Prisma empresarial
* Balanza de pagos, con boquetes
* Estrategias de comunicación, sin horizonte
Gerardo Flores Ledesma (*)
CASI TERMINA el año y la economía está alicaída. Seguramente terminaremos 2015 con un mediocre resultado en el Producto Interno Bruto de 2.2% anualizado, si se dinamiza el consumo en el último cuatrimestre. La presunción de que mejoramos décimas o centésimas de punto en el crecimiento económico sólo es consuelo de tontos, si también se argumenta que a los demás les ha ido mal en este año, pues adolecen de crecimiento cero o incluso les afectan cifras negativas. Lo que debe quedar claro es que un 0.6% a un 0.8% de incremento económico en un trimestre ayuda muy poco a solventar las demandas de empleo, bienestar, reducción de la pobreza y aliento en el bolsillo de las familias.
LA BALANZA de pagos del país muestra repuntes, gracias al crecimiento en las remesas de 9% en lo que va del año, variable que apenas está recuperando lo perdido en los últimos dos años. Las exportaciones registran una leve mejoría en su dinamismo que anualizado es de apenas de 5 a 6%, y que de no ser por el sector automotriz, el sector externo estaría por el rango del 2% de crecimiento. El sector turístico es quizá el único que muestra cifras envidiables, pues hay incrementos de dos dígitos tanto en la captación de visitantes del exterior, como de divisas. Donde el golpe ha sido terrible es en la factura petrolera, que arroja una caída de 60% en el precio del petróleo, que bajó de 100 a 40 dólares en promedio en un año, y una merma en la producción de crudo que bajó de 2.6 a 2.3 millones de barriles diarios en tres años.
Ahí les dejo la conseja, la moraleja, la frase pues: ¡Dime de que presumes y te diré de qué careces!
PUNTOS Y LINEAS
AÚN ES incoherente la lógica del gobierno en materia de comunicación. Hace unos días en una charla con Carolina Monroy, secretaria general del PRI, diferíamos sobre los resultados de la comunicación social en el gobierno, pero coincidimos en la importancia de los medios digitales y las redes sociales vinculadas de forma irremediable e ineludible. Está claro que a muchos funcionarios del gobierno federal y políticos de diversos grados y niveles les gusta aparecer y verse en la prensa escrita, porque con ella crecieron, ajenos a los dictados de una tendencia mundial en los medios digitales. Está claro que desconocen o no cuestionan el costo-beneficio en la plana de un diario impreso que el de los diarios vía internet. El costo de estos últimos es 5 veces menor que el de los impresos y los impactos son infinitamente superiores. Está demostrado que el impacto en usuarios es más profunda a través de los medios digitales y electrónicos y sus redes sociales. Quizá por eso no repunta la imagen del presidente Enrique Peña Nieto ni la de sus políticos en turno. Creo que las ventas de Microsoft, Xerox o iPhone demuestran en donde están los ojos de los usuarios, consumidores o votantes. La estrategia de comunicación del gobierno quizá está equivocada y en el rubro digital no se está haciendo bien la tarea. Para demostrar mi aserto, sólo es cuestión de preguntar a las empresas que venden 30 mil productos por día en promedio a través de comercio electrónico y la mercadotecnia digital… EN EL gobierno capitalino tampoco cantan mal las rancheras, pues pondrán en marcha un nuevo reglamento de tránsito a mediados de diciembre, en donde el afectado es el automovilista o el que conduce un automotor, que quedará a merced de la corrupción de una policía que no ha sido transformada. Con este reglamento quedan exentos de multas ciclistas y peatones que logran paralizar la ciudad capital en un maratón de 3 o 4 horas sobre Paseo de la Reforma o cualquier otro circuito en una delegación en fines de semana. No se hagan bolas, hay grandes cantidades de dinero que absorben de multas, “entres” y “cooperaciones” que provienen de los automovilistas y que se acentuarán con el nuevo reglamento de Tránsito. En México y su ciudad capital, se pagan impuestos, derechos o aprovechamientos, como quiera llamarle, por cada litro de gasolina, por verificar un auto, por tener una casa, por tener un departamento, por sacar una licencia, por levantar una barda, por abrir un negocio, por cerrarlo, por conducir a exceso de velocidad, por instalar una toma de agua, etcétera y etcétera. Ojalá le quede claro al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, que la ciudad está llena de carriles ociosos para ciclistas que no se usan, y de inútiles puentes, como los que construyeron sus antecesores sobre el periférico dizque para transportarse en bicicleta hasta Topilejo, allá por la salida a Cuernavaca, y que solo mueven al sarcasmo. Mancera debe tener muy claro lo anterior, como claro deben tener los legisladores y los políticos del gobierno federal en turno, especialmente el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que en menos de 15 años, los ancianos serán el voto mayoritario en elecciones federales intermedias y presidenciales, y que si quieren ganar o ser votados a un cargo público, también deben enfocar sus políticas públicas hacia esos segmentos, no sólo a madres solteras y personas en situación de vulnerabilidad o niños de la calle.
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