DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Fueron muchos meses de negociación y de incertidumbre, pero finalmente el tratado de libre comercio entre México y Estados Unidos quedó aprobado. Queda resolver el tema con Canadá, para conocer si se incorporará o no.
Las pláticas y negociaciones para lograr el acuerdo no fueron sencillas, fueron tediosas, duras y con largos intervalos en los que parecía que no se lograría el acuerdo.
Este nuevo acuerdo será comercial entre México y Estados Unidos y cambiará de nombre.
Según el Presidente Donald Trump, el acuerdo será revisado cada seis años, se puede considerar como fantástico y mucho más justo que el anterior y llega en un momento importante para el sector automotriz.
Para el Presidente Peña Nieto el acuerdo se logró, después de conversaciones arduas y fue enfático al precisar que se buscará la incorporación de Canadá
La necesidad de llegar a un acuerdo se estableció en razón de que el Congreso de Estados Unidos debía conocerlo cuando menos 90 días antes del término de la administración de Enrique Peña Nieto que llega a su fin el primero de diciembre próximo para los estadounidenses era primordial que el acuerdo se alcanzará antes de los comicios intermedios de noviembre.
Ahora, solamente queda esperar los puntos finos del acuerdo del que se saben algunos temas a grandes rasgos, pero que se estancó en algunos renglones, principalmente, los concernientes a los sectores agrícola y automotriz.
Vale destacar la forma conjunta en que participaron en las negociaciones finales los equipos del Ejecutivo mexicano en funciones y el electo que asumirá el cargo a partir del primero de diciembre.
Claro que el acuerdo no fue en los términos del anterior que fue considerado por Donald Trump como ventajoso para México y excluye, por lo pronto, a Canadá, aunque existe el compromiso de los dos mandatarios de buscar la posibilidad de incluirlo, aunque según el Presidente Trump, los canadienses deberán bajar algunos aranceles para conseguirlo.
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