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Desorden en Seguridad Pública de la CDMX

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Zona Sísmica

Marco Polo Aguilar

*Periodista golpeada en operativo

*Ruiz Massieu, abucheada en San Lázaro

Tenía cerca de seis horas de haber acudido a un foro de la Fraternidad de Periodistas, en el que Virgilio Caballero, diputado local electo del primer Congreso de la Ciudad de México vislumbró el destino que le depara al gremio periodístico en el régimen del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, cuando por el rumbo de Iztapalapa, una compañera periodista, con todo y su familia, había sido golpeada y violada en sus derechos humanos por policías de la Secretaria de Seguridad Pública de la Ciudad de México (CDMX), que hacían un “operativo”.

 

Aunque no fue un ataque directo al gremio, sino a una sociedad que se encuentra en total indefensión, cuando Socorro Valdez se identificó como periodista y reclamó porque habían detenido a una de sus hijas primero y después a ella con otro de sus retoños, los ataques subieron de tono y entre agresiones físicas e insultos, fueron esposadas como si fueran peligrosos delincuentes.

Pero dejemos que sea la misma agraviada quien cuente la amarga experiencia que vivió el viernes por la noche y la madrugada del sábado, en una carta enviada al secretario de Seguridad Pública de la CDMX, Raymundo Collins:

“¡Ya nos dejaron en libertad! Sí, después de llevarme con mi hija esposada e intentar “cuadrármela”. Con esas palabras que no son mías, que usó quien dijo era Israel Rodríguez, sujeto que se dijo responsable del operativo. Nos detuvieron junto con otros; mujeres y hombres detenidos, que también golpearon y jalonaron. A todos nos insultaban. Y se ensañaban con una jovencita que se orinó del miedo. Pedí la dejaran, le quitaran las esposas.

Me identifiqué, advertí de su error de nuestra detención y logré hablar ya detenida con su titular de Comunicación, con Octavio Campos. Le informé de esa equivocación, de esos abusos de error, de los golpes, del operativo. No le importó a nadie. Quisieron arrebatarme el celular sus mujeres policías; lo sujeté fuerte; me ordenaban dárselos, me empujaban. Era alertar ante lo incierto, ante no saber porque nos detenían, era informar mi ubicación. Decir de la detención. Había incertidumbre y desconcierto; gritos e insultos. Era un caos en ese camión repleto de detenidos.

No tuve miedo, lo confieso, había enojo, impotencia de no saber en manos de quienes estaba. Y señor secretario, era darle valor a mi hija. Hoy no tengo temor, tengo rabia, tengo coraje por esa ilegalidad; esa detención absurda por ir a comer tacos, comprar jugos y refrescos. Primero fue golpear a una de mis hijas que compraba esos jugos; después a la otra, luego a mí. ¿Dígame, qué haría, cuál sería su reacción si golpean a sus hijas? Y después detenidas. Solo yo y una de mis hijas éramos llevabas.

De la otra no sabía nada. Me preocupaba su destino, porque nada sabíamos de ella. Nosotras preguntábamos, le gritábamos su nombre en ese autobús blanco, sin logotipos. De verdad que impotencia, que rabia; que irresponsabilidad. Qué errores tan burdos, tan absurdos, tan de delitos ¿Cómo puede permitir tanto abuso? De verdad, ¿cómo? ¿Por qué permite qué por no dejarnos de excesos y abusos de sus policías, de un error, de golpes contra mis hijas, contra mí, nos hayan detenido? Si, detenidas y esposadas, como delincuentes, con lectura de nuestros derechos.

Unos derechos que tuvieron que escribirle a la policía, porque no se sabía el “guion” ni leía bien. Se trababa. Y luego, de un juzgado al Ministerio Público, solo a nosotras por no dejarlos grabar, por impedirles grabar. Nos bajaban esposadas y nos ordenaban pararnos en la calle y voltear ante las cámaras de video públicas para que comprobaran que nos leyeron los derechos; era en San Lorenzo, de la Vicente Guerrero a Ermita Iztapalapa y de ahí a San Lorenzo, para encerrarnos por supuestos delitos cometidos.

