Columnaria
Juan Chávez
–El PRI tiene su cita de vida o muerte el 4 de junio.
–Con el populismo que le caracterizo que parece estar renaciendo en el mundo, pueda que tengas razón.
–No le muevas. El tricolor hace tiempo que dejó caer al abismo de la nada al populismo y se pescó de un pragmatismo, visto ahora en el periodo peñista, con las reformas estructurales que parió el “Pacto por México”.
–Bueno, esas modificaciones constitucionales, inclusive, terminaron por hundirle la espada hasta la empuñadura a ese populismo con que el PRI navegó 71 años, antes de su retorno a Los Pinos en 2012.-
–El gobierno de Peña Nieto no ha hecho otra cosa que pastorear los acontecimientos de todo orden, más los políticos. Por eso sostengo que el domingo 4 de junio, en las elecciones del estado de México, el PRI va por todo y por nada.
–Si pierde pierde todo y si gana, no gana nada, quiere decir.
–¡Exacto!
Mi condiscípulo de la Facultad de Derecho, Raúl Esquivel y este servilleta, entramos al análisis de la polaca totonaca este fin de semana, mientras saboreábamos el rico café que sirven en un restorán del centro de Tlalpan.
Los dos llegamos a la conclusión de que la gubernatura de la entidad mexiquense, como nunca antes, constituye para el partido fundado por Calles “la rifa del tigre”. Una rifa obligada para la que, según parece, el PRI no se preparó.
–Tampoco se ha preparado para la presidencial que se disputa el año entrante, acotó Esquivel.
–Ahí si no estoy de acuerdo. Pienso que Peña lo tiene todo listo y que ya sabe quién va a ser su candidato.
–Pues tendrá que ser uno que lleve muchos kilómetros de política en la suela de los zapatos, si pretende, como debe ser, pasar sobre Andrés Manuel López Obrador que con casi 18 años de campaña puntea como candidato presidencial, aunque la ley todavía no le otorgue tal carácter.
–Por supuesto, debe ser alguien de hondo calado político.
–Alguien que sea astilla del mismo palo que es el tabasqueño: político de calle, que haya pisado los suelos que pisa la gente todos los días.
–Seguro: un líder social con kilómetros acumulados debajo de sus pies. Alguien que huela a calle y a la tierra en los zapatos.
–De tal perfil solo se ven dos: Miguel Ángel Osorio Chong y José Narro Robles.
–Ay, carajo. ¿Narro? ¿De dónde lo haces figura para meterlo en el arrancadero del Hándicap Presidencial?
–¿De dónde? De su antecedente como subsecretario de Gobernación en los tiempos de Carpizo y de rector de la UNAM, contando, por supuesto, su reelección como tal. Y no lo veo como aspirante de última hora ¿eh?
–Pueque. Lo que si sostengo es que Peña, a la hora de decidir, lo hará con su pragmatismo político que no sufre ni le acongoja. Y Narro tiene méritos y hasta perfil de ganador.
–Los demás del gabinete que han sonado, están out, como Luis Videgaray, un tecnócrata que perdió la oportunidad con su invitación al virulento Trump a Los Pinos y no ha podido, como canciller, enderezar el barco.
