Columnaria
PEÑA ¿LLEVA UN CABALLO?
Eso dicen muchos porque, según ellos, el presidente le atinó al abrir las puertas de Los Pinos al presidente electo de Estados Unidos.
Pero lo que está pasando en el mundo de la macroeconomía que tanto defiende el secretario de Hacienda José Antonio Meade, es para detenerse y analizar a fondo la cuestión de un Donald Trump liderando a la potencia número uno a partir del 20 de enero.
Por lo pronto hay que tomar nota de que el peso sigue en picada y que el precio del dólar rebasó los 21 pesos. Es decir, la moneda nacional sigue en caída libre.
La Bolsa cerró con una pérdida de 4.57%, “su mayor bajada en 5 años”.
Además, los riesgos de una desaceleración en la economía mexicana se materializan tras los resultados de las elecciones en la Unión Americana.
Son riesgos reales de la economía que ya están sobre los mexicanos. Se tiene ya a la vista, según analistas, una baja en la previsión del PIB a 1.8%.
Algo que pudiera no ser ya una incertidumbre financiera y si algo, inclusive, previsto por el secretario del Trabajo Navarrete Prida que unos días antes del “martes negro”, declaró que el triunfo de Trump significará para México “una recesión en los próximos 6 meses”.
Es decir la economía nacional, aun arrastrando las menores escalas de crecimiento, simplemente quedaría paralizada y registraría crecimientos negativos.
Analistas financieros prevén menor inversión extranjera, interrupción del comercio bilateral y calificación crediticia baja.
El grupo financiero Citibanamex, por lo menos, ya redujo su estimado del PIB de 2.3 a 1.8% para el 2017.
En otras palabras, ya empezó a cargarnos la “trumpada”. Aparte de que con el magnate en el poder “renacerá el sentimiento antiamericano”, según el ex consejero presidente del IFE, Juan Carlos Ugalde.