DIARIO LEGISLATIVO
Pedro Jiménez Rodríguez
Si es cierto lo que se maneja en las redes sociales y en algunos artículos de opinión, a Javier Duarte de Ochoa, lo van a meter a la cárcel por haber contribuido, con malas acciones de gobierno, salpicadas de corrupción, al desprestigio del PRI en el estado de Veracruz.
Todavía está fresca en la memoria la afirmación de muchos priístas, como mi estimado amigo Jorge Días Basañez, conocido mundialmente como “El Custer”, de que por nada del mundo podría perder el PRI la gubernatura de Veracruz.
Sin embargo, la perdió el PRI ante el ex priísta Miguel Angel Yunes Linares.
Esa derrota electoral también fue la tumba” política para el sonorense Manlio Fabio Beltrones, pues unas semanas después de la debacle del 5 de junio, lo hicieron renunciar a la presidencia nacional del PRI.
Ahora viene lo de Javier Duarte, quien víctima de sus propios errores y corruptelas, está siendo objeto de una investigación exhaustiva, por parte de los sabuesos de la PGR, que en eso de encontrar culpables son expertos y más que buenos.
Como primera medida, en el PRI ya le retiraron sus derechos políticos, que tal vez no le im0roten, pero le debe preocupar el hechos de que todos los priístas encumbrados ahora le voltean la espalda y en algunos casos hasta festinan la persecución de que s objeto el todavía mandatario veracruzano.
Es que no solamente el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y algunos otros que ahora están al frente del partido, dicen que es un corrupto y que esta bien que lo metan a la cárcel, sino que también algunos aliados de antaño, hoy le voltean la espalda.
Es el caso del coordinador de los priístas en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, quien a pesar de haber sido asiduo visitante de las cálidas tierras porteñas y de Boca del Rio, (Con todo pagado por el gobierno estatal, desde luego), ahora respalda la suspensión de derechos como militante que determino el PRI, aduciendo que sus escándalos de tiempo atrás han dañado la imagen del partido.
Se olvida Emilio Gamboa del desprestigio que le causo al PRI hace unos años, cuando lo grabaron en una conversación con Kamel Nacif, hablando de frenar unas leyes que afectaban las empresas del textilero poblano.
En fin, como dice la tía licha, esa es otra historia, pero lo cierto es que todos los que hoy no quieren ni mencionar el nombre de Javier Duarte de Ochoa, tal vez estén escupiendo para arriba.
Lo cierto es que si a Duarte de Ochoa lo van a enjuiciar por perder la elección de su estado, tendrán que aplicarle la misma receta a Eruviel Avila, pues como se ven las cosas, en el estado de México no gana el PRI ni noqueando, ante tal desprestigio en que ha caído.
Las elecciones en esta entidad son el año próximo, pero como Eruviel Avila ya rindió ayer su Quinto Informe de Gobierno, empieza a la cuenta regresiva y saldrá toda la cloaca que se ha podido ocultar todo este tiempo.
Por lo pronto, el diputado perredista Omar Ortega Álvarez, reveló ayer que en cinco años, Eruviel Ávila Villegas a tenido más de un billón de pesos a su disposición la y, sin embargo, esa extraordinaria cantidad no ha redundado en bienestar y mejor calidad de vida para sus gobernados, sino en mayor inseguridad, pobreza y expoliación de su patrimonio a manos de funcionarios corruptos de todos los niveles.
EL PULSO.- Por cierto, dicen los que saben que ahora si va a tener que cumplirle el presidente Enrique Peña Nieto la promesa que le hizo a su primo, Alfredo del Mazo Maza, de que en el 2017 sería el candidato a la gubernatura. Lástima que no se le vaya a hacer al actualmente diputado, repetir las hazañas de su padre, como gobernador del Edomex, pues no se ve como pueda ganar el PRI esa gubernatura*** Y tal vez, por eso desde Los Pinos se está dejando coquetear con el PRD a Ernesto Nemer, Procurador Federal del Consumidor, pues si acepta la candidatura de los perredistas, va a ganar*** Y el rumor de moda es que esta por anunciarse el arribo de Manlio Fabio Beltrones como titular de la Secretaría de Gobernación. Lo que nadie sabe es si esa es yuna buena o mala noticia para Miguel Osorio Chong.
