Zona Sísmica
Marco Polo Aguilar
*Corrupción e impunidad campean en el país
*Héctor Astudillo pendiente de “Carlotta”
A dos semanas del 1 de julio para elegir presidente de la República y otros cargos de elección popular, el giro que pueda tomar el resultado deberá ser un acto de madurez política de los mexicanos, quienes ante un panorama complejo, darán la confianza y la oportunidad inédita al vencedor, de empezar a cambiar la difícil situación que vive el país, convertido en “caldo de cultivo” de la violencia, el crimen organizado, la corrupción, la impunidad y otras formas de descomposición social que golpean a los más desprotegidos.
Más allá de los pronósticos de la jornada electoral, se espera que los mexicanos salgan a votar en forma copiosa a pesar de la efervescencia futbolera por el triunfo de México ante el campeón Alemania, en la Copa Mundial de Futbol que se celebra en Rusia, y gane quien gane, estar listos para concretar la transición que le dé un respiro a la situación tan dramática por la que atraviesa nuestro país.
En estos últimos días, partidos y candidatos echaron el resto de la magra carne de sus propuestas y promesas al asador, generando aún más desconfianza entre sus electores.
Pero como dice la catedrática de la UNAM, Martha Lamas, estamos “alucinados de la suciedad del juego político”.
El asunto no es difícil de explicar.
Mire usted: con tal de ganar la preferencia de los votantes, los partidos políticos se han encargado de embarrar en dimes y diretes a todo mundo, sin investigar si en realidad los involucrados han cometido los actos ilícitos de los que se les acusan.
De pena ajena fue lo sucedido en el tercer debate, que ante ojos y oídos internacionales, los mismos candidatos presidenciales no se cansaron, ni uno ni otro, de lanzarse improperios.
Las voces de campaña se convirtieron en risas y una sarta de injurias, a pesar de que la violencia, la inseguridad, la impunidad y la corrupción, temas que debieron atacar a fondo, parecen estar sentando sus reales en plena temporada de campañas políticas y lo que indudablemente, ha hecho que el hartazgo ciudadano se haga más evidente que nunca.
Los candidatos presidenciales se encargaron de manchar su imagen y ante el mundo ya no podrá desprenderse la etiqueta de corruptos.
Es un hecho que la sociedad mexicana enfrenta una de las más graves crisis de valores en su historia, y por si esto fuera poco, el rechazo a la paupérrima oferta de los candidatos, se agudiza ante la falta de un proyecto consistente de los partidos y se agrava ante la falta de creatividad de las empresas publicitarias que han contratado.
Esto explica que las cascadas de spots con que atormentan a la opinión pública, pasen “en ciego” y ya no quede nada en el ánimo ciudadano que rechazo y más rechazo.
Sin distingo de partidos, los casos de corrupción y la impunidad que campea en el panorama nacional, se convirtieron en pan de cada día y a fuerza de persistencia, alcanzaron un tono de “normalidad” bajo el supuesto de que “el que no tranza, no avanza”.
Y aunque México no es el país más corrupto del mundo, la percepción de los ciudadanos se ha traducido en una creciente falta de confianza en las autoridades.
En el mundo, nuestro país se encuentra en el lugar 130 en cuanto a niveles de corrupción. Pero como reza el viejo adagio, “mal de muchos, consuelo de tontos”.
No se trata, desde luego, de magnificar lo que ocurre en México, pero en una disertación reciente, analistas de fenómeno coincidían en señalar que a pesar del gran lastre que ha representado la corrupción en la historia de la nación mexicana, el país, pese a todo, sigue adelante.
Imagine, amable lector, ¿qué sería de México si el casi 40 por ciento del Producto Interno Bruto, que actualmente se diluye en “moches”, “entres” y otras dádivas se aplicara a proyectos productivos, a la creación de más empleos o a mejorar los salarios de risa de la clase trabajadora?
Este tipo de dadivas se han vuelto prácticas comunes, no sólo en los partidos de izquierda, sino que los “entres” se han generalizado y los principales beneficiarios son los dirigentes partidistas de todos los colores y funcionarios que se han colado en la administración pública, tanto federal como del gobierno de la Ciudad de México y los gobiernos de los estados.
Es decir, la corrupción nos está matando y si no se pone freno a este proceso devastador, será el elemento disparador de un cisma irreversible en el sistema político mexicano.
Recordamos que en el libro “El cansancio ciudadano de la corrupción en México” señala que la cuerda se sigue tensando y está a punto de romperse. Juan de Dios González Ibarra y Gerardo González Camarena, autores del texto, ponen el dedo en la llaga y alude a que asuntos como el de la “Casa Blanca” de la pareja presidencial, la residencia de Malinalco que un exsecretario de Hacienda compró con un crédito de risa, la colección de 9 macro residencias de un excandidato del PAN al gobierno de Sonora, el destape de corruptelas del tamaño de las de OHL en el Estado de México o el mencionado “lavado” de dinero del candidato presidencial Ricardo Anaya, entre otros, son elementos que están a punto de romper la burbuja del conformismo ciudadano.
Lo importante es llevar a los corruptos ante la ley y además de hacerles pagar la afrenta, obligarlos a resarcir el daño que están causando a quienes los llevaron al poder.
En resumen, ni las declinaciones de último minuto, ni la revelación de supuestos acuerdos bajo el agua, darán más votos a las propuestas de los candidatos que ni calan en el electorado ni pueden perfilarse como alternativa en donde el desgobierno, la trampa, el engaño y la simulación siguen a la orden del día. ¿Tú qué piensas distinguido lector?
Movimientos telúricos…A diferencia de aquel septiembre del 2013 en que el ex gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero y buena parte de su gabinete participaban en un fiestón de antología cuando el paso de la tormenta tropical “Manuel” hacia destrozos en las partes más vulnerables del estado de Guerrero, ahora el gobernador Héctor Astudillo Flores tomó las previsiones necesarias y encabezó la sesión permanente del Consejo Estatal de Protección Civil y dio a conocer que como consecuencia de la presencia de la tormenta tropical “Carlotta” en territorio guerrerense, en Acapulco y Costa Chica se presentaron reportes menores y debido a la trayectoria del meteoro, la vigilancia está enfocada hacia la zona de Costa Grande, particularmente en el municipio de Tecpan…”Seguimos en sesión permanente, salvo que hubiese una urgencia nos volvemos a convocar, estemos pendientes”, dijo Héctor Astudillo…De acuerdo al último informe del Servicio Meteorológico Nacional, se reporta que el centro del sistema se localiza a 40 kilómetros al oeste-suroeste de Tecpan y a 90 kilómetros al sureste de Zihuatanejo, con tendencias a perder fuerza, por lo que este lunes se reanudarán las clases en la Costa Chica y Acapulco, mientras que por la tarde se hará una valoración para la Costa Grande… [email protected]