Sí, íbamos detenidas, ahora en una camioneta, y ¿por qué? Insisto, para “cuadrarme ¡DELITOS!”, si con esas palabras, lo afirmaba quien dijo era Israel Rodríguez, quien tartamudeando y enojado se dirigía primero a mí con insultos, y luego a mi hija, si, “¡tú, tu, tú, tú! por…por…por lesiones también te vas!”.

Nos subieron esposadas, y él dejó solas a sus oficiales y se acobardó, no fue con ellas ni me la “cuadraba él”, sino sus oficiales mujeres -resistencia a la autoridad y a particulares-. Del juzgado cívico a una agencia del MP y luego otra -de IZP2, a IZP8, (ahí no nos recibieron ni les aceptaron sus mentiras) y luego a IZP6, donde se me intentó persuadir, donde nos acusaron dos oficiales mujeres. Si, ante personal de esa agencia.

Y ellas, las uniformadas se victimizaban se decían con lesiones, y acusaban a mi hija, me acusaban y decían resistencia a la autoridad y ahora hasta ultraje”. Uf, que ignorancia, ¡Ultraje! Y después deseaban negociar. Y ¿Usted qué haría? Yo, quedarme hasta las últimas consecuencias y sola, no con mi hija, porque el error en un operativo, no fue mío, no fue de ella, fue de su personal, sí de su personal sin capacitación que arrasaron con inocentes, que golpearon por un operativo fallido contra quienes estaban en la vía pública. Contra quienes pudieron agarrar “sin ton ni son”.

Contra quienes, como mis hijas y yo comíamos tacos. O salían de la tienda de comprar. Eran ellos, policías uniformados, mujeres y hombres, que ahora acusaban a inocentes de lesiones, de resistencia a la autoridad y a particulares. Pero ahora, ellas querían negociar hasta el “ultraje”, querían un acuerdo de no denuncia penal ni civil. Ahora era sólo yo y mi hija, a quienes querían fotografiar como delincuentes y de quienes tenía nuestros datos personales. Uf, que abusos.

Y sigo sin miedo, y sigo con rabia. Hay coraje de tanta impunidad. De tantos excesos; de un viaje por agencias del ministerio público, y ¿ahora acuerdo, un acuerdo para no proceder legalmente, para no civilmente contra mujeres policías? y ¿hay que guardar silencio; hay que solapar excesos y abusos, ¡no señor secretario! Hay un responsable de un operativo, hay responsables, fue un operativo con excesos, y hay que acabar con la impunidad de quiénes en aras de la ley, la violan, se excede, golpean y detiene a personas inocentes”.

No cabe duda que en la CDMX se vive en un mundo de desorden, violencia e injusticia, en el que se abusa de la autoridad que da el poder. En ministerios públicos o reclusorios, hay un gran número de personas detenidas que se encontraban en el lugar equivocado a la hora equivocada, como le sucedió a Socorro Valdez, mientras los verdaderos delincuentes se pasean impunes por las ciudades.

Los policías, así sea en los confusos operativos, deben de representar el orden y la seguridad, ganarse el respeto de los ciudadanos, porque antes de ser policías, son servidores públicos y al igual que otros servidores públicos o representantes populares, son pagados con el dinero de los impuestos de los ciudadanos. En cambio, se les ven como una amenaza uniformada.

Este desorden, sólo muestra que Raymundo Collins es una figura de ornato.

Bien lo dice Virgilio Caballero: “el periodismo vive una de las situaciones más difíciles en la historia de estos 90 años” y con la torpeza del secretario Collins y la brutalidad de sus gorilas, nada bueno puede esperar la sociedad y mucho menos los periodistas ¿O tú qué piensas amable lector?

Movimientos telúricos…Al iniciar formalmente los trabajos de la LXIV Legislatura, en su intervención, la senadora del PRI, Claudia Ruiz Massieu, recibió abucheos y consignas como “es un honor estar con Obrador”, así como un conteo en voz alta del 1 al 43 para recordar a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa…El sábado pasado tomó posesión de la presidencia municipal de Chilchota, Michoacán Eduardo Ixta Álvarez y de inmediato anunció la construcción de una universidad en ese municipio, en congruencia con la promesa hecha por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de levantar cien universidades en las zonas más marginadas del país…Ixta Álvarez es una persona honesta, trabajadora y con calidez humana, lo que le ha permitido salir adelante en su actividad política…en hora buena…[email protected]

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