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Corredor Chapultepec

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Acento

Salvador Flores Llamas

El gobierno del DF tratará de eludir el fuerte revés que sufrió al perder, al doble, la consulta ciudadana sobre la construcción del  llamado Corredor Cultural Chapultepec (que más bien debería ser Corredor Privatizador Chapultepec), pues difícilmente Miguel Ángel Macera quitará el dedo del renglón y reconocerá su derrota.

 

Por tantos intereses de por medio, proporción similar a la serie de críticas que ha provocado.

El propósito ambivalente era: si gana el ¡Sí!, el resultado será vinculatorio; de lo contrario, sólo indicativo.

Sin ser experto en la materia, recurro a opiniones de conocedores sobre el proyecto del Corredor:

Los urbanistas lo dan por mal trazado, con muchas fallas técnicas y causar molestias a los transeúntes al privarlos de ver el paisaje urbano e iguales trastornos a los actuales para atravesar calles y andar medio encerrados.

Además, el segundo piso implica la privatización del espacio público, pues se concesionará a negocios so pretexto de las áreas jardinadas y culturales.

Mancera y los izquierdistas claman siempre contra la privatización, pero cuando no la realizan ellos. ¿Qué son los parquímetros, por ejemplo, sino favorecer a las empresas (con Ebrard las manejaban su hermano Camilo y amigos) de las grúas que se llevan los autos que pasan el tiempo pagado, y los grulleros son implacables, peor que las autoridades, y respaldados por ellas.

So pretexto de que un porcentaje de lo recaudado se entregará a las juntas vecinales; lo que normalmente no ocurre, o llega demasiado reducido. Los ejemplos abundan.

El Colegio de Arquitectos de México, prestigiado organismo profesional, al apuntar fallas estructurales, subraya que el proyecto debe formar parte de la planeación integral del desarrollo urbano del DF, que no puede depender de puntadas, caprichos o proyectos aislados, muchas veces anárquicos.

Por no haber previsto esto, el crecimiento de nuestra ciudad es caótico en muchos sentidos: vialidades, tránsito, atención al peatón y todavía marchas y grupos porriles le dan la puntilla, ante los que el gobierno de Macera se hace pato y deja todo el peso al federal, que consiente a los agitadores.

Estos alegan su derecho a protestar, pero ni ellos ni la autoridad ven que los capitalinos tenemos derechos y libertad de tránsito para ir a trabajar y a las tareas y necesidades diarias o emergentes: ¿cuántas veces los bloqueos causados por los agitadores han provocado que no se atienda a tiempo a los enfermos y muchos mueran antes de llegar al hospital o con el médico?

¿Qué sólo valen los derechos humanos de los tramposos y subversivos y no los de la gente honrada y cumplida?

Mancera desea aprovechar el proyecto para exponerlo en latitudes locales  y extranjeras, presumir ser de avanzada a costa de sus sufridos gobernados, y le ayudaría lanzarse de candidato presidencial, de lo que pide su limosna.

Su ambición es desorbitada, porque con todo el dinero que maneja y el que pueda recaudar mediante concesiones y negocios, no le alcanzará para ser un prospecto fuerte. Primero por no tener partido (el PRD ya se desinfló) que lo respalde; segundo porque jamás logrará unificar a la izquierda para triunfar, porque López Obrador no lo dejará, pues se considera el candidato ideal de la izquierda nacional.  

Y como D. Miguel Ángel acostumbra nadar de muertito ante los ingentes problemas de nuestra capital, para no chamuscarse, menos va a concitar el respaldo popular para llegar a Los Pinos.

Es más, carece de infraestructura electoral que los catapulte.

Además el bono democrático con que llegó al gobierno disminuyó, contra  lo que dicen sus allegados y propagandistas, al no enfrentar los problemas, realizar un gobierno prácticamente virtual y encubrir a su padre político Ebrard, en el fraude monumental de la Línea 12.

Más valdría no resaltar al respecto que se procedió contra 125 funcionarios, pues no se incluyó a Marcelo, el máximo responsable y hay la impresión de que muchos de ellos son empleados, ni funcionarios siquiera, sino simples chivos expiatorios.

Sería mejor que cuidara cómo protegerse las espaldas, pues tampoco se le ven posibilidades de que pueda dejar un sucesor, como Ebrard hizo con él, precisamente porque no tiene base política suficiente.

Es común que los altos funcionarios hagan fuertes negocios (contratos sin licitación, licitaciones amañadas) o directos. De éstos ya le atribuyen a Mancera, por ejemplo, el Turimex y una flotilla de taxis, que podrían comprometerlo, máxime si queda de sucesor un opositor o enemigo suyo, que podría descubrirle irregularidades.  

Las tentaciones del poder provocan pasiones para eso; recuérdese el dicho “en casa del jabonero, el que no cae resbala”, porque “la ocasión hace al ladrón”, o “al que anda entre la miel, algo se le pega”. 

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