Columnaria
Juan Chávez
Con Peña el PRI volvió a entrar a Los Pinos; por Peña volverá a ser echado fuera de la residencia presidencial.
Tal es el prolegómeno para 2018.
Esa es una lectura rápida de los actos priistas en los casi 5 años del peñismo… y sobre todo, del viernes pa’cá que se cocina una crisis constitucional.
Algo que cuenta, cuenta mucho y seguirá contando.
La oposición –PAN, PRD y MC—armaron la grande en la Cámara de Diputados y demostraron de paso que en la alta cocina de la polaca totonaca, César Camacho, pastor de los legisladores priistas, falla.
Quizá Peña llegue aborrecer a Camacho que no supo torear el toro grande del pase automático de procurador a fiscal, a pesar de que el líder del PAN, Ricardo Anaya, la suscribió bajo su firma en la legislatura pasada, cuando actuó como diputado presidente.
Este jueves el Congreso quizá vuelva a caminar tras seis días de paralizada la Cámara baja. Hoy, esa oposición que trae del ala a Camacho, podría permitir que se integrara la mesa directiva y que tomara posesión, tras el receso de más de 48 horas.
Tal vez no se cuestione el artero daño que el coordinador priista, sin saber qué hacer, le ha causado al PRI y a Peña, que tendrá que enfrentar su ex presidencia sin el blindaje que le hubiera significado Raúl Cervantes al frente de la Fiscalía General de la República.
Veo 2018 como la agonía del PRI, con un voto duro doblado por los tiznadasos que le ha procurado la oposición, principalmente PAN y PRD.
Ese voto duro significado en 7 millones 500 mil votantes no le hubieran servido, por supuesto, para mantener el paso en Los Pinos.
Como en los tiempos de Labastida y Madrazo como candidatos presidenciables, el de 2018, cualquiera que vaya a ser, no escalará ni siquiera el tercer lugar.
A no ser que se dé el milagro y Meade se consagre construyéndose a todo vapor una aureola de líder de masas que no tiene.
O a lo mejor en una juego de ruleta rusa, el tricolor, ahora que puede tener “candidato simpatizante”, se suma a una de las “cargadas” y declara ir con Mancera para Presidente, cuando el Frente Ciudadano por México esté en plena operación.
La otra “cargada” es la de Amlo con su Morena, y que suma el voto real que muy seguramente copará las urnas el domingo 1 de julio.
No hay suerte. Camacho chamuscó la pirotecnia del PRI y obligó al PRI a recular en el Senado que ha enterrado la iniciativa del “pase automático” que arrastra al país a la crisis constitucional.
Osorio Chong, en Gobernación, tampoco se la rifó como componedor de las crisis de la política interna y el partido tricolor fue situado a la orilla del abismo político.
Cómo quien dice: Adiós cabaretera… vuelve a ser lo que antes eras en tú triste rincón…