Columnaria
Juan Chávez
Ayer miércoles lo manejamos como desatino presidencial.
Este jueves, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dejó claro que el presidente Peña Nieto no tiene autoridad para calificar las elecciones estatales, ni ninguna otra, para ser claros.
El alto tribunal electoral anuló las elecciones del 7 de junio para gobernador en el estado de Colima.
¿Dónde queda la adelantada y precipitada felicitación del presidente Peña Nieto a José Ignacio Peralta, candidato del PRI “por haber ganado la elección”?
Todavía unas horas antes de la decisión de la Sala Superior del TEPJF, el líder del tricolor Manlio Fabio Beltrones le movía una alita a la jornada comicial colimense y advertía que los dos conteos de voto por voto, casilla por casilla, habían arrojado una ventaja de 504 votos para Peralta.
El Tribunal, con sus seis magistrados en lugar de los siete que deben ser, sólo porque la Cámara de Diputados no se ha dignado nombrar al séptimo, llegaba a la anulación con una votación de 4 a 2.
El proyecto del magistrado Manuel González Oropesa, que pugnaba por el triunfo del priísta, no prosperó.
Lo peor es que, según los criterios de los magistrados, los conteos no fueron finalmente los que les dieron elementos para la anulación sino las graves violaciones al proceso por parte de la secretaría de Desarrollo Social que actuó en “sucio” por instrucciones del gobernador Mario Anguiano
En una semana, Anguiano deberá dejar la gubernatura y el Congreso local designar un interino y, luego, convocar a elecciones extraordinarias, a las que ya se apuntó el ex candidato del PAN José Luis Preciado que, obvio, echó al vuelo las campanas.
El TEPJF pidió al INE atraer todo el nuevo proceso electoral colimense, que será, por cierto, la primera carta por jugar de Manlio Fabio Beltrones…
El caso es que el PRI y su candidato dejaron volando al Presidente que exageró su vocación partidista.
Cómo que nadie, en el caso, le asesoró y aconsejó prudencia, porque el mismo domingo electoral, el resultado en Colima quedó prendido con alfileres.
En 2003 también fue anulada la elección para gobernador en Colima y esto era más que motivo para esa prudencia presidencial que no se da.
