Entresemana
Moisés Sánchez Limón
¡Qué tristeza! El licenciado Andrés Manuel López Obrador y el maestro Francisco Martínez Neri, de supuesta ideología de izquierda, el pasado fin de semana se pasaron de listos –por usar un eufemismo– y ofendieron al sentido común de quienes escucharon o leyeron su postura respecto del primer aniversario del caso Iguala-Ayotzinapa.
Poco faltó para que éstos próceres, Andrés Manuel y Francisco, se desgarraran las vestimentas frente al Hemiciclo a Benito Juárez y, envueltos en el lábaro patrio, se lanzaran en la caminata de la justicia rumbo a las instalaciones de la Procuraduría General de la República, con una parada en la Suprema Corte de Justicia en demanda de que los real pero realmente involucrados en la desaparición de los 43 normalitas, no se hagan que la virgen les habla y se presenten a declarar todo lo que saben de este caso que ya es clarísimo negocio de vivales que lucran con el respetable dolor de los padres y madres de esos muchachos que desde el 26 de septiembre del año pasado están desaparecidos.
De raigambre fundamentalista, osado chapulín que carga varias vigas en el ojo propio porque nació en el PRI, lo negó y se echó a los brazos del PRD, al que denostó y finalmente creó su empresa personal –Morena– en busca del Vellocino de Oro, entendido como la hazaña de ganar la elección presidencial, ahora en 2018, con fondos populares y públicos a manera de aportación para vivir como jeque, Andrés Manuel se echó otra puntada mediático-enunciativa en la enésima etapa de su campaña nacional en busca de que los mexicanos entendamos que “estaríamos mejor con López Obrador”.
Y es que, mire usted, entre sábado y domingo, en gira por el estado de Oaxaca, benévolo y magnánimo, dice que “todavía es tiempo de rectificar, porque no va a prescribir la demanda de aclarar lo sucedido a los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa y castigar, sin miramientos, de fueros o jerarquías a los verdaderos responsables”.
De acuerdo con información de su página, desde Huautla de Jiménez, en su cuenta de Facebook, Andrés Manuel publicó que “es increíble que no se conozca la verdad a un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
“Se entiende que en México impera la impunidad y está quedando de manifiesto que (Enrique) Peña es parte de la red de complicidades y componendas, pero apuestan al olvido, encubrir y no hacer justicia, desgracia a los mexicanos y envilece al régimen”.
Bueno, bueno, el licenciado López tiene toda la razón en demandar castigo sin miramientos. Por eso, en un acto patriota, justiciero y de plena congruencia personal, debe presentarse a comparecer ante el Ministerio Público de la Federación y responder a las acusaciones que se le hicieron, desde aquellos días posteriores a septiembre de 2014, respecto de sus vínculos con José Luis Abarca Velázquez, a la sazón presidente municipal de Iguala, cargo al que llegó merced al apoyo del licenciado López y miembros de su camarilla guerrerense, en esos días cuando no le daba pena ser perredista.
Porque el licenciado López Obrador hizo mutis frente a las acusaciones y la difusión de fotografías con Abarca y la esposa de éste, la señora María de los Ángeles Pineda. Se ofendió por las versiones de esas ligas con personajes de no buena fama y de plano evitó cualquier alusión.
Bueno, hasta este fin de semana, cuando aprovechó el aniversario luctuoso, se montó en la cresta enunciativa para demandar justicia. Postura impune, porque por aquellos lares oaxaqueños nadie se atrevió ni se atrevería a preguntarle acerca de sus ligas con perredistas que se encumbraron en el gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero, amigo de Enrique Peña Nieto y también de él, o por lo menos cuate para los efectos de apoyos políticos y de financiamiento.
De pena ajena, pero especialmente ofensiva para el sentido común esta postura del licenciado López, que contrasta con la pueril –igualmente por citar un eufemismo—del coordinador de la diputación federal del PRD, el maestro (porque tiene una maestría) Francisco Martínez Neri, quien celebró que, en la marcha nacional por Ayotzinapa, no se registraran incidentes violentos.
¿Y cómo le llamamos a los actos de vandalismo desplegados por dizque anarcos supuestamente infiltrados –quién los dejó infiltrarse—en esa marcha? ¿No es violencia vandalizar inmuebles públicos y privados? ¿No es violencia golpear a una mujer policía por el solo hecho de ser policía? ¡Caray!, maestro y diputado Martínez Neri.
Después, en un evidente desplante de defensa partidista y de quienes lo llevaron a la vida política y partidista, hace no más de una década, en el PRD, es decir, Andrés Manuel López Obrador, Jesús Zambrano Grijalva, Jesús Ortega, Guadalupe Acosta Naranjo y otros prohombres del perredismo involucrados en el acomodo de piezas políticas en Guerrero, Martínez Neri, ex rector de la UABJO, sostuvo que, “es momento de que se hagan detenciones de alto nivel, no sólo de policías rasos, eso se necesita para comenzar a esclarecer el caso”.
Pero, vaya, el diputado debe poner atención en las tarjetas que le elaboran sus amanuenses, porque en ése ánimo justiciero, como no queriendo cuestionó que al presidente municipal de Cocula, no se le haya tocado en las investigaciones, lo que demuestra que hay una gran omisión en esta investigación.
“No solamente fue Abarca, fue también el presidente de Cocula y curiosamente, el presidente de Cocula está afiliado al PRI”, dijo el coordinador de la bancada perredista. Desinformado, el maestro no sabe, o se hace que la virgen le habla, que el alcalde de Cocula, Guerrero, es César Miguel Peñaloza Santana –no Félix Ibarra Vázquez– requerido por la PGR y, después de declarar, quedó libre con las reservas de ley.
La perla discursiva –¿oportunista?– de Martínez Neri se resume en este párrafo en el que consideró “inconcebible que Félix Ibarra Vázquez, alcalde del ayuntamiento al que dependen los policías que detuvieron a los normalistas, no esté siendo objeto de investigación. Eso es sumamente grave. Es parte de la cadena de omisiones que ha habido en el proceso”.
Pero resulta que Félix Ibarra Vázquez era, en esos días de septiembre de 2014, presidente municipal de Cocula, pero en el estado de Jalisco. ¡Ah!, sin reparar en el yerro, el diputado coordinador pidió se acaben ya los mantos protectores y se actúe en consecuencia, “pues hay mayorías que protegen actos delictivos, concretamente el PRI y el Verde Ecologista”.
Las puntadas cómplices de los próceres de la, dizque, izquierda. Bien haría el maestro Martínez Neri en emplazar al licenciado López Obrador a comparecer ante la Comisión Legislativa del caso Ayotzinapa, por aquello de que no quiera ensuciar su plumaje ante el Ministerio Público, o que éste, de plano y en un acto de congruencia, alce la mano y diga: ¡Voy a declarar! Sí, cómo no. En fin, en fin. Digo.
LUNES. Todo cambia para seguir igual. El coordinador de la diputación federal del PRI, César Camacho Quiroz, adelante que este martes 29 se votará en el pleno de la Cámara baja la integración de las 56 comisiones ordinarias que trabajarán en esta LXIII legislatura. Como dicta el librito, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, es decir, la que reparte el gasto público, la presidirá el PRI; la de Hacienda y Crédito Público, responsable de la Ley de Ingresos, la encabezará el PAN. Conste.
@msanchezlimon
Vanguardia Digital
