Francisco Gómez Maza
Análisis a Fondo
- El Triunfo del fascismo de mercado
- Descendiente de Týr, dios de la guerra
Tendremos, los mexicanos de allá y de aquí, de acullá y de más allá, que acostumbrarnos al neologismo fascista Trump, que significa en español triunfo, en el caso triunfo, victoria de las fuerzas del Averno.
Como que el dios de los cristianos y de los musulmanes se ha olvidado del mundo y lo ha entregado en manos del mal para honra y gloria de la sicosis colectiva de los hijos de papá Týr, dios de la guerra y la justicia para los anglosajones del remoto pasado.
Triunfo en la televisión, triunfo en la radio, triunfo en los medios digitales, triunfo en la prensa impresa, triunfo hasta en la sopa y deportados en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, presumidos por el presidente de la nación, Enrique Peña Nieto, quien ya mandó a su vocero a decir en la tele que rechaza el ofrecimiento de triunfo de tropas del Pentágono para perseguir a los amigos narcotraficantes, y los “bad” hombres que tanto preocupan a triunfo, aunque no le preocupa en lo más mínimo que Estados Unidos, lo que está dejando de ser un imperio, esté moribundo por los millones de jóvenes y adultos que se atascan de drogas ilegales para huir de una realidad en la que sólo los estúpidos progresan y los trabajadores tienen que trabajar tres turnos para poder vivir más o menos en niveles de vida medio parecidos a los de los inmigrantes anglosajones.
Otra cuestión en la que no ha reparado el viejo que gobierna o mejor dicho desgobierna Estados Unidos es que el muro, la muralla, la barda que va a construir lo único que está logrando es que los coyotes empiecen a imaginar cuánto va a aumentar la tarifa para guiar a los indocumentados a través de esa trampa, porque están seguros que la inmigración de mexicanos, guatemaltecos, centroamericanos y sudamericanos va a continuar a pesar del muro, y ellos, los coyotes, van incrementar estratosféricamente sus ingresos.
Esta posibilidad nada remota se rebela en el documental que sobre la migración presentaron censurado los organizadores del Super Tazón del 5 de febrero, en el que Tom Brady resultó el core back del año. Y un chicanitito, indocumentado, le “robó” la camiseta del uniforme, aunque después hasta la firmó el corredor.
Pues sigue y seguirá por mucho tiempo preponderando el affaire Trump, el muro (del racismo y la ignominia), la cacería de mexicanos en las zonas donde pululan los trabajadores indocumentados, y la mediocridad del gobierno mexicano frente a las amenazas y humillaciones que le receta el triunfador.
Fox News lo retrató espléndidamente, con una claridad meridiana, como el hijo de satanás, durante la entrevista que le hizo el lunes y que fue motivo de comentarios de periodistas y seudoperiodistas.
Me gustó que miles de los llamados consumidores de Tijuana organizaran un boicot masivo a los comercios gringos en San Ysidro y San Diego, a donde acostumbran ir de súper los fines de semana. Pues ahora, el domingo, día del centenario de la constitución de 1917, no salieron y dejaron con la boca abierta a los comerciantes gabachos para que aprendan, que si los inmigrantes son expulsados de su territorio van a morirse de hambre porque ya no tendrán clientes.
Y la cámara de comercio de Tijuana amenazó: y vamos por más. Vamos a boicotear los negocios gringos establecidos de este lado, especialmente Sams y Walmart, que no niegan la cruz de su parroquia y que se establecieron en México para desbalijar a las señoras de la casa con precios escandalosamente caros en comparación con otras cadenas como Chedraoui, Soriana, Comercial Mexicana.
Vamos a ver si otros mexicanos de otras latitudes de la república actúan al unísono de los tijuanenses. Lo dudo porque los mexicanos son agachones, agachados les llamaba el maestro Rius, Eduardo del Río, en aquel cómic llamado precisamente Los Agachados de Ríus.
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