Acento
Slvador Flores Llamas
A cinismo tomaron los padres de los 43 normalistas y sus manipuladores que Peña dijera “su causa es mi causa, estoy de su lado, no hay carpetazo” y que, como ellos, desea saber que pasó con cada uno de sus hijos y se haga justicia.
Daniel García sobreviviente del ataque en Iguala, se dice “el estudiante 44”, dijo: “Nos sentimos traicionados, molestos, indignados por la actitud de Peña Nieto”, y –claro- que rechazan la Fiscalía Especial que propone el gobierno, porque sería un organismo oficial y no les daría por su lado.
Por la secrecía que rodeó la reunión de Peña con los protestantes el jueves, no sabemos si le faltaron al respeto, como en la sesión de octubre de 2014. Ya se filtrará algo de lo ocurrido, a lo que EPN no debió exponerse, pues esos anarquistas, disfrazados de dolientes, no quieren verdad ni justicia, sino burlarse de la autoridad.
Se dicen la voz de la indignación, coraje y la impotencia por la falta de justicia. Ésta debería aplicárseles a ellos por regar ingobernabilidad, inseguridad y subversión en el país y el exterior.
Le falló a Andrés López que cayera Peña, como exigió, mediante ellos y sus fans en las redes sociales; pero no ceja su agitación, y extraña que nadie del círculo cercano se lo haga ver al Presidente, ¿qué también ellos secundan al subversivo mayor?
“Nosotros no nos podemos ir a casa sin saber dónde están nuestros hijos. Estamos por una causa justa”, gritan Vidulfo Rosales y socios, los asesores que impuso a los paterfamilias el jefe de los anarcos..
Es claro que el gobierno federal tardó en asumir el conflicto porque Peña confió en que Osorio Chong cumpliría sus órdenes, daría seguimiento y no saldría, cuando se fugó el acalde de iguala J. Luis Abarca, con que pidió al gobernador Aguirre que le impidiera fugarse, pues él debió ponerle marcaje personal para impedírselo.
Una pregunta: ¿Cuánto recibió Amlo por apoyar a Abarca para ser alcalde e impulsar a su esposa María de los ángeles Pineda Villa para sucederlo, pese a ser cómplice y familiar de mafiosos de los Guerreros Unidos?
A Jesús Zambrano, entonces jefe nacional del PRD, Abarca dio 3 millones por respaldarlo, y más por encubrirlo ya prófugo en sus oficinas del DF, tras de que Graco Ramírez, gobernador perredista de Guerrero, lo ocultó.
¿Por qué los papás de los normalistas no exigieron al gobernador Aguirre responder de inmediato, ni intentaron saber qué declaró ante la PGR al año del crimen? Queda claro que sólo buscan afectar a Peña, y no debe admitirse, porque sobrevendría la anarquía y, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Tampoco que el Presidente contemporice más; pues ya debe frenarlos, como a los profes de la CNTE, a quienes mandó confiscar cuentas bancarias y los inmovilizó totalmente.
¿O estarán también subsidiando, bajo cuerda, a los de Ayiotzinapa, como a los líderes de la CNTE, que cada que venían a Bucareli les daban millones, y el encargado de hacerlo cobrará comisión, por aquello de que “el que parte y comparte se lleva la mejor parte”?
¿Con qué se mantienen ellos, sus familias y manipuladores, viajan por el país y el extranjero, y hasta mandaron una comisión a Estados Unidos a entrevistar al Pepa Francisco? Eso no cuesta un caramelo.
¿Quén les pagó los autobuses para venir al DF a reunirse con Peña Nieto y el alojamiento? Gobernación o el gobierno de DF se los habrían brindado. Pero no lo solicitaron.
Muestra de que deudos y asesores sólo quieren sembrar inseguridad (de la que se encarga Osorio Chong) es que el lunes 21 normalistas de Ayotzinapa vandalizaron la Fiscalía de Guerrero y robaron archivos (seguramente los suyos y de sus socios).
Y encapuchados (muy valientes) atacaron con piedras y bombas molotov y mandaron al hospital, con traumatismo encefálico, a 11 policías que, en el libramiento Tixtla-Chilpamcingo, quisieron revisar los autobuses que se habían robado.
Por ésos y más delitos no los detienen y exhiben la corrupción e impunidad que padecemos.
Las que imperan en la normal “Raúl Isidro Burgos” –que hace un año no tiene clases, guarda vehículos y mercancías robadas que rematan en Tixtla, y aprobará a sus 522 “estudiantes”– corroboran que las escuelas que ampara Andrés López son viveros de agitadores y anarcos para que su causa.
Como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que él creó como jefe de gobierno del DF.
José Luis Hernández, director de la Normal, niega, como lo acusan, estar ligado al cartel de Los Rojos y ser responsable del asesinado de 6 personas y la desaparición de los 43 normalistas, entre los que iban infiltrados 17 miembros de esa mafia.
Sidronio Casarrubias, líder de Guerreros Unidos, dijo que Los Rojos pretendían matar a Hugo Benítez Palacios, “el Tito”, jefe de la plaza de iguala, y a sus 5 hermanos, dueños del taller de autolavado “Los Peques”, que controlan el narcomenudeo en Iguala, Cocula, Taxco y Huitzuco.
Hubo una balacera en “Los Peques”, donde Los Rojos robaron tres taxis para ir al domicilio de los Benítez Palacios, y éstos los repelieron.
Gilberto López Astudillo, El Cabo Gil” declaró ante la SIEDO que quemó a los normalistas en Cocula por órdenes de Sidronio.
Eso no lo admiten los peritos de la CIDH, tampoco que el mejor laboratorio de investigación del ADN, el de la Universidad de Insbruck, confirmó que, al menos, dos normalistas murieron: Jhosivani Guerrero de la Cruz y Alexanderl Mora Venancio.
En ese peritaje intervinieron también expertos de la UNAM y del Instituto Mexicano del Petróleo. Pero los quejosos denigran esas instituciones, por dictaminar que murieron los normalistas y quitarles el pretexto para agitar.
Igual rechazan el análisis de expertos argentinos, consignado en el dictamen de la PGR, a la que satanizan con su extitular Jesús Murillo Karam.
Ni si aparecieran vivos los 43, pararían por obedecer al agitador mayor, que busca prolongar el conflicto hasta 2018, para cosechar votos y ganar, ahora sí, la presidencia.
¿Quieren más pruebas de que nada frenará a los fans de Andrés López, sino sólo una acción legal, como la aplicada a la CNTE, otro de sus brazos para sembrar odio, calumnia e inseguridad?
Ya deben establecerse fuertes sanciones para los encapuchados que, como en Guerrero, atacaron al Senado y el INBA, lesionaron policías al final de la marcha por Ayotzinapa en el DF, y evitar que Morena reforme leyes en la Asamblea Legislativa, como quiere, para liberar a los que están presos por delitos graves, y llama “presos políticos”.
Mientras eso no ocurra seguirán empujando a Peña a seguir dando, dado, y lo peor es que su propia gente lo manda al matadero.
