Columnaria
Juan Chávez
2016 ha sido uno de los años más pesados de los últimos tiempos en el mundo.
Se va cargado de las frustraciones más agresivas que hirieron a la humanidad.
En México, particularmente, nos fue de la tiznada.
Nos deja el año viejo la pesada carga de una urgencia que quedó colgada de un hilo: la ley que el senador del PRI Emilio Gamboa bautizó como “Nacional de Seguridad Interna” y que ha de otorgar a las fuerzas armadas el marco legal que el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, exigió para que los militares y marinos puedan combatir al crimen organizado con la ley en la punta de sus armas.
La violencia, la inseguridad e impunidad, dominaron al país y, por desgracia, tales lastres de carácter nacional entran al año nuevo sin siquiera tocar la puerta.
Antes de la noche más oscura, la de Navidad, el Banco de México, todavía bajo la férula de Agustín Carstens, nos receta un pase corto de negrura bien negra: el incremento de 50 puntos en las tasas de interés preferencial.
De 5.25% el salto fue a 5.75 puntos base lo que, al encarecer el costo del dinero, pega a los bolsillos y carteras de los más jodidos y de la clase media.
La cuesta de enero, así, va a estar de la chingada.
Más si las compras de la fiesta navideña pagana desbordaron las líneas de crédito de los tarjeta habientes.
La del jueves 15 quedó registrada como el quinto incremento a las tasas de interés en el maldito año que muere el último sábado de este diciembre helado.
Banxico metió la mano en las carteras de las familias para seguir el camino de la Fed que ayer incremento en 25 puntos base sus tasas de interés. Lo hizo también como una medida contenedora de presiones inflacionarias.
La Navidad ha sido para mí buen pretexto para bajar la cortina. Me tomo vacaciones… aunque no tenga en que caerme muerto. Nos volveremos a ver con esta espontánea colaboración el 10 de enero.
La Navidad, por cierto, es una fiesta que el cristianismo, por iniciativa del emperador romano Constantino (pagano cien por ciento) incorporó a la Iglesia luego de su Edicto de Milán (325 d.C.) en el que decidió levantar la prohibición que pesaba sobre el cristianismo.
Los romanos seguían celebrando la festividad del Solsticio de Invierno que produce la noche más oscura del año y para que el Sol venza las tinieblas de esa noche, el catolicismo (también por iniciativa del emperador romano) incorporó a Cristo como el vencedor de esas tinieblas. Él pues es la luz.
Un dato último: La CEPAL considera que el desempeño de Estados Unidos le pega a México. De ahí que el 2017, con Trump convertido en el hombre más poderoso de la Tierra, los augures para el país son más oscuros que la noche del 24 al 25 de diciembre.
De cualquier modo, le deseo lo mejor para 2017. Sobre todo que haya salud… lo demás a lo mejor le cae del cielo.
