores de 55 a 59 años, al cronometrar 2 horas, 41 minutos y 12 segundos.

El vulgar triunfo ya había sido advertido en algunos foros sobre atletismo, pero fue el diario mexicano Reforma quien realmente documentó el engaño del ex gobernador de Tabasco.

Mediante una búsqueda sencilla, el registro de Madrazo puede ser encontrado. Los parciales de cada competidor son cronometrados cada 5 kilómetros gracias a un chip en el número de competencia del corredor, que es detectado de inmediato por tapetes electrónicos colocados a lo largo de la ruta.

Simplemente, no hay registro de los tiempos parciales del ex candidato entre el kilómetro 20 (distancia en la que consiguió 1 hora 42 minutos y 42 segundos) y el kilómetro 35 (donde reaparece con un registro de 2 horas, 3 minutos y 53 segundos); es decir, habría hecho una distancia de 15 kilómetros en poco más de 21 minutos.

Un detalle que no advierte el diario mexicano, es que, vestido de tamal y todo, Madrazo fue además el segundo mexicano mejor colocado en la prueba, después de Gerardo Becerra, quien entró en la posición 118.

“No te metí en la cárcel por corrupto, sino por pendejo”, rezaba una vieja frase de la política mexicana, cuando no había más remedio que enviar a prisión a un compañero de partido que no había podido ocultar bien sus delitos.

En el caso de Madrazo existen las dos agravantes: corrupto y pendejo.

Igual que EP(inocho).

Luego de su sexenio, ya desempleado, en 2018,  podría sumarse al Piojete Herrera como botarga del Doctor Simi.

[email protected]

[email protected]

@kalimanyez

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