El gerente de un gimnasio, Justin Pritchett, decidió llamar a la policía porque un adolescente visitaba las intalaciones continuamente sin pagar.

El adolescente intentaba esconderse en el baño para evadir a los miembros del personal y así no pagar. No es que nunca hubiera pagado, tenía una membresía  vencida, pero seguía acudiendo al gimansio.

El oficial de policía Mario Valenti respondió a la llamada y acudió a enfrentarse con el adolescente. Fue entonces cuando descubrió su historia.

La mamá del chico no podía permitirse una nueva membresía y él todo lo que quería hacer era seguir jugando al baloncesto.

El adolescente era en realidad un jugador de baloncesto con mucha práctica. Había comenzado a ganar atención nacional, por lo que quería seguir practicando.

Nadie conocía la historia, ni sus motivos,  hasta que se lo contó al oficial.

Entonces, en lugar de arrestarlo, el oficial Valenti hizo lo único que se le ocurrió.

Se ofreció a pagar los $150 dólares de coste por su membresía.

Justin y el resto de los gerentes de los gimnasios quedaron tan sorprendidos por la generosidad del oficial que quisieron igualar el gesto y destinaron esos $ 150 a una membresía por dos años que costaba $718 dólares.