Yoselín Martínez | Mundo Ejecutivo Express
Las revoluciones son el principio de la transformación. La historia ha demostrado que, si bien requieren enormes sacrificios, principalmente pérdidas humanas, el levantamiento civil puede generar fructuosas evoluciones sociales, políticas y económicas.
Con la conmemoración de la Revolución Mexicana te invitamos a rememorar aquellos movimientos que transformaron al mundo.
Revolución Mexicana
La Revolución Mexicana fue un movimiento armado iniciado el 20 de noviembre de 1910 y encabezado, entre otras personalidades, por Francisco I. Madero en contra el presidente Porfirio Díaz; siendo sólo el origen de una bifurcación de eventualidades que postergarían la movilización por décadas.
Las causas eran vastas. Por el lado económico, el latifundismo provocaba la decadencia de la agricultura y el maltrato a los campesinos; asimismo, la dictadura porfirista tenía en manos de empresas norteamericanas e inglesas la riqueza nacional.
Si hablamos del ámbito social, no existía una legislación que protegiera a los obreros y campesinos, estos eran pobres y la pirámide social mexicana marcaba grandes diferencias.
En cuanto al eje político, Porfirio Díaz buscó una y otra vez su reelección presidencial y logró gobernar durante siete periodos. La base de estas sucesivas reelecciones no fue el derecho, sino la fuerza. Bajo el lema “Paz, orden y progreso”, los poderes legislativo y judicial estuvieron subordinados a Díaz por más de 30 años.
Esta revolución social, democrática, agraria y antiimperialista transformó profundamente las estructuras económicas y sociales del país. En ese sentido, fue el primer gran golpe insurreccional de masas del siglo XX, con un determinado impacto en los países latinoamericanos y un gran fortalecimiento de las tradiciones revolucionarias en el pueblo mexicano.
Revolución Francesa
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante en Europa, a fines del siglo XVIII. Tiene como protagonista a un pueblo pobre, oprimido, cansado de las injusticias y los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.
El umbral del movimiento es la injustica. A pesar de que Francia se hallaba bajo el dominio de una monarquía absolutista, en la que el poder del rey (Luis XIV) y de la nobleza controlaban todo, el estado se encontraba en una situación económica precaria y la mayoría de la población estaba en la miseria.
Con un gran número de funcionarios en el gobierno, un ejército permanente y una corte rodeada de lujos, no quedaba dinero para la población.
El gran descontento social llevó a la burguesía y los campesinos a tomar La Bastilla por la fuerza, símbolo del régimen absolutista. Asimismo, se produjeron levantamientos de los campesinos contra los señores feudales.
El reacomodamiento del poder duró varios años más; sin embargo, gracias a la Asamblea Nacional de 1987 se abrió la senda a una Francia más justa, que logró, entre otras cosas, destruir el sistema feudal; dar un fuerte golpe a la monarquía absoluta; la creación de una República de corte liberal; la declaración de los Derechos del hombre y los Ciudadanos, y la separación de la Iglesia y el Estado.
Revolución Cubana
La Revolución Cubana, liderada por Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista, se estableció ante la dominación imperialista y el desasosiego del pueblo.
Desde la independencia de Cuba, en 1898, la isla había sido un protectorado de Estados Unidos; la degradación social era el sino de la población, el analfabetismo era exorbitante, la falta de vivienda desolaba a los habitantes, la explotación era habitual y, para rematar, surge un golpe de estado a manos de Batista, lo que invalida las elecciones.
Ante la negativa de una lucha política pacífica, Fidel Castro, junto a otros jóvenes estudiantes y trabajadores, como “El Che” Guevara y Camilo Cien Fuegos, crea el Movimiento 26 de Julio.
La lucha armada trajo consigo muchas victorias, el fortalecimiento de las guerrillas y el combate en las ciudades por parte de los estudiantes, pero también, el incremento de la represión de la dictadura, la cual contaba con pleno apoyo de Estados Unidos.
Tras muchas pérdidas humanas, los revolucionarios y el pueblo cubano tomaron ciudades clave de la isla y Batista tuvo que huir a Santo Domingo. La revolución trajo consigo transformaciones radicales, como la expropiación de monopolios locales y norteamericanos, la reforma agraria, la extensión de servicios sanitarios, campañas de alfabetización masivas, entre otras.
Revolución Rusa
Este movimiento parte del descontento de la población, en su mayoría campesina. A principios del siglo XX en Rusia gobierna el Zar, un régimen autodenominado “autocracia zarista”.
Rusia vivía en medio de un gran atraso económico. La industrialización tardía y la tensión social provocaron el estallido de la revolución en San Petersburgo.
La intervención de Rusia en la Primera Guerra Mundial complicó aún más la situación, creándose una gran polémica en el país acerca de su papel en la guerra. Gracias a esa tensión, el Zar, cada vez más rechazado, terminó por abdicar.
Una suerte de ideologías y grupos políticos pretendía reformar Rusia y ante el vacío de poder, un gobierno provisional, a manos del partido Kadet (movilizado por la burguesía), se puso al frente, creando nuevamente crisis políticas.
Los soviets, organizaciones conformadas por campesinos y obreros, enfrentaron a los gobiernos provisionales en la conocida Revolución Bolchevique, en octubre de 1917. Como consecuencia, Lenin, líder del primer Gobierno Revolucionario, comienza su mandato y establece la retirada del país de la guerra, la redistribución de la tierra, el control de las fábricas por los comités obreros, entre otras iniciativas.
Primavera Árabe
Finalmente, pero no menos importante, la Primavera Árabe gestó un conjunto de violentas transformaciones políticas en Túnez y Egipto, en su principio, para luego expandirse al resto de los países que conforman las regiones del Magreb y del Máshreq.
Este proceso inició en el 2010, a partir de numerosas causas estructurales, como el alto nivel de corrupción, ineficiencia y afán represivo de los regímenes de la zona y la permanente insatisfacción de las necesidades básicas de un amplio porcentaje de una población, mayoritariamente joven.
A cinco años de la irrupción de las principales movilizaciones en la región, los países protagonistas aún enfrentan importantes contratiempos; sin embargo, son reconocibles favorables transformaciones.
Túnez, Marruecos, Egipto, en menor medida, y Libia han adaptado sus constituciones para responder a algunas demandas civiles, tales como la igualdad de género, libertades de expresión y religión, el resguardo de la sociedad civil por parte del gobierno, entre otros.
