DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Parecía un evento de destape de candidato, pero de serlo resulta demasiado anticipado, ya que faltan más de dos años para que se produzca la elección para gobernador sexenal.
Eso sí, la presencia de dos secretarios del gabinete presidencial en Perote, Veracruz, dejó constancia de la ruta priista hacia el 2018 en esta entidad se encuentra trazada en favor de un solo personaje, el senador José Francisco Yunes Zorrilla.
Los elogios lanzados al aire por cada uno de los personajes de nivel nacional que acudieron al evento, dejaron en claro el nombre del consentido del gobierno federal en el estado de Veracruz.
Gane o pierda el PRI en los comicios del presente año (cinco de junio), los tricolores ya tienen definido a su candidato en la persona de Yunes Zorrilla.
En esto no tiene nada que ver el pacto establecido con su “tío” Héctor, sino el respaldo con que cuenta el nativo de Perote en las altas esferas públicas.
Con dos secretarios del gabinete y el gobernador del estado presente, el nombre más mencionado fue el de Yunes Zorrilla, quien estaba ubicado gran favorito para enarbolar los colores del PRI en la contienda por el gobierno estatal, pero al que se consideró que sería presa fácil de Miguel Ángel Yunes Linares en la contienda estatal.
Gana o pierda el PRI y triunfe o sea derrotado uno de los Yunes, los priistas saben que otro Yunes competirá con sus colores dos años más tarde.
Lo que sí quedó claro en Veracruz es que los secretarios del gabinete presidencial dejaron de ser el gran atractivo que fue con su presencia en los estados que visitaran.
El anuncio de su participación en una gira, convocaba a decenas o cientos de personas, los unos por buscar la cercanía con ellos, los otros para encontrar una solución a problemas personales o de comunidad, los menos para reclamar algún olivo o abandonado por parte de la federación.
Decimos que eran los menos, ya que la presencia de inconformes siempre fue restringida o manipulada por los propios gobernantes, según fuese el caso.
En Veracruz quedó registrado el pasado miércoles que la presencia de dos secretarios, del primer círculo, de aquellos que, con pocas posibilidades, se mencionan dentro de la carrera presidencial no mueve multitudes.
Será que los tiempos cambian, los secretarios no tienes arrastre o, simplemente, a la gente ya no le atrae estos eventos o, en su defecto, que no le ven futuro a estos dos “cachorros” de la revolución.
Aurelio Nuño Mayer y José Antonio Meade, secretarios de Educación Pública y de Desarrollo Social, respectivamente, pertenecen a lo que se considera en el boxeo, el establo del secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
Los dos han sido introducidos al juego de la sucesión presidencial, aunque los números, hasta ahora, no les alcanzan para ello.
Aurelio Nuño Mayer llegó con rimbombancia a la titularidad de Educación Pública. Su arribo ocurrió en momentos espléndidos, con la Reforma Educativa aprobada y planchado os acuerdos para desactivar las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
La ruta se presentaba idóneo, después de que el trabajo rudo y hasta sucio le había correspondido al anterior secretario, Emilio Chuayffet Chemor y, principalmente, a la secretaría de Gobernación.
Nuño llegó como estrella refulgente, después de que se sondeó la posibilidad de insertarlo como dirigente nacional del PRI, lo que fue rechazado de inmediato por los cuadros que fomentan el voto duro del partido.
Aurelio es uno de los consentidos del partido y como tal es visto por gobernantes y altos dirigentes de la llamada clase política, aunque no logra convencer con argumentos sobre su futuro.
Es sí desarrolla un amplio plan estratégico enfocado hacia la meta del 2018 y se va haciendo de aliados en el camino.
Ayer mismo, un personaje ampliamente conocido en territorio veracruzano, le espetó a las primeras de cambio: “yo le dije a Ernesto Zedillo, tú serás candidato presidencial, cuando ocupaba la secretaría de Educación Pública, ahora te lo digo a ti”.
El secretario de Educación Pública solamente esbozo una sonrisa, intercambió dos o tres palabras más con el personaje, vio hacia su izquierda y derecha, donde se encontraban el gobernador Javier Duarte de Ochoa y el secretario José Antonio Meade y siguieron su camino hacia el evento.
No sucedió lo mismo con el secretario de Desarrollo Social, al que la gente identificó en este evento en Perote hasta que llegaron al presidum.
Meade Kuribreña es un secretario de perfil bajo, que no jala miradas o provoca comentarios, que pasa de largo, esbozando una media sonrisa. mostrando su timidez.
El evento parecía lo menos importante, con todo y que el secretario Nuño Mayer reconoció que en Veracruz, la Educación Tecnológica va a la vanguardia.
Se ha tenido un incremento del 300 por ciento de jóvenes que estudian en esos centros educativo, luchando por una mejor preparación, por un sueño de tener mejores empleos y eso se está logrando a través del sistema estatal de educación, decía el titular de la SEP, ante la mirada de un orgulloso Javier Duarte de Ochoa, quien en las semanas recientes ha sido objeto de una gran andanada, por los candidatos a gobernador que se encuentran en plena campaña electoral. El propio (Héctor) y el ajeno (Miguel Ángel) y hasta por los satélites.
Veracruz se encuentra ante una encrucijada, donde el desastre financiero, la violencia y la inseguridad parecen pesar sobre el candidato postulado por el PRI y en favor del aspirante del PAN.
Para los veracruzanos no queda duda alguna: el próximo gobernador será Yunes y el siguiente (el sexenal) también será Yunes, a no ser que ocurra un desastre.
Por lo pronto, los destapes mantienen entretenidos a la ciudadanía.
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