El otro dato
Juan Chávez
La Constitución ya no es ecléctica. Dejó de serlo con las reformas estructurales del Pacto por México de 2014. No obstante, Manlio Fabio Beltrones pide que el PRI se “doble hacia la izquierda”.
Murieron aquellos tiempos en los que, por tal eclecticismo, Adolfo López Mateos se describió “de izquierda dentro de la Constitución”.
De hecho, del ya escaso eclecticismo que le quedaba, la Carta Magna, de varios plumazos fue enviada a los terrenos de la derecha.
Ahora, Manlio recomienda no pisar las zonas del conservadurismo.
El viejo político sonorense –40 años de militancia en el tricolor que inclusive dirigió—sigue firme en su tesis de gobierno de coalición para el 2018 a fin de que la gobernabilidad “sea eficaz”. Y pide que ese “doblez” de su partido hacia la izquierda sea “progresista”.
Beltrones, en amplia entrevista al periódico El País, de España, dejó claro que no le interesa ser candidato presidencial.
Ya no son tiempos del presidencialismo. Ya no gobierna el mandatario si no tiene mayoría en el Congreso y ésta, anunció “no volverá a darse”.
La modificaciones estructurales, según su parecer, ya concluyeron su eficacia y en 2018 habrá necesidad de acometer una “segunda generación” de ellas.
Pero no se conseguirán si no hay gobierno de coalición.
Se trata de que el presidencialismo, que ya dejó de funcionar en México y otras partes del mundo,
ceda el poder de decisión a “otro poder”, en el caso mexicano, al Congreso de la Unión. Que este se fortalezca es lo cuenta, de acuerdo a su visión.
Su tirada, por eso, es entrar a cualquiera de las dos cámaras. “Lo que definiré de acuerdo a quien vaya a ser el candidato del PRI”, precisó.
De plano, Beltrones la jugará para entrarle al toro de gobernar desde la Cámara de Diputados o el Senado. “Ya no se gobierna desde la Presidencia”, si no hay gobierno de coalición. Y esto hay que contemplarlo desde la perspectiva de que en 2018, el 70% no votará por el candidato ganador.
“Gane quien gane para que pueda gobernar”, requerirá de que en el Congreso se de esa coalición. Es decir, que los partidos se alíen en la realidad en ambas cámaras a fin de salvar la “gobernabilidad”.
Por lo que toca al “candidato simpatizante” que podría surgir eliminados ya los candados en los estatutos priistas que lo impedían, estableció la necesidad de que se “identifique” con su partido.
De otro modo, la figura que tomó vida en la 22 Asamblea Nacional, no operará.
También aceptó que la posibilidad del “dedazo” siempre está.
En tanto, y punteando las encuestas, López Obrador, que lleva 18 años de ser candidato, estableció que “no seré candidato eterno”. Si no gano, me retiro, fijó. Optimista, había repetido que “la tercera es la buena”.